Por
Rory McCarthy
Desde Kabul
Los
aviones americanos B-52 lanzaron ayer por la noche otra serie de duros
ataques a las fuerzas talibanas y árabes que se encuentran en Kandahar
(sur), preparando el terreno de una nueva ofensiva de combatientes tribales
pashtunes. Las fuerzas leales a Gul Agha, antiguo gobernador afgano, estaban
a menos de tres kilómetros del aeropuerto y mantenían posiciones
claves en la ruta entre Spin Boldak, al límite con Pakistán,
y Kandahar. Los árabes están luchando de verdad. Saben
que no tienen otra alternativa, están luchando hasta la muerte,
dijo el vocero de Agha, Khalid Pashtún. Vamos a seguir presionándolos.
La mayoría de los combatientes que controlaban el aeropuerto era
árabe. Son todos árabes. Incluso anoche podíamos
escucharlos hablar y todos estaban hablando en árabe, dijo.
Por lo menos 1000 marines de Estados Unidos están situados en una
base a 100 kilómetros al sudoeste de Kandahar para colaborar en
la toma de la ciudad y disponen de helicópteros Súper Cobra,
Super Stallions y Sea Knights. Ayer llegó más equipamiento
a la pista controlada por los marines.
En Kandahar, combatientes talibanes estaban enfrentando mucha presión,
como si una serpiente se les estuviera acercando, dijo James Higgins,
un oficial de inteligencia británico que está con las fuerzas
norteamericanas. Ojalá podamos sacarlos de allí en
un futuro cercano. Hay muchas fuerzas combatiendo. Grupos opositores que
vienen del norte, del sudeste, y los norteamericanos que vienen potencialmente
por donde estamos nosotros. Las fuerzas tribales antitalibanas que
están esperando atacar la ciudad son lideradas por Gul Agha, quien
está acercándose desde el sudoeste, y Hamid Karzai, ex vicecanciller
y líder pashtún, que está en el lejano norte cerca
de las montañas de Oruzgan. Ayer por la noche los marines admitieron
que oficiales militares británicos habían estado trabajando
con las tropas estadounidenses hace una semana desde el último
arribo cerca de Kandahar. Oficiales militares de enlace alemanes y australianos
también estuvieron presentes y se esperaban aún más.
El mayor Higgins dijo que la operación estuvo cerca del punto
culminante. De acuerdo con el informe de noticias de agencias desde
la frontera de Pakistán, los refugiados que han huido de Kandahar
dicen que los ataques se han intensificado. Hay muchos bombardeos.
Mucho más que antes, dijo Zaeed Ahmed, un refugiado de 32
años que cruzaba ayer hacia Pakistán por el paso de Chaman.
Otros dijeron que los combatientes árabes estaban todavía
moviéndose dentro de la ciudad.
Al menos 2000 personas han estado dejando todos los días Kandahar
desde hace muchas semanas, según funcionarios de la ONU. Ayer cerca
de 6000 personas estaban esperando para cruzar la frontera para ingresar
a Pakistán. Muchos no tienen comida o dónde refugiarse para
combatir las heladas temperaturas. Ayer, aviones de Estados Unidos bombardearon
nuevamente la base de Tora Bora de la organización Al-Qaida de
Bin Laden, en las Montañas Blancas, cerca de la ciudad de Jalalabad.
La administración norteamericana cree que Bin Laden se encuentra
allí. Una bomba arrojada por Estados Unidos impactó un cuartel
antitalibán en Agom, a 24 kilómetros al sur de Jalalabad.
Ocho personas resultaron muertas, de acuerdo con las declaraciones de
Mohammed Zaman, un comandante pashtún en la ciudad. Zaman dijo
que los pilotos estadounidenses estaban usando mapas viejos. Ahora
este área está bajo control. Las personas de Al-Qaida se
fueron, ya no están más en este lugar, dijo, pero
comentó que cerca de 600 combatientes extranjeros estaban todavía
cerca de Agom. No tenemos asegurada todo el área. Fuera de
Agom puede ser muy peligroso. De acuerdo con declaraciones de funcionarios
locales, por lo menos 20 aldeanos fueron asesinados el viernes y el sábado
por acción de las bombas a 50 kilómetros al sur de Jalalabad.
Estados Unidos ha negado este informe. Un pelotón de 58 marines
franceses llegó el sábado al norte de la ciudad de Mazar-iSharif
para dar seguridad al aeropuerto y proteger la llegada de ayudahumanitaria.
Ya existen fuerzas norteamericanas cerca de Kandahar, tropas británicas
y fuerzas especiales en el aeropuerto de Bagram al norte de Kabul y algunas
fuerzas rusas en la capital.
De
The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Manuel Irurzun.
