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EL AUMENTO DE CONSULTAS A PSICOLOGOS EN MEDIO DE LA CRISIS ECONOMICA
Cuando un país se queda sin cuerda

Algunos van a gritar a un banco. A otros les da por la angustia y las pesadillas. Unos y otros terminan cada vez más en el diván. El caos económico, Plan Candado incluido, triplicó las consultas según la Asociación de Psiquiatras. Aquí, los expertos explican el aumento de los trastornos de la ansiedad.

Por Horacio Cecchi

Aunque Domingo Cavallo no se lo hubiera propuesto, y esto es difícil saberlo, sus más recientes medidas sobre el bolsillo de los argentinos que se agregan a anteriores medidas sobre los mismos bolsillos, tienen repercusiones a altos niveles. Más concretamente, dentro de la cabeza de los argentinos. Ayer, Humberto Gobbi, de la Asociación de Psiquiatras Argentinos señaló que en los últimos tres días se triplicaron las consultas gracias al Plan Candado. Más allá de los números, todos los especialistas consultados por este diario coincidieron en que aumentaron visiblemente la ansiedad, angustia, depresión, con úlceras, pánicos, hipertensiones y pesadillas varias. Todas vinculadas de una u otra forma a las decisiones del ministro de Economía. “Estas medidas –señaló Ruth Taiano, presidenta de la Asociación de Profesionales del Ameghino– provocan la vivencia arrasadora de estar a merced de un otro arbitrario y para colmo ineficaz”.
Como todos los años, en abril pasado, la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA) organizó su Congreso Argentino de Psiquiatría. En sus conclusiones advirtió sobre el aumento de los trastornos de ansiedad con expresiones somáticas como crisis de hipertensión, espasmos cerebrales, úlceras gastrointestinales y otras formas de poner en el cuerpo propio lo que Cavallo saca del bolsillo ajeno. Ayer, Humberto Gobbi aventuró que por las medidas aumentaron 300 por ciento las consultas a los especialistas. “La gente lo toma como si se le estuviera informando que el país entró en guerra”, sostuvo.
El psicoanalista Hugo Pisanelli, director de Psicólogos y Psiquiatras de Buenos Aires (PPBA), coincidió en el efecto de las medidas económicas sobre la salud de los argentinos. “En los consultorios externos del Hospital Borda, desde julio de este año estamos dando turnos para tres meses después. La desocupación, la falta de perspectivas son temas muy habituales. Pero además, los consultorios públicos desbordan porque se caen las obras sociales, porque no alcanza la plata para una atención privada.” Una estadística realizada por la PPBA, sobre 2841 consultas en los últimos dos años dio como motivo clínico más frecuente los miedos, ataques de pánico, fobias, angustia, ansiedad, depresión y compulsiones. Resulta interesante descubrir a qué asociaron los pacientes esos problemas: “El mantenimiento de la actividad laboral, la falta de trabajo, y cuestiones económicas en general, baja de ingresos, descenso de la calidad de vida”, ocupan al menos la mitad de las temáticas de diván.
“A veces aparece claramente definido el miedo al futuro –explicó Graciela Lucatelli, presidenta de APSA–. Se nota una muy tremenda dificultad de la gente para la anticipación, para trazar proyectos de vida. Hasta para algo tan simple como pensar en invertir dos años en una carrera, y después tomarse vacaciones. Es lo que se observa ahora, que durante el congreso de abril no aparecía. Está vinculado al contexto, a la inestabilidad laboral, porque el que se queda sin trabajo no sabe si vuelve al mercado. No sé en qué proporción puede haber aumentado la consulta, pero sí se percibe que aumentó la de emergencia, con crisis de angustia, propio de un país donde las personas no pueden desarrollar sus potencialidades.”
“Básicamente, en los últimos tiempos se nota un aumento de consultas por trastornos de ansiedad y depresivos”, describió Roberto Sivak, psiquiatra del Hospital Alvarez. “Los primeros hablan de una imposibilidad de adaptarse a situaciones de cambio o por incertidumbre. Esos trastornos pueden durar lo que dura la incertidumbre. Pero se notan también cuadros más severos, los más comunes por angustia, pánico, crisis de ansiedad abruptas, acompañadas por agorafobia (pánico a espacios abiertos). Puede leerse como reflejo de incertidumbre, sensación de impotencia, falta de apoyo en algo seguro. De alguna manera es la representación de lo que le pasa al país.” Los especialistas coinciden en que frente a una situación de crisis e incertidumbre, como la desatada por Cavallo, la respuesta dependerá de la estructura de cada uno. “Pero además de las patologías preexistentes –explicó Juan Carlos Ferrali, docente de la Carrera de Psicología e integrante del Centro de Estudios para el Desarrollo Humano–, lo que en contextos normales puede ser un problema de depresión, en contextos como éste es un problemón, porque complejiza la patología.” El 27 de noviembre pasado, el Cedhu organizó las conclusiones sobre un taller de salud mental en contextos de temor, incertidumbre y desesperanza. Una de esas conclusiones señalaba que “la población argentina se encuentra en un riesgo psicológico grave” y mencionaba al desamparo y la desesperanza. “El desamparo –definió Ferrali– es la vivencia de no poder controlar las cosas en el presente. La desesperanza, de no poder hacerlo en el futuro.”
Cavallo, finalmente, aparece en el diván aunque no necesariamente con la imagen pretendida por sus órganos de prensa. Según Ruth Taiano, “absolutamente todas las consultas están tomadas por cómo resolver el problema de los cajeros, de cómo cobrar el sueldo, cómo pagar la escuela de los hijos. Todo el mundo está en eso porque es una realidad muy fuerte. Pero cuando las figuras de autoridad, los gobernantes, toman medidas no eficaces, genera una sensación de estar a la deriva que produce mucha ansiedad, mucha angustia. Cada uno reaccionará con sus recursos. Algunos quedarán paralizados, otros van a armar escándalo al banco, otros pedirán prestado. Lo que se nota es la sensación de desorientación. Hasta ahora se notaba la imposibilidad de los pacientes a programar a largo plazo. Ahora, esto produce la imposibilidad de programar a ningún plazo”.

 

El ranking de los trastornos de ansiedad

Trastorno de ansiedad generalizada (preocupación excesiva y constante por todo). El rótulo corresponde al diagnóstico más generalizado realizado sobre 722 casos evaluados durante la Semana de los Trastornos de Ansiedad, organizada en los hospitales porteños en agosto pasado, a través de consultas gratuitas. Durante cinco días, los hospitales Fernández, Argerich, Rivadavia, Alvarez, Durand y Piñero atendieron en forma gratuita consultas sobre ansiedad y estrés. Fueron atendidas 809 personas, de las cuales se evaluaron epidemiológicamente 722.
En el 67 por ciento de los casos se detectó trastorno de ansiedad y se proporcionó tratamiento psíquico y farmacológico. De esa cantidad, el 36 por ciento fue derivado a tratamientos especiales de psicopatología, y en el 31 por ciento de los casos, se recetaron ansiolíticos.
Sobre el total de las consultas, el 77 por ciento fueron mujeres. El dato puede dejar una idea errónea. No es que sean más ansiosas, sino que se animan a hacerlo público. “Los trastornos mentales, el sentimiento de angustia –explicó Graciela Lucatelli– son vividos como signos de debilidad. En nuestra cultura, el hombre es el proveedor, como macho tiene que poder. Por eso, el hombre padece más que la mujer la desocupación. Y no lo puede aceptar tan fácilmente. Por eso, las tres cuartas partes de quienes se acercaron a hacer una consulta fueron mujeres: lo pueden hacer público.”
Después del diagnóstico de trastorno de ansiedad generalizada, el segundo rubro que abarcaron las consultas fue el trastorno de angustia con miedo a salir al exterior. Lo que se conoce como agorafobia, que los pacientes refieren como paralización, no poder y un nudo atravesado en la garganta. La misma semana se realizó en Córdoba y se repetirá el año próximo en cada una de las provincias argentinas.

 

Un cambio difícil

Las personas de la tercera edad sufrirán particularmente los cambios en la manera de comprar y operar con los bancos impuestos por el Gobierno, alertó ayer el catedrático en Terapias Psicológicas de la Asociación de Psiquiatras Argentinos, Humberto Gobbi.
Los cambios, señaló, “actúan desorganizativamente, produciendo un cuadro de caos de desorganización y de tener que depender de alguien que sepa más y lamentablemente el sector de la tercera edad no es el que está más acompañado”. El psiquiatra señaló que esta situación “va a generar situaciones traumáticas especialmente en los sectores más pobres que no cuentan con una información previa adecuada y también en las personas de la tercera edad que por sus características psicológicas tienen dificultades a la operatoria de cambios rápidos”.
“Esto es brusco y muchas personas no van a poder realizar rápidamente este cambio: pagar ayer en dinero y hoy manejarse de esta manera”, explicó Gobbi.

 

Los síntomas del alerta

Si usted sufre tensión, preocupación e inquietud en forma permanente, nota que tiene angustias y se siente irritable, sufre alteraciones en su sueño, tiene contracturas musculares, dolores de cabeza, palpitaciones, trastornos gastrointestinales, sensaciones de falta de aire, incapacidad para relajarse y dificultad para concentrarse, sea precavido: son síntomas de trastorno de ansiedad, un problema considerado de salud mental. En agosto pasado, la Sociedad Argentina de Trastornos de Ansiedad estimó que alrededor de la cuarta parte de la población sufría el problema sin saberlo. Unos 9 millones de argentinos. Desde el lunes pasado, es probable que la calvofobia se haya incrementado notablemente.

 

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