Por José
Natanson
¿Che, y si no
llega la guita qué pasa?, le preguntaba un ministro a otro,
luego de una reunión con un puñado de gobernadores peronistas
para hablar de las inundaciones. El diálogo, ayer por la tarde
en el Salón de los Escudos del Ministerio del Interior, ilustra
la increíble situación que atraviesa el Gabinete: en medio
de un vendaval financiero que apenas entienden, los funcionarios políticos
sólo atinan a mirar a Domingo Cavallo, que los desconcierta con
cada nuevo movimiento. Lo único que sé es que estamos
en caída libre, resumía anoche una fuente de la Rosada.
Ayer hubo de todo: versiones de devaluación y dolarización,
rumores sobre la salida inminente de Cavallo, la decisión de flexibilizar
las restricciones a los depósitos y, sobre la noche, la peor de
todas las noticias: el anuncio oficial del FMI de que por el momento
no depositará los 1300 millones previstos para diciembre.
En la Rosada sabían desde hace días que los recursos del
Fondo eran claves para la marcha de un Gobierno que ha cortado buena parte
de sus servicios, empezando por el PAMI y las partidas sociales. Ayer,
desde temprano, los funcionarios cruzaron nerviosos llamados para averiguar
si habían llegado noticias del desembolso.
Preocupados, el ministro del Interior, Ramón Mestre, el de Desarrollo
Social, Daniel Sartor, el de Infraestructura, Carlos Bastos, y el de Trabajo,
José Dumón, conversaron del tema antes de un encuentro con
Adolfo Rodríguez Saá, Rubén Marín y Carlos
Reutemann. En la charla, los funcionarios atribuyeron a la especulación
externa por el canje la vorágine financiera de la jornada, en la
que riesgo país trepó a los 4 mil puntos.
En cuanto a los rumores sobre la salida de Cavallo, los ministros señalaron
a algunos operadores que estarían forzando una devaluación.
Según decían, De la Rúa no tenía pensado ir
al almuerzo del Foro Iberoamericano, al que asistió sólo
para respaldar a Cavallo. El Mingo está firme, se tranquilizaron.
Un rato después, Cavallo ofrecía una conferencia de prensa
en Economía para anunciar que se aflojaban parcialmente las restricciones
a los depósitos. La mayoría de los funcionarios con
excepciones como el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo desconocía
las intenciones del jefe de Hacienda.
Es que, en estos días de crisis, la mayor parte del Gabinete no
participa de las decisiones cruciales, de las que suelen enterarse sobre
la hora. La situación se complica porque muchos creen que su puesto
peligra: aunque De la Rúa es impenetrable, el enésimo recambio
del Gabinete con la llegada de Rafael Pascual a Interior como eje
se produciría cerca del fin de semana. En este sentido, no es casual
la presencia de Antonio de la Rúa que, de paso por la Argentina,
conversó largamente con el Presidente sobre la situación
del Gobierno. Se sabe: el joven De la Rúa suele acelerar los tiempos
vaticanos de su padre, aunque sus consejos suelen derivar en crisis institucionales
de diverso tipo.
Pero la reformulación ministerial ocupa un segundo plano en las
prioridades del Gobierno, que anoche recibió un golpe tremendo
a través de un comunicado del FMI en el que se informaba que no
se transferirá la cuota de asistencia de diciembre.
Anoche, un funcionario hacía rápidos números para
dimensionar la situación: este mes deben abonarse 900 millones
en concepto de intereses, la recaudación de los últimos
meses promedió los 3500 millones. O sea: el Gobierno deberá
implementar un nuevo y fenomenal ajuste del gasto o conseguir fondos de
otro lado. Pero la negativa tiene, más allá del impacto
en las cuentas, un efecto político cuyo alcance es difícil
de precisar. Nos avisan que estamos solos, definían
en el Gobierno.
Hay una segunda lectura. Después de leer con atención el
comunicado, en la Rosada aseguraban que la intención del FMI era
presionar al Gobierno para que acelere una decisión de política
monetaria: dolarización,devaluación o una combinación
de ambas. Lo que están diciendo es que con esto no alcanza,
que hay que apurar los tiempos y que hasta que no se conozca cuál
va a ser la nueva política económica no va a haber plata,
resumía una fuente con despacho en la Rosada. Vamos a tener
que hacer algo, porque parece que con el socialismo sin Fidel no alcanza,
completaba anoche uno de los pocos funcionarios a los que le quedaba una
chispa de humor.
Primera vez con Rozas
El titular del radicalismo, Angel Rozas, se reunirá hoy
con el presidente Fernando de la Rúa, en el primer encuentro
entre ambos desde que el chaqueño fue elegido como reemplazante
de Raúl Alfonsín al frente del Comité Nacional
de la UCR.
Según aseguraron ayer en el radicalismo, la intención
de Rozas es conversar con De la Rúa sobre la complicada marcha
de la economía, además de plantearle la necesidad
de fortalecer la Alianza. Por otro lado, Rozas intentará
darle un tono más federal a la nueva conducción. Por
eso, el Comité Nacional del radicalismo sesionará
en Córdoba el sábado 15.
Ese mismo día se reunirá el congreso del Frente Grande,
que elegirá al jefe de Gobierno porteño, Aníbal
Ibarra, como presidente del partido. Justamente, en los próximos
días Rozas planea reunirse en con Ibarra. El objetivo, elaborar
una política común para la Alianza que quedaraá
plasmada en un documento.
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