LAS
NEGOCIACIONES AVANZAN Y SURGE UN NUEVO LIDER ANTITALIBAN
La
nueva generación que nace en Bonn
Por
Rory McCarthy
y Ewen MacAskill
Desde Kabul y Londres
Ayer
se abrió más la grieta entre la vieja y la nueva generación
de los políticos afganos dentro de la Alianza del Norte, cuando
Hamid Karzai, combatiente pashtún de la región cercana a
Kandahar, emergió como el probable líder del nuevo gobierno
interino. Aparece listo para suplantar a Burhanuddin Rabbani, actual presidente
reconocido por la ONU y líder nominal de la Alianza, cuya influencia
está disminuyendo. Mientras tanto, el tema dominante de la conferencia
interafgana en Konigswinter, cerca de Bonn, es el liderazgo del gobierno
interino y la distribución de los principales puestos del gabinete.
Las conversaciones, auspiciadas por la ONU y cuya finalización
estaba prevista para el sábado, se extendieron y no terminarán
por lo menos hasta hoy, según diplomáticos occidentales.
El principal obstáculo es el fracaso de la Alianza del Norte para
cerrar su lista de integrantes del futuro gobierno.
Sin embargo, una alta fuente de la Alianza del Norte dijo ayer que Karzai
es ahora el principal candidato para liderar la autoridad interina.
Tendrá cinco consejeros principales debajo de él, que incluirán
al menos uno de la plana mayor de la Alianza del Norte, y un gabinete
de por lo menos 20 ministros. El ascenso de Karzai, apoyado por Estados
Unidos, señala una división cada vez más profunda
dentro de la Alianza. Políticos como Karzai, el canciller Abdulá
Abdulá y el jefe de la delegación en Bonn, Yunis Qanuni,
se están esforzando por sacar del medio a Rabbani, que esperaba
volver a su posición de jefe de Estado. La cabeza de la autoridad
de transición no será la cabeza del Estado Islámico
de Afganistán, dijo Abdulá. Las relaciones entre Rabbani,
ex profesor de religión, y los comandantes militares de la Alianza
del Norte fueron varias veces difíciles, incluso en los meses anteriores
a los atentados del 11 de setiembre. Según una fuente de la Alianza,
el quiebre final llegó la semana pasada, cuando Rabbani se reunió
secretamente en los Emiratos Arabes Unidos con el teniente general Ehsan
ul-Haq, flamante jefe de los servicios secretos paquistaníes (ISI).
El encuentro se hizo contra lo que pedía Abdulá y el general
Mohamed Fahim, jefe militar de la Alianza. Podría haber actuado
de manera más madura. Esta parte de la transición debería
haber sido más prolija, dijo la fuente. Desde entonces, las
principales figuras de la Alianza se distanciaron de Rabbani. Y le hicieron
saber su disgusto anteayer, en una reunión clave del consejo de
la Alianza, donde le pidieron que retirara sus demandas para ocupar el
poder. Un diplomático occidental dijo que Rabbani no tiene opción:
le dijeron que o se alinea con la Alianza del Norte o que se fuera de
las negociaciones. Optó por quedarse en la Alianza.
El clima en la conferencia de Bonn sigue siendo bueno, dijo
el diplomático. A pesar de las postergaciones, todos los delegados
afganos con los que habló predijeron un final exitoso para las
negociaciones. Abdulá reiteró que las conversaciones apuntaban
a establecer una fuerza multinacional de 200 efectivos en Kabul para proveer
seguridad para el gobierno interino. También dijo que
harán falta más discusiones para considerar una ampliación
de la fuerza.
La ONU presentó un borrador de programa político para Afganistán,
que anoche fue puesto a consideración de las cuatro delegaciones
afganas en Bonn. Según Ahmad Fawzi, el vocero de la ONU en Bonn,
el borrador de Naciones Unidas prevé un consejo interino de 25
a 28 miembros, un consejo independiente de ancianos para arreglar un consejo
nacional tribal, o Loya Jirga, luego de los seis meses de gobierno interino,
y una fuerza internacional de seguridad. También se planea una
Corte Suprema de Justicia. Queremos hacer un documento que valga
la pena y no un acuerdo débil que los afganos dejen de respetar
ni bien vuelvan a su país, declaró Fawzi. Deben
acordar en todas y cada una de las palabras de este acuerdo e implementarlo.
La comunidad internacional está mirando muy atentamente como implementan
este acuerdo. Ayer a la mañana, la ONU presentó a
los delegados un proyecto de siete páginas con varias ideas de
las partes negociantes: la Alianza del Norte, el grupo leal al ex rey
afgano Mohammad Zahir Shah y otros dos pequeños grupos en el exilio.
También se lanzaron planes sobre un consejo de consultas más
amplio, de 120 a 200 miembros.
De
The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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