Por Richard Norton-Taylor
y Jonathan Steele
Desde
Londres y Chaman, Afganistán
Cientos de combatientes tribales
afganos, en coordinación con fuerzas especiales norteamericanas
y británicas, estaban ayer dirigiéndose a las cuevas cerca
de Tora Bora, al sudoeste de la ciudad oriental de Jalalabad, en un asalto
masivo contra lo que se cree que es el escondite de Osama bin Laden, se
informó ayer. Hazrat Ali, comandante de seguridad de Jalalabad,
que está dirigiendo el ataque contra Tora Bora, dijo anoche que
Bin Laden fue visto en las inmediaciones hace cuatro días. Otras
fuentes militares afganas dijeron que el egipcio Ayman al Zawahiri, número
dos de la red terrorista Al-Qaida, había sido herido, y el responsable
de finanzas Alí Mahmud habría muerto en los bombardeos norteamericanos
contra la zona.
Estados Unidos habría persuadido a Pakistán de enviar agentes
para ayudar en la operación de búsqueda en las montañas
después de una visita de George Tenet, director de la CIA, a Islamabad.
Funcionarios de la agencia también estarían ofreciendo más
recompensas a cambio de ayuda en rastrear a Bin Laden y sus protectores
para asegurarse el apoyo de combatientes antitalibanes y alentar deserciones
de comandantes talibanes. Washington ya ha ofrecido 25 millones de dólares
por informaciones sobre su paradero. La shura (consejo) de Jalalabad
ha movilizado alrededor de 2000 residentes para echar a los talibanes
y sus partidarios de Tora Bora dijo a la agencia Reuters Amin, portavoz
de Hazrat Ali, jefe militar de Jalalabad. Están en camino
a la zona, pero los combates aún no han comenzado, agregó.
Amin, que como muchos afganos usa un solo nombre, dijo que la fuerza antitalibana
había partido de Jalalabad a Tora Bora, a unos 45 kilómetros
de distancia, en vehículos cuatro por cuatro. Aeronaves norteamericanas
han bombardeado frecuentemente el área montañosa de Tora
Bora, donde funcionarios de inteligencia dicen que creen que Bin Laden
está escondido junto con unos 1000 combatientes de Al-Qaida. Tropas
de las SAS británicas y fuerzas especiales norteamericanas también
estarían rastreando el área, donde los mujaidines construyeron
bunkers durante su guerra de guerrillas contra las tropas soviéticas
en los años 80. El complejo subterráneo sería suficientemente
grande para albergar 1000 personas y armas.
Mientras tanto, los aliados tribales de Estados Unidos estarían
estrechando el cerco sobre su otro blanco remanente, la plaza fuerte talibana
de Kandahar. Pese a fuertes bombardeos norteamericanos en torno de la
ciudad, los talibanes parecen estar resistiendo mucho más que lo
que Estados Unidos esperaba. Más de 1000 marines estadounidenses
y pequeñas cantidades de tropas británicas de las SAS y
fuerzas especiales alemanas están acampando más lejos esperando
que la ciudad caiga y que los talibanes huyan.
Combatientes tribales pashtunes leales al ex gobernador de Kandahar Gul
Agha forzaron su entrada al aeropuerto de Kandahar desde el sur ayer,
según dijo un comandante tribal, Mohammed Jalal Khan. Agregó
que estaban luchando por el control de la terminal. La matanza masiva
de prisioneros en la fortaleza Qala-i-Jang cerca de Mazar-i-Sharif ya
ayudado a endurecer la resistencia talibana dentro y en torno a Kandahar,
según los líderes pashtunes antitalibanes. Ellos no
esperan estar seguros si se rinden. No son solamente los árabes
los que están resistiendo, dijo en Chaman ayer Akil Shah,
un líder de la tribu Achakzai. Varios altos ministros talibanes
han desertado huyendo a Chaman o a Quetta, que está a 120 kilómetros
de la frontera, dijo Akil Shah. Pero estas deserciones todavía
no han tenido un efecto visible. No son importantes militarmente,
dijo Ahmed Karzai, el hermano de Hamid Karzai, un poderoso líder
pashtún que es próximo al ex rey. Hamid Karzai tiene una
fuerza importante de combatientes tribales que se han desplazado a una
posición a 18 kilómetros de la ciudad de Kandahar desde
el norte, y está intentando convencer a los comandantes talibanes
de que se pasen de bando.
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