Por José
Natanson y Felipe Yapur
El Presidente Fernando de la
Rúa y su virtual vice, el peronista Ramón Puerta, se reunieron
ayer por primera vez. En el encuentro, que ambas partes definieron como
tranquilo y formal, el misionero dio muestras
de la voluntad de colaborar con la Rosada. Pero lo más importante
fue que, por fin, el Gobierno le encontró un marco claro al tema:
después de una serie de contradicciones a la hora de definir la
gravedad del asunto, De la Rúa decidió presentar la designación
de Puerta como un gesto de convivencia democrática. Tanto, que
ayer le ofreció participar regularmente de las reuniones de Gabinete
y hasta le mostró una encuesta de Analogías que demostraba
que la mayoría de la población no veía mal la presencia
de un peronista en el segundo escalón de la sucesión presidencial.
El senador agradeció el gesto pero rechazó el convite.
El encumbramiento de Puerta un ex gobernador de Misiones alineado
con el bloque federal generó desconcierto en la Rosada. Aunque
su designación como presidente provisional del Senado se veía
venir desde que el PJ ganara las elecciones de octubre, el Gobierno hizo
un intento tardío y sin mucho entusiasmo por cambiar la situación.
Después, ante la evidencia de lo inevitable, los funcionarios aseguraron
que se trataba de un paso adelante en un acuerdo PJ-Gobierno. Claro que,
al mismo tiempo, el titular de la UCR, Angel Rozas, lo calificaba de golpe
institucional.
Hubo que esperar al encuentro de ayer por la tarde para que quedara clara
la posición oficial. Según coincidían los funcionarios
del Gobierno y los hombres de Puerta, el encuentro tuvo un tono formal.
Los dos hombres, que se conocen desde años, conversaron durante
una hora junto al jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, el ministro del
Interior, Ramón Mestre, y el viceprimero del Senado, el cordobés
Juan Carlos Maqueda.
Desde el principio, Puerta subrayó su voluntad de no interferir
con el Gobierno: dijo que él era el titular del Senado y no un
funcionario del Ejecutivo. Aliviado por el tono razonable del misionero,
De la Rúa lo invitó a participar de las reuniones de Gabinete
y dijo que no tenía problemas en que firmara algún decreto
cuando él se encontrara fuera del país. Puerta no sólo
rechazó las invitaciones, sino que incluso sostuvo que no utilizaría
las instalaciones de la Rosada ante la ausencia del Presidente. Me
voy a quedar en el Senado, prometió.
Después pasaron a temas más puntuales. Aunque la intención
del PJ era prorrogar las sesiones ordinarias, lo que les daría
el control del temario, De la Rúa señaló que había
decidido firmar un decreto para convocar a extraordinarias, lo que le
permite al Ejecutivo fijar la agenda para tratar temas como el Presupuesto
2002. Puerta aceptó la decisión oficial, pero pidió
a cambio que se incluyan algunos proyectos, como un seguro de desempleo
y la interpelación de Colombo. También se llevó un
compromiso de que el Gobierno promulgará a través de un
decreto el pacto fiscal con las provincias, que incluye la transferencia
de las Lecop.
Concluida la reunión, De la Rúa prendió la tele de
su despacho para escuchar a Puerta en el Salón de los Bustos. Quedó
conforme, y un rato después salió a hablar maravillas del
misionero (ver recuadro).
Con sus declaraciones, el Presidente dejó en claro que había
decidido desdramatizar la designación de Puerta, y tratar de presentarla
como un hecho natural dentro del juego democrático. Para defender
esta tesis, De la Rúa se apoyó en una encuesta encargada
a Analogías, la empresa que suele trabajar con el Gobierno: según
el sondeo, sólo el 26 por ciento considera la designación
de Puerta un golpe institucional, y el 56 la considera un ejemplo de convivencia
democrática.
Lo importante no es la gestión cotidiana cuando De la Rúa
salga de viaje, porque los decretos tienen que estar refrendados por los
ministros. Lo que nos preocupaba era la convivencia, y la verdad es que
todo indica que va a ser buena, resumía ayer un funcionario.
Conformes y tranquilos
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Fernando de la Rúa.
Muy cordial
Fue muy cordial.
(Puerta) ratificó su voluntad de cooperación, de ayuda
y apoyo al Gobierno, con respeto de las instituciones, sin renunciar
desde luego a su rol de oposición, pero con un alto sentido
constructivo. Este es el modo que debíamos trabajar, mostrando
ante el país y ante el mundo que hay un sentido de unidad
nacional.
Reconoció
que el Gobierno lo ejerce el Presidente y que él lo que desea
es prestar la más amplia colaboración que se verá
en los hechos.
Ha querido remarcar
que su designación como presidente provisional del Senado
es un fortalecimiento de las instituciones y que perteneciendo él
a la oposición, esto contribuirá a mejorar el diálogo
para la sanción y tratamiento de las leyes que falten.
Ramón Puerta.
Buena marcha
El mundo en el
que vivimos está interconectado y las distancias no impiden
la toma de decisiones. El presidente De la Rúa. El y sus
ministros son los que gobiernan, llevan adelante está gestión
y nosotros somos el poder parlamentario.
Esto deja zanjada
cualquier hipótesis que signifique complicar la buena marcha
de las instituciones.
Hubo un acuerdo
total de que el actual gobierno tiene las leyes, los decretos para
funcionar perfectamente con su ministro coordinador, sin necesidad
de ninguna injerencia del presidente del Senado.
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EL
DUHALDISTA CAMAÑO PRESIDIRA LA CAMARA BAJA
Pascual duró casi un suspiro
Por F.Y.
Apenas dos años pudo
el radicalismo conducir la Cámara baja. Hoy al mediodía,
y tras el juramento de los 127 diputados electos, el PJ impondrá
al duhaldista Eduardo Camaño como el nuevo presidente del cuerpo.
Lo que no está cerrado aún son los cargos que siguen. Anoche,
representantes de los diferentes bloques continuaban negociando frenéticamente
la distribución de estos puestos.
El retroceso de la UCR ha provocado quiebres internos. No sólo
perdieron el control de la Cámara y las principales comisiones,
también se encuentran frente a un virtual quiebre. Una veintena
de legisladores enrolados detrás de Federico Storani, Raúl
Alfonsín y Rodolfo Terragno, anunciaron que no integrarán
la mesa de conducción del bloque. El principal argumento esgrimido
por este grupo es la necesidad de tomar distancia de la política
oficialista. Sin embargo, y a pesar de este quiebre sui generis, este
grupo anunció que apoyará la continuidad de Horacio Pernasetti
al frente de la bancada y a Rafael Cambareri como vice de la Cámara.
La disputa que no está saldada es el nombre del vicepresidente
tercero del cuerpo. Este lugar lo pelean el ARI y el Interbloque Federal.
Ambos bloques se adjudican la denominación de tercera fuerza. El
ARI, que postula al socialista Jorge Rivas, sostiene que por cantidad
de diputados les corresponde el puesto en pugna. Los provinciales sostienen
lo contrario. La diferencia está en que el ARI es un bloque y los
provinciales es la resultante de varias bancadas.
La disputa se definirá durante la sesión. Pero de inclinarse
la decisión por un interbloque, los legisladores del ARI estaban
terminando de cerrar un interbloque de centroizquierda con los frepasistas
disidentes y los socialistas populares, con lo cual podrían tener
una bancada de 27 miembros, seis más que los provinciales.
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