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Un organismo provincial cobra
sus servicios en diskettes o sillas

�Es una forma de subsistir�, explica la titular de la Dirección de Estadísticas y Censo de Neuquén. Proveen datos a empresas e investigadores, y en vez de dinero cobran en especies: de sillas a resmas de papel.

Los objetos más diversos de oficina
son aceptados como pago por la Dirección de Estadística.

Por Mariana Carbajal

En tiempos en que el dinero en efectivo es un bien escaso, en la Dirección de Estadísticas y Censo de la provincia de Neuquén cobran en especies la información que suministran. Sillas, resmas de papel, diskettes, discos rígidos, veladores y cartuchos de impresoras son los insumos más habituales a la hora de pasar presupuesto por los datos que les solicitan consultoras privadas, investigadores, estudiantes universitarios, municipios y organismos públicos. “Es una forma de subsistir. Nos las rebuscamos en la miseria”, contó a Página/12 la titular del área, Estela Arévalo.
En realidad, en el organismo provincial fueron visionarios. El virtual sistema de trueque lo pusieron en práctica mucho antes de que al ministro Cavallo se le ocurriera el Plan Candado. El mecanismo de cobro en insumos rige en la Dirección de Estadísticas y Censo de Neuquén hace más de dos años. “Tratamos de sobrevivir”, insistió la funcionaria. Según explicó a este diario el director general de Administración y Despacho de la Subsecretaría de Planificación, Miguel Martínez, el organismo no puede cobrar dinero constante y sonante por la información estadística hasta que no se modifique el Código Fiscal de la provincia y arancele ese tipo de servicio. Ante la imposibilidad de percibir efectivo, optaron por pedir “a modo de donación” insumos que necesitan para funcionar.
“Cuatro sillas”, fue el presupuesto que le pasaron recientemente a una consultora extranjera, con sede en la Capital Federal, que les solicitó información estadística sobre la población de algunas localidades de la provincia de Neuquén. “Me dijeron que después nos mandan en lugar de una factura un acta donde consta que las sillas quedaron inventariadas, para que no haya dudas sobre el destino de los insumos”, contó a Página/12 una empleada de la consultora. Las sillas son la gran obsesión de Arévalo. Según ella misma contó, le cuesta conseguirlas y las que tienen en la dirección están bastante deterioradas. “Vivimos peleándonos por las sillas. Un escritorio aunque no le abran los cajones se puede seguir usando, una silla rota, no. A veces, cuando recibimos gente de afuera tenemos que pedir sillas en otra oficina porque no nos alcanzan. Cuando cobran sus servicios, las consultoras ponen en sus presupuestos el pago de información estadística. Por eso, cuando alguna consultora privada nos solicita información, les pido que donen sillas”, señaló Arévalo.
La Dirección de Estadísticas y Censos de Neuquén funciona como un Indec local. Recientemente estuvo a cargo del Censo Nacional en la provincia. Habitualmente realiza la Encuesta Permanente de Hogares, la Encuesta Industrial mensual y anual, relevamientos en los municipios sobre nuevos permisos de edificación y servicios, entre otras tareas. “Como no tenemos medios para hacer una publicación por imprenta de los datos, los imprimimos caseramente a través de la computadora, pero un cartucho para la impresora láser nos cuesta 250 pesos. Hacemos cinco copias. Entonces, si algún investigador de la Universidad Nacional del Comahue –que suelen consultarnos– nos pide una copia se la hacemos nosotros, pero les pedimos la resma de papel, el diskette o el soporte en el que lo necesita”, explicó la directora de Estadísticas de la provincia. El gobierno provincial –contó– paga el alquiler del edificio en el que funciona el organismo, la luz, y los sueldos. “Pero no tenemos presupuesto suficiente para insumos. Las donaciones son para nosotros un medio de subsistencia para poder seguir brindando información”, aclaró.

 


 

EL PRIMER PROYECTO EN LA LEGISLATURA PORTEÑA
En busca de una ley de sida

El miércoles, en la Legislatura porteña, comenzará el debate en torno del proyecto de ley de sida que tendrá vigencia en la Capital Federal y que es impulsada por distintos bloques que han venido trabajando en la búsqueda de un consenso. En el punto uno de la parte dispositiva se propicia que el gobierno garantice “políticas y acciones” tendientes a la prevención del contagio, tanto como a la “asistencia y contención” a través de la red social gratuita. Las medidas apuntan no sólo a los enfermos sino también a los huérfanos de padres que murieron como consecuencia de la enfermedad. Previo al comienzo de la discusión legislativa, ya se escucharon cuestionamientos a por lo menos uno de los artículos, el que prevé la creación de un registro único de datos sobre personas infectadas.
Voceros de algunas de las ONGs relacionadas con el tema opinaron que con esta medida se puede promover el temor de los afectados a concurrir a un servicio de salud y la demonización de la víctima. La iniciativa fue presentada ayer en una conferencia de prensa donde se recordó que en la Capital Federal hay 40 mil infectados con VIH y que el sida se convirtió en la principal causa de muerte en personas de entre 20 y 35 años.
El proyecto propone también facilitar la inserción social, laboral y educacional de los enfermos y sus familiares, garantizando el carácter de gratuito de todos los análisis que las personas se hagan para determinar si se han contagiado la enfermedad. La legisladora Clori Yelicic dijo que en la ciudad de Buenos Aires “se tratan 6.300 pacientes de sida” y que la Nación “transfiere 23 millones de pesos” con ese fin, la mayor parte en medicamentos. A ellos debe sumarse el millón y medios de pesos que el Ejecutivo porteño incluyó en el presupuesto para 2001.
Entre las tareas de prevención se hace mención expresa al contagio entre los adictos a drogas inyectables que se produce por compartir las jeringas. Por eso se instrumentará la política conocida como “reducción de daños”, lo que significaría la provisión de materiales a esas personas para garantizar la reducción de ese modo de contagio. Las políticas preventivas apuntarán también a disminuir los casos de transmisión madre-hijo, que a nivel nacional colocan a la Argentina entre los países más vulnerables de Sudamérica.
El proyecto de ley, que llevó dos años de trabajo, contempla la creación de un Banco de Drogas y un registro no nominal que permita evaluar las cifras reales del sida en la ciudad. La ley cuenta ya con despacho de mayoría, pero podría sufrir modificaciones durante el debate.

 

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