Por
Maximiliano Montenegro
Adentro
aparenta un león, pero afuera se transforma en Lassie. El domingo,
homónimo Cavallo denunció que acreedores del exterior, a
los que identificó como fondos buitres, querían
obligarnos a cerrar el sistema financiero y a devaluar; en tanto
que arengó a los argentinos a ganar la batalla. Ayer, sin embargo,
en una teleconferencia exclusiva para inversores del exterior fue una
sedita. Ofreció a los fondos internacionales un diálogo
directo, salteando a los bancos designados por el propio ministerio
como intermediarios, tal como venían reclamando éstos hace
semanas incluso bajo amenazas de demandar judicialmente al Estado argentino.
Esto no es una negociación, aclaró en un momento,
intentando poner un límite.
Buen día para aquellos inversores que nos acompañan
en este hemisferio y buenas tardes para aquellos en Europa, abrió
el ministro ayer al medio día, hora de Buenos Aires, la teleconferencia
reservada, a la que accedió Página/12. La República
de Argentina ha tenido tradicionalmente sólidas relaciones con
los inversores internacionales, cultivadas por muchos años de un
diálogo fructífero. Queremos mantener este diálogo
constructivo con inversores con quienes compartimos el interés
de que mejore la situación económica de la Argentina,
continuó, seductor.
Como fue su estilo desde que llegó por primera vez al Ministerio
de Economía, Cavallo se preocupó el domingo último
por identificar un enemigo de la sociedad argentina, contra el que él
y el presidente, supuestamente, estarían librando una heroica batalla.
El presidente habló de los especuladores aunque tranquilizó:
estamos ganando la batalla, mientras que su ministro
los identificó como los fondos buitres, que, en sus
palabras, querían obligarnos a devaluar.
Los fondos de inversión denominados buitres son pequeñas
firmas de financistas y abogados dedicados a hacer negocios con la cesación
de pagos de un país: compran títulos a precios de remate
y luego reclaman judicialmente al Estado, ante las cortes de Nueva York,
por el pago de su valor nominal, más los intereses capitalizados,
tal como figura en los contratos. La peligrosidad de estos fondos radica
en que pueden poner en jaque el tramo internacional del canje de deuda,
si logran fallos favorables contra el Estado argentino, embargando, por
ejemplo, sus cuentas en el exterior hasta que pague. Sin embargo, como
explicó este diario en una tapa del suplemento Cash del domingo
previo a los anuncios titulada Los buitres, no son los fondos
buitres propiamente dichos los que amenazaron públicamente con
demandar judicialmente al gobierno argentino si no se sentaba a negociar.
Públicamente, voceros de los grandes fondos de inversión
internacionales acusaron al ministro de querer perjudicarlos, favoreciendo
a bancos y AFJP locales, y presagiaron una proceso caótico, con
una lluvia de demandas judiciales en contra del Estado argentino, si el
ministro no negociaba de buena fe con ellos. Más aún,
exigieron un diálogo directo con Economía, desplazando a
los bancos de inversión designados oficialmente como intermediarios,
aduciendo que éstos estaban más preocupados por cobrar suculentas
comisiones como sucedió con el megacanje que por defender
los intereses reales de los clientes-acreedores. Y echaron a rodar versiones
que deprimieron aún más los bonos argentinos y pronosticaron
que la caída sería mucho más estrepitosa en el futuro.
Un día después de su discurso a los argentinos, Cavallo
levantó el teléfono y no se ruborizó al endulzar
los oídos de los fondos de inversión que actuaron como verdaderos
buitres en las últimos días, atendiendo a cada una de sus
quejas. Fueron designados tres bancos internacionales para asesorar
en el proceso de consulta con los inversores: Deutsch Bank, Merrill Lynch
y Salomon Smith Barney. Esto no es un sustituto de la discusión
directa con los acreedores. El rol de los bancos internacionales es ayudar
a identificar a los inversores de todo el mundo con activos dela Argentina,
los tranquilizó. Luego les anticipó que con esta teleconferencia
estoy iniciando una ronda de consultas con los inversores internacionales.
Tanto hablando cara a cara, o en comunicaciones telefónicas personales.
Aquellos de ustedes que han invertido en Argentina en los últimos
años saben que las buenas relaciones con los inversores son importantes
para nosotros, insistió por enésima vez. Aunque, temiendo
una avalancha de presiones del otro lado, se preocupó por acotar:
Esto no es una negociación.
Según les informó el ministro, Daniel Marx, su segundo,
iniciará un tour internacional para escuchar a la mayor cantidad
de inversores como sea posible. En tanto, dijo que entre 8 y 10
semanas podría concluirse el canje de deuda a nivel internacional,
poniendo como fecha fines de enero o principios de febrero
para realizar los anuncios. Dicho sea de paso, esa fecha es alrededor
de un mes antes del 4 de marzo el día 91, el plazo
límite fijado para levantar la inmovilización transitoria
de depósitos.
Durante la teleconferencia, Cavallo también buscó calmar
a los acreedores extranjeros, anunciándoles que el gobierno espera
que ingrese el desembolso de 1260 millones del FMI, destinado a pagarles
vencimientos de capital de la deuda. Por otro lado, no reparó en
matices al describir la crisis económica local, para luego transmitir
el mensaje de que es imperativo para nuestros ciudadanos y para
los acreedores que encontremos un patrón común para encontrar
el crecimiento nuevamente. Más aún, buscó sensibilizarlos
revelando un dato de la última encuesta de octubre del Indec hasta
ahora no difundida para los argentinos: la desocupación ha
aumentado dramáticamente, afirmó.
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