Se maneja con poco efectivo,
porque dice que está viviendo en una de las ciudades más
inseguras del mundo. Tenemos un jefe de Gobierno que es muy
facherito, pero que jamás se ocupó de mejorar el tema de
la inseguridad, protesta. Desde hace tiempo está familiarizada
con tarjetas de crédito y de débito y con cheques
si se trata de una transacción un poco más importante.
Reconoce que hay mucha gente que está con bronca por las
nuevas medidas, pero, como siempre, defiende ciegamente en su marido,
al que definió como un hombre perfecto. Si no
hubiera asumido Cavallo al frente del ministerio, hace rato que nos hubiéramos
ido al diablo en materia económica, dijo. Y aseguró
que recibimos cientos de cartas, sobre todo cuando hay momentos
difíciles. Es gente que nos dice: Tengan fuerza, sigan adelante.
Que no nos deje Cavallo. Con ustedes, Sonia Abrazian.
En tiendas de Domingo Cavallo, le temen. Saben los que frecuentan al ministro
que nada puede hacerse en la casa sin su aprobación y que ningún
integrante de su entorno llegará lejos si ella le baja el pulgar.
Sonia Abrazian conoció a su marido en 1966, en los pasillos de
la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de
Córdoba. En ese momento, no pudo resistirse al estudiante
fogoso y extremadamente inteligente. Y nunca más se separaron.
Como pareja, los Cavallo tienen roles bien definidos. Ella administra
el dinero de la familia y es la defensora pública número
uno de su marido; él se dedica a trabajar por el país
y conseguir el dinero que ella administra. El éxito de la primera
de sus misiones es altamente cuestionable. Mejor le ha ido en la segunda
empresa y se acostumbró a vivir bien. Al punto que cuando era ministro
de Economía de Carlos Menem, con la desocupación en aumento,
no tuvo mejor idea que confesar que una familia como la suya no podía
vivir con menos de diez mil pesos mensuales.
Sonia fue entrevistada ayer por Radio Mitre y habló, entre otras
cosas, sobre cómo influirán las nuevas medidas en su vida
cotidiana. Es cierto y reconozco que hay mucha gente con bronca
porque le cuesta el cambio. A todos nos cuesta cambiar la modalidad de
vida, a todos nos cuesta cambiar las cosas que estamos haciendo, y sobre
todo si tienen que ver con el dinero que nos pertenece y que esté
en nuestro bolsillo, dijo la señora, pero pronosticó
que todo pasará y la gente le agradecerá al patriota.
Yo le digo a la gente que es cierto que es brusco el cambio, pero
cuando se acostumbren lo van a notar como algo positivo. Y es mucho mejor
que la gente entre en el circuito en blanco. Hay mucha gente que estaba
en negro.
En lo personal, a la esposa del ministro no se le modificará drásticamente
la vida. Consultada sobre si le va a alcanzar el dinero, ya que sólo
podrá sacar, como el resto de los argentinos bancarizados, 250
pesos por semana, Sonia dijo que Me tienen que alcanzar. Y lógicamente,
me voy a tratar de manejar en ciertas cosas que a lo mejor no lo hacía,
como por ejemplo pagar los diarios o comprar una revista, o en la peluquería,
voy a tratar de usar más la tarjeta de débito. De hecho
en el supermercado yo siempre la uso. Cuando uno tiene que hacer una compra
más grande es mucho más cómodo usar la tarjeta.
Lo que no dijo la esposa del ministro es si, como hasta ahora, va a seguir
con su costumbre de mandarse a hacer los corpiños a medida en una
conocida, exclusiva y carísima casa de lencería.
Sonia Cavallo vive junto a su marido en un piso de Ortiz de Ocampo y Libertador.
Reparte su día entre caminatas aeróbicas, visitas al súper,
peluquería, militancia en Mujeres en Acción la rama
femenina de Acción por la República y el cuidado de
sus hijos. Quienes, según dijo la señora, son todos muy
buenas personas. A tal punto que uno de los varones, Alberto, fue a renovar
un viernes pasado un plazo fijo sin que su padre le avisara del nuevo
paquete. Mi marido tiene por costumbre no comentar nada de lo que
está haciendo en la casa y mi hijo no se quejó de que no
haya avisado porque no está en la vereda de enfrente, mi hijo está
en positivo.Piensa que esto va a ser bueno, que va a salir adelante, que
la gente más humilde ha conseguido que sus ahorros existan y se
mantengan.
El toque emotivo de la entrevista lo aportó la señora de
Cavallo cuando sollozó al aire, emocionada al evocar a los pobres,
igual que su marido hizo alguna vez frente a la fallecida dirigente de
los jubilados Norma Pla. Me emociono pensando en la gente que menos
tiene y en lo malos que son los que actuaron en contra de la Argentina
y aún hoy están apostando en contra de la Argentina. No
hay un gramo de patriotismo, se quejó. Juró que las
medidas no fueron tomadas para salvar a los bancos, sino para salvar
a la gente que menos tiene. Esto se lo digo con una mano en el corazón.
Ojalá la gente pueda interpretar mis sentimientos y mis palabras.
Y no lo digo solamente porque es mi marido Eso sí: la mujer
no se privó de decir que está casada con el que a su juicio
es un hombre perfecto y no se quitó mérito ante
semejante situación: Es que lo supe elegir bien.
Cuentas sin restricciones
Sonia Cavallo sólo podrá sacar doscientos cincuenta
pesos por semana de cada cuenta. Como les ocurrió al resto
de los argentinos, las medidas de su marido afectarán su
vida cotidiana. Pero hay un dato que les permite a los Cavallo dormir
sin frazadas a pesar de las restricciones: cuentas bancarias en
el exterior. Una de ellas, reconoció Sonia ante la acusación
del entonces jefe de la bancada justicialista, Humberto Roggero,
está en Canadá. Dijo su esposa que fue abierta hace
casi veinte años y que su marido deposita allí el
dinero de las charlas y conferencias que da por el mundo. La justificación
que dio por no confiar en el país para dejar sus ahorros
fue la persecución judicial y política
de que acusó en su momento a Carlos Menem.
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