A
última hora de ayer, luego de siete días de negociaciones,
idas y venidas, la conferencia de Bonn dio sus primeros frutos. Las cuatro
delegaciones afganas aceptaron el plan de la ONU de formar un gobierno
provisional de seis meses, seguido de otro de transición que emergerá
de una Loya Jirga (gran consejo intertribal), para luego convocar a elecciones.
El plan sería suscripto formalmente mañana, y hasta entonces
las discusiones se centrarán en lo concreto: cuál es la
lista de integrantes del gobierno de transición y quién
será su presidente. La lista ya fue entregada por la Alianza del
Norte a la ONU. El presidente sería Hamid Karzai, pero la Alianza
del Norte prefiere a Abdul Sattar Sirat, del grupo del ex rey Zahir Shah.
A su vez, la ONU no quiere a Sirat porque no es pashtún. Una pirueta
diplomática de la ONU neutralizó las amenazas de boicot
con que amenazó el ex presidente afgano Burhanuddin Rabbani: el
documento incluye un apartado en la cual se halaga la figura del tajiko.
Las fuentes diplomáticas explicaron cuál era la fórmula
del consenso: acordar la formación de un nuevo gobierno en Kabul
y dejar de lado los detalles más controvertidos que enfrentaban
a las distintas partes. Ahora, sólo falta decidir la composición
del nuevo gobierno provisorio y el primer ministro. Lo que está
claro es que la autoridad interina estará encabezada por un presidente,
que contará con cinco vicepresidentes y otros 23 miembros y gobernará
durante seis meses. Al mismo tiempo, una Comisión Especial de 21
miembros se encargará de preparar la convocatoria del Primer Gran
Consejo de Etnias Afganas (Loya Jirga), para fines de febrero 2002. La
Loya Jirga se encargará de nombrar el gobierno de transición
que deberá gobernar Afganistán en los siguientes 18 meses.
Este segundo gobierno no deberá coincidir nominalmente con el primero.
La Loya Jirga tendrá ademas la misión de redactar una nueva
Constitución y una nueva Ley Electoral y trabajar por la integración
de un Tribunal Supremo. Luego de esos dos años, se llamaría
a elecciones generales. A la vez, durante el período de transición
previa desmilitarización de Kabul la seguridad deberá
estar garantizada por una fuerza militar de seguridad multinacional en
base a un mandato de la ONU.
El candidato número uno para la presidencia es el pashtún
Hamid Karzai, de 46 años. Sin embargo, su estrecha relación
con Estados Unidos no genera mucha confianza en ciertos sectores de la
población afgana. Por otro lado, el grupo de Roma, que agrupa a
partidarios del ex rey Zahir Shah, propone como presidente a Sirat, el
principal consejero del ex monarca y ministro de Justicia durante los
70. La Alianza del Norte adelantó que acepta esa posibilidad:
Ellos (los integrantes de grupo de Roma) liderarán el gobierno.
Los ministerios serán atribuidos a la Alianza del Norte y a los
otros grupos según el peso que representan. Sin embargo,
es la propia ONU la que tiene reservas para con el candidato del grupo
monárquico, ya que no pertenece a la etnia pashtún y porque
parece ser un hombre débil.
También se especuló con otros dos candidatos, aunque más
formales: el ex presidente Sibghatullah Mojaddedi y Pir Ahmad Gailani,
un líder espiritual pashtún. Finalmente, serán los
delegados en la conferencia de la ONU los que nombren a los 29 integrantes
del gobierno, teniendo en cuenta su competencia y su integridad,
a partir de las listas presentadas por las delegaciones presentes
en Alemania. Este parece ser el punto difícil de resolver. Los
nombres tienen que ser discutidos aquí (en Bonn), aclaró
Fawzi. Pero, desde Kabul, la Alianza del Norte se opuso: anunció
que su delegación estaba autorizada a elegir al líder del
gobierno de transición y descartó que se negocie en Alemania
la distribución de los ministerios.
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