Por David Cufré
Los diputados justicialistas
Jorge Remes Lenicov y Oscar Lamberto tienen línea directa con el
Fondo Monetario Internacional y el Departamento del Tesoro de Estados
Unidos. El jefe de auditores del organismo de crédito, Tomás
Raichmann, estuvo en permanente contacto con los legisladores durante
su estadía en Buenos Aires, contacto que mantiene con igual intensidad
esta semana. Los diputados también dialogan con el número
dos del Tesoro, John Taylor. Ellos son el puente en materia económica
entre Washington y el peronismo. Unos y otros están tejiendo estrategias
e intercambiando diagnósticos sobre cómo puede evolucionar
la crisis. El encuadre de fondo de esas conversaciones es la hipótesis
cada vez más fuerte de que el justicialismo asumirá el poder
en breve, y desde Estados Unidos quieren saber qué hará
y cómo lo hará.
Remes Lenicov fue el ministro de Economía de Eduardo Duhalde y
conserva el estatus de economista de cabecera del ex gobernador. Pero
su capital político se ha acrecentado porque tejió relaciones
con Ramón Puerta, Néstor Kirchner, Juan Carlos Romero y
Rubén Marín, principales referentes del Bloque Federal que
reúne a once gobernadores de provincias chicas. Remes
fue asesor de ese grupo en las recientes negociaciones entre la Nación
y las provincias para la firma de un nuevo Pacto Fiscal. Lamberto, quien
en tres días asumirá como senador por Santa Fe, responde
a Carlos Reutemann. Fue presidente de la estratégica comisión
de Presupuesto y Hacienda de Diputados durante el menemismo y ahora es
vicepresidente de esa misma comisión.
La evaluación de esos dirigentes, compartida por la mayoría
del peronismo, es que la Convertibilidad difícilmente podrá
salir del estado de coma. Consideran que desde el anuncio de la política
de Déficit Cero, en julio pasado, Cavallo está jugando tiempo
de descuento, y que todo lo que ha hecho desde entonces es amontonar medidas
de carácter defensivo, cuya efectividad se evapora en días.
Cavallo está agravando la crisis, sentenció
un duhaldista. Su situación en el gobierno es terminal. No
me imagino cómo alguien puede ser ministro con el repudio de todos
los argentinos, rechazado por el radicalismo y peleado con el FMI,
agregó un diputado alineado con Ruckauf. El FMI quiere un plan
sustentable para Argentina. Y aunque no lo dice ni jamás lo dirá,
duda que el gobierno de De la Rúa tenga la suficiente fortaleza
política como para sostener cualquier plan. Por tanto, quiere saber
cuáles son los planes del justicialismo. Eso es lo que preguntan
Raichmann y Taylor. Y lo que escuchan es que el justicialismo se está
preparando para tomar la posta, pero que todavía hay fuertes discrepancias
sobre qué rumbo tomar en economía. Duhalde y Ruckauf se
inclinan por salir de la Convertibilidad, pero no saben como dar el paso
para terminar con el uno a uno sin provocar más caos. Esperan que
sea Cavallo quien se quede hasta matar al Frankestein que él
creó, lo cual les allanaría muchísimo el camino.
Los bonaerenses se acercan a la Unión Industrial y al Grupo Productivo.
Reutemann también parece preferir la vía de la devaluación,
pero, fiel a su estilo, no se define y espera paciente a ver cómo
se desarrolla el juego. Los que están claramente en la otra orilla
son Carlos Menem y José Manuel de la Sota, trabajando por la dolarización
que piden bancos, privatizadas y grandes empresas extranjeras que quieren
seguir enviando divisas a sus casas matrices. Finalmente, en el Bloque
Federal se oponen a la dolarización, pero por ahora no expresan
un alineamiento con los devaluacionistas.
Las distintas fracciones del peronismo comparten una visión común:
el conflicto ial crecerá rápidamente y se hará sentir
con intensidad. Se viene la pueblada, tenemos que estar listos para
contenerla, concluyó un encumbrado legislador.
|