Por Luis Bruschtein
Cerca de las 18 de ayer, una
columna de manifestantes encabezada por la agrupación HIJOS, se
separó de la ronda en la Plaza de Mayo para manifestar en la esquina
del Ministerio de Economía y arrojar bombitas de color contra sus
paredes. En esa misma columna, las Madres de Plaza de Mayo, Línea
Fundadora, Abuelas de Plaza de Mayo y de Familiares de Detenidos y Desaparecidos
por Razones Políticas, y de la Juventud de la CTA y ATE pusieron
frente a la Casa de Gobierno una inmensa cinta de clausura que decía
en grandes letras: Impunidadexclusióndesocupación-hambrerepresióninseguridad.
Así comenzó el cierre de la XXI Marcha de la Resistencia
que convocaron los dos agrupamientos de Madres de Plaza de Mayo. El sector
de Hebe de Bonafini terminó la conmemoración con un acto
de espaldas a la casa de gobierno, donde habló la titular de la
Asociación de Madres.
La Marcha comenzó el miércoles a las 18 y, como todos los
años, los manifestantes dieron la vuelta a la pirámide durante
24 horas. Jóvenes de distintas agrupaciones políticas de
izquierda, de agrupamientos culturales, barriales y estudiantiles acamparon
durante ese tiempo en la plaza que asumió el aspecto de campamento
piquetero, con carpas, algunas de excursión y otras improvisadas
con lonas y plásticos. Puestos de choripanes y refrescos y de ventas
de publicaciones sobre la rotonda y las avenidas de la Plaza. A través
de esa pequeña ciudad improvisada en esas 48 años hubo siempre
contingentes dando la vuelta alrededor de la pirámide, mientras
otros grupos se reunían en el césped. Durante la noche del
miércoles se exhibieron audiovisuales y cantaron Ignacio Copani
y el grupo Santa Revuelta en la zona de las Fundadoras.
La Asociación había envuelto la pirámide con las
fotos de cientos de desaparecidos. Sin sus nombres, porque el sector de
Bonafini se opone a la indentificación de los desaparecidos. Y
esos rostros, sus miradas jóvenes congