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“La izquierda no puede ganar para
hacer papelones como De la Rúa”

Lula Da Silva, del PT, de Brasil, fue el orador más reconocido en la reunión del Foro de San Pablo que se realiza en La Habana.

Luiz Inacio �Lula� Da
Silva, candidato del PT en
las próximas elecciones presidenciales de Brasil.

Por Eduardo Tagliaferro
Desde La Habana

El líder del PT, Luiz Inacio “Lula” Da Silva no dudó en definir a la Argentina como el sitio donde las políticas neoliberales se implementaron a rajatabla. Calificó de “papelón” al gobierno de Fernando de la Rúa y dijo, sin nombrarlo, que Domingo Cavallo, principal responsable de la crisis argentina, fue llamado como salvador de la patria y está terminando de quebrarla para garantizar los intereses de los sectores bancarios y financieros. De los miembros del Foro de San Pablo su discurso fue uno de los más reconocidos. Carismático en los pasillos y reuniones, desde el escenario aportó una carga extra: su palabra. Dijo que pensaba improvisar porque le avisaron a último momento que le tocaría hablar. Pidió disculpas por hablar en portugués y prometió hacerlo lentamente para ser comprendido. Cumplió, salvo cuando el apasionamiento marcó el ritmo de su discurso. Como cuando criticó al sandinista Daniel Ortega por bajar sus banderas históricas. O como cuando afirmó que tras 11 años los cuatro principales representantes del liberalismo en Latinoamérica: Carlos Salinas de Gortari en México, Fernando Collor de Mello en Brasil, Alberto Fujimori en Perú y Carlos Menem en Argentina terminaron “como forajidos por las denuncias de corrupción”.
Sin papeles, ni ayuda memoria, Lula improvisó una disertación a la que acompañó con un hablar pausado y otros tantos gestos y poses. “No sé cómo el sandinismo perdió las elecciones”, dijo en lo que fue una clara crítica. Ya que luego afirmó que no se trata de ganar si no se tiene claro para qué. “La izquierda puede ganar las elecciones pero no para hacer el mismo papelón que está haciendo Fernando de la Rúa”, acotó a modo de ejemplo.
Entre otras, sus principales definiciones fueron las siguientes:
“Cuando avanzaba el liberalismo en los años 90 lo hacía con tanta fuerza que quien se oponía era denominado dinosaurio o izquierda incompetente. No fueron pocos los compañeros que tuvieron vergüenza de decir que eran de izquierda.”
“Los llamados ‘cuatro bambinos de oro del neoliberalismo’ (Salinas de Gortari, Collor de Mello, Fujimori y Menem) todos terminaron como forajidos porque tuvieron en la corrupción la marca principal de sus administraciones.”
“Estos 11 años fueron el empobrecimiento de América latina, el empobrecimiento de Argentina, el empobrecimiento de Brasil, de Perú, de México. Vendimos todos los activos públicos a un precio muy, muy barato y no hicimos nada a cambio para suplantarlos.”
“Argentina fue el ejemplo mayor del neoliberalismo. El responsable de los principales problemas de Argentina, es llamado como el salvador de la patria en Argentina (en referencia a Domingo Cavallo). Y en vez de salvarla está contribuyendo a fundirla un poco más. Y esto está sucediendo porque se dejan en segundo plano palabras como soberanía nacional, dignidad nacional y autoestima.”
“Nosotros no queremos el Plan Colombia, no queremos el ataque a Afganistán, no queremos la amenaza de ningún país sobre otro país como ahora hace Estados Unidos. Mas tampoco queremos el terrorismo porque éste no ayuda a la izquierda en ningún lugar del mundo, ni en ningún momento de la historia. No podemos aceptar que en nombre de combatir el terrorismo se implanten el terrorismo de Estado. Amenazando ahora a otros países como Libia o Irak sin ningún respeto a la ONU.”
“Para la izquierda, la paz llegará cuando la riqueza de la humanidad sea distribuida en forma justa e igualitaria y que todos puedan tomarcafé, almorzar, comer, estudiar. Cuando lleguemos a eso ciertamente el mundo vivirá en paz.”
“Algunos gobernantes latinoamericanos dicen que el ALCA será la salvación para nuestras economías, de la misma manera que hace 15 años atrás afirmaban que la privatización de las empresas estatales y la disminución del Estado sería la salvación de nuestros países. Una integración presupone respeto a la soberanía de cada país y a la autodeterminación de los pueblos. Presupone una integración cultural, política, económica y comercial, como lo hizo la Unión Europea que primero creó el Parlamento Europeo, luego el Banco Central europeo, una moneda única y después ayudaron a los países más pobres: Portugal, España y Grecia. De acuerdo a lo que propone Estados Unidos, el ALCA será el fin de las industrias en Latinoamérica.”
“Como miembros de la izquierda tenemos que preguntarnos por nuestras dificultades: ¿por qué las cosas ocurren como nosotros no queremos que ocurran? ¿Por qué no ganamos todas las elecciones? Acaso no tenemos el mejor discurso, las más importantes verdades, las mejores propuestas. Entretanto no nos preguntamos por qué el pueblo no comprende lo que nosotros hablamos. Pienso que a veces nosotros hablamos para nosotros mismos.”
“Presidente Fidel, si yo hubiera seguido los consejos de grandes analistas brasileños –que me dicen ‘Lula usted va primero en las encuestas, tiene posibilidades de ser presidente del Brasil’– hoy no estaría en Cuba. No iría a Venezuela y mucho menos a Lima. Porque tanto Alberto Toledo como Hugo Chávez están con bajos niveles de popularidad. Me recomiendan que vaya a visitar al Departamento de Estado norteamericano o a los grandes empresarios americanos.”
“Yo me preguntó: ¿si para ganar unas elecciones yo tengo que negar a mis compañeros o a mi historia, qué acontecerá después que gane?”
La última frase fue para Fidel Castro y la Revolución Cubana, a los que les agradeció que enseñen al resto de los pueblos latinoamericanos a vivir con dignidad y andar con la cabeza erguida.

 


 

REUNION DE LAS FUERZAS DE IZQUIERDA DEL FORO DE SAN PABLO
El mundo después del 11 de setiembre

Por E. T.
Desde La Habana

La certeza de que luego de los atentados del pasado 11 de setiembre y de la feroz represalia lanzada por los Estados Unidos contra Afganistán es el prolegómeno de un mundo desconocido y complejo, le otorga a este encuentro cierto espíritu fundacional. Similar al que llevó a los partidos de izquierda a reunirse por primera vez en 1990 cuando las políticas neoliberales se mostraban como único camino posible. La apertura estuvo a cargo de José Ramón Balaguer Cabrera, del buró político del PC cubano. La participación más encendida la entregó el brasileño Luiz Inacio “Lula” Da Silva (ver aparte). Lula exhortó a los participantes del encuentro a discutir las debilidades de la izquierda. “Muchas veces pienso que hablamos para nosotros mismos “, dijo el líder del PT, mientras el presidente cubano Fidel Castro, asentía con su cabeza y tomaba nota de las definiciones de quien hasta este momento aparece como uno de los candidatos más firmes a ganar las próximas elecciones presidenciales del Brasil.
La presencia de Fidel fue la rectora de la jornada inaugural. Aunque no habló frente al auditorio, se convirtió en el referente de cada uno de los oradores. Con una lapicera y un pequeño anotador sobre la mesa del escenario, Fidel era algo más que un cronista de lujo. Sus gestos de aprobación o de ensimismamiento eran capturados por las imágenes televisivas y devueltos a los participantes en dos pantallas gigantes. A su diestra Lula ocupaba una de las nueve sillas que a modo de cabecera lideraban el evento. En una de ellas estaba ubicado el dirigente sandinista Daniel Ortega, cuya mención motivó un silbido que, por lo aislado, sobresalió en el silencio que se hizo cuando fue presentado.
Entre los 389 delegados e invitados se encontraban Patricio Echegaray (PC argentino); Ramón Torres Molina (diputado del Frente para el Cambio); Daniel Das Neves de la Unión Trabajadores de Prensa, José Ballardi (Frente Amplio de Uruguay), Jaime Caicedo (PC de Colombia), además de delegaciones provenientes de China, Vietnam, Austria e India.
En los pasillos las delegaciones reconocen algo que ayer admitió uno de los organizadores: “Como el documento preliminar fue escrito antes del atentado a las Torres Gemelas, el nuevo escenario no fue estudiado con detenimiento”. Tal vez por este motivo es que desde los organizadores se exhortó a los plenaristas a profundizar en la concreción de un plan de acción que aglutine a los partidos de la izquierda latinoamericana.
Sin apartarse ni en una letra, Balaguer leyó su discurso lentamente. En un tono uniforme señaló que en su devenir histórico, el Foro “ha logrado conjurar dos males: vencer la tentación de convertirse en una instancia supranacional de elaboración e imposición de políticas preconcebidas; el segundo es la negación del papel insustituible del partido político de izquierda en la conducción de las luchas populares”.
Balaguer reconoció las contradicciones internas que tuvo el Foro, que llevaron a que “incluso (el Foro) estuviese amenazado de muerte”. Sostuvo que el viejo garrote de Roosevelt luego del 11 de setiembre lo enarbola George Bush con la teoría “están con nosotros o contra nosotros”
Luego el delegado de Haití informó sobre los pueblos caribeños; Alba Maldonado (de la Unión Nacional Revolucionaria de Guatemala) sobre la situación de los países centroamericanos, Jaime Caicedo la de los países andinos y cerró Lula hablando sobre la realidad del Cono Sur. Todos se manifestaron contra el ALCA y contra la posible invasión a Colombia en el marco del denominado Plan Colombia, hoy remozado con el nombre de “Iniciativa Andina”. Fue el delegado colombiano quien afirmó que “en Colombia el único terrorismo es el terrorismo de Estado”. Los delegados salieron del salón auditorio comentando la brillante oratoria con la quecerró Lula. El brasileño no ahorró críticas para con el nicaragüense Daniel Ortega y se llevó el más fuerte abrazo que Fidel Castro haya entregado ayer a algún delegado al décimo Foro de San Pablo.

 

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