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Ahora sí, todos juntos, digan que hay un acuerdo

La conferencia interafgana de Bonn llegó ayer a un acuerdo para un gobierno compartido que todavía tiene que sortear algunos escollos delicados. Una mujer ocuparía una de cinco vicepresidencias.

Ahmad Fawzi, delegado
de la ONU, baja la línea.
“Terminaremos mañana,
repito, si todo sigue bien.”

Por Nicholas Watt *
Desde Londres

Las facciones rivales afganas están al borde de formar un histórico gobierno compartido que incluiría a una mujer como una de cinco vicepresidentes. Después de más de una semana de conversaciones agotadoras fuera de Bonn, las cuatro facciones dieron ayer una lista de ministros a la ONU tras acordar la estructura de un gobierno interino. “Si todo sigue bien, esperamos tener mañana una ceremonia de cierre, repito sólo si todo sigue bien”, dijo Ahmad Fawzi, vocero del jefe de la ONU en la conferencia de Bonn.
Bajo el acuerdo será conformado un gobierno con 29 miembros por seis meses. Esto será liderado por un presidente, cinco vicepresidentes -incluyendo una mujer–, y 23 ministros de gabinete. Se espera que el gobierno esté liderado por Hamid Karzai, un jefe pashtún que combate a los talibanes en Kandahar. Abdul Sattar Sirat, un aliado cercano al ex rey afgano que fue visto como el favorito para liderar el gobierno, habría retirado su nombre. La autoridad interina gobernará por seis meses hasta que se produzca la Loya Jirga (gran consejo intertribal) para formar un gobierno que regiría por dos años, para luego convocar a elecciones. Una fuerza de mantenimiento de paz bajo el auspicio de la ONU será instaurada para ofrecer tranquilidad a las facciones que temen a la Alianza del Norte que ahora controla Kabul.
Todas las facciones, incluida la Alianza, acordaron que la autoridad interina debería ser manejada por grupos que representen a los pashtunes, que son la mayoría de la población afgana. Sin embargo, todavía no hay un acuerdo de cómo deberían destribuirse los ministerios. La Alianza, que está dominada por uzbekos y tajikos, quiere obtener los puestos más codiciados de Defensa, Relaciones Exteriores e Interior, que han mantenido desde que tomaron Kabul el mes pasado. Ayer Fawzi advirtió que el desacuerdo sobre la distribución de los ministerios podría impedir un acuerdo final. “Esto es un obstáculo muy difícil, no estamos allí todavía. Todo puede salir mal”, dijo. La ONU está revisando una lista de 150 nombres que fueron presentados por las cuatro facciones para la autoridad interina. Las negociaciones seguirán por la noche para reducir la lista a 29 personas que ocuparán en el gobierno. Ayer había temor de que Burhanuddin Rabbani, el líder de la Alianza, quien ha estado ausente de las conversaciones, podría romper las negociaciones a último momento. En una señal de tensión dentro de la Alianza, su lista de nombres no incluyó a Abdullah Abdullah, el canciller de la Alianza, ni a Yunis Qanuni, líder de la delegación de la Alianza en Bonn. Sus nombres fueron adheridos en Bonn. Los diplomáticos estaban manteniendo un constante contacto con Rabbani, que acordó entregar el poder pero que mostró su desdén por las conversaciones al mantenerse en Kabul. Fawzi apeló a Rabbani, quien está todavía reconocido por la ONU como el presidente de Afganistán, para “continuar apoyando el proceso de Bonn hasta la conclusión exitosa de la transferencia del poder”.
La intensificación de las negociaciones en Bonn se produjo mientras el Foreign Office británico anunciara que su representante en Kabul, Stephen Evans, regresará a Gran Bretaña para “un respiro”. Será reemplazado por Andrew Tesoriere, un ex embajador en Albania de 51 años, que tuvo contactos con el líder talibán, el molá Omar, cuando encabezó la misión de la ONU a Afganistán entre 1998 y 2000. El Foreign Office está rotando a sus representantes en Kabul debido a las duras condiciones del lugar. Una vez que el nuevo gobierno esté en su lugar, se hará una decisión para convertir la misión británica en una Embajada en regla.

* De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12.
Traducción: Manuel Irurzun.

 


 

HABLA FRANCESC VENDRELL, EL EMVIADO ESPECIAL DE LA ONU
“No es ideal, pero es mejor que antes”

Por J. P. Velázquez-Gaztelu
Desde Bonn

Francesc Vendrell, enviado especial adjunto de la ONU para Afganistán, es uno de los artífices del acuerdo que ayer ultimaban las cuatro facciones afganas reunidas en Bonn. Visiblemente cansado tras nueve días de mediación entre las partes, Vendrell subraya que no se podrá cantar victoria hasta que el plan de transición se cumpla sobre el terreno. Ayer conversó con este diario en el palacio de Petesberg, el lujoso hotelresidencia cercano a Bonn donde han tenido lugar las negociaciones sobre el futuro político de Afganistán.
–¿Qué significado histórico tiene el acuerdo de Bonn?
–Si este acuerdo se cumple, sería la primera vez desde 1973, cuando fue derrocado el rey Mohamed Zahir Shah, que los afganos pueden decidir su futuro y tener instituciones modernas, como un Estado de derecho, y un régimen con cierta división de poderes. Si el acuerdo sale adelante, será un paso de enorme importancia para Afganistán. Ahora bien, si no se cumple, o se cumple mal, sería una catástrofe. Es importante que la comunidad internacional esté decidida a no permitir que eso suceda.
–¿Está satisfecho con los resultados de la negociación? ¿Le hubiera gustado ir más lejos?
–Conseguir algo más aquí, en una reunión de sólo nueve días, hubiera sido imposible. La conferencia tuvo que convocarse con prisa, porque ya la Alianza del Norte controlaba más de la mitad del país. Quiero dejar claro que una cosa es la firma del acuerdo y otra muy distinta su implementación. Personalmente, no quiero cantar victoria hasta ver que este documento se cumple en la práctica; no sólo la letra, sino el espíritu. Entonces podremos decir que esta reunión ha sido un éxito. Es importante que el pueblo afgano entienda bien lo que vamos a tratar de hacer en los próximos dos años y medio. Muchos se preguntarán qué hacen estos grupos reunidos en Bonn nombrando ministros, o con qué derecho está haciendo esto la ONU. Nosotros les decimos que ésta es una situación de emergencia y que es necesaria una autoridad legal “pro tempore”. No será muy democrática, pero es preferible a la que había antes.
–¿Cuál es la tarea más urgente que tiene por delante la Administración provisional?
–Hay que empezar por la rehabilitación del país. Hay que tratar, sobre todo, de que los distintos grupos armados se pongan bajo la autoridad de la nueva Administración y que no volvamos al período de los señores de la guerra. También es muy importante, y esto va a depender mucho de la comunidad internacional y de Naciones Unidas, que el pueblo afgano vea una mejora en su nivel de vida y que se satisfagan sus necesidades más urgentes. No se va a cambiar el país de la noche a la mañana, pero en seis meses deberían empezar a notarse las mejoras.
–¿Podrá la Administración provisional gobernar en un ambiente de estabilidad?
–Esperamos que sea así. Va a depender de la voluntad de las diversas fuerzas afganas y de ciertos países, como EE.UU., hacer lo necesario para que no volvamos a vivir períodos como los de finales de los años 80.
–¿Cuándo se va a desplegar la fuerza multinacional de paz?
–Dependerá del Consejo de Seguridad, especialmente de sus miembros permanentes. Nos gustaría que fuese lo antes posible.
–¿Cuántos soldados serán necesarios para garantizar el orden?
–Creemos que debe ser el mínimo posible para cumplir las funciones previstas en el acuerdo. Siempre he defendido que en cualquier fuerza internacional, lo que menos importa es la composición, sino que seadiscreta, disciplinada y efectiva. No se necesita mucha gente si la fuerza que vaya a Afganistán tiene estas características.
–¿Son serios los grupos afganos cuando aseguran que la mujer desempeñará un papel activo en la vida política?
–Yo he notado un compromiso bastante serio. Obviamente, nadie quiere aquí, delante de Naciones Unidas y de los demás, identificarse con actitudes de exclusión de la mujer, especialmente después del período de los talibanes. En el acuerdo está previsto un papel importante para las mujeres. Tendrá que haber un mínimo de mujeres en la Loya Jirga y en la Administración interina. Sin imponer criterios de fuera, desde la ONU vamos a impulsar una mejora de las mujeres afganas. Muchos afganos se percatan de esa necesidad. Esperamos que la autoridad provisional cumpla su compromiso.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

 

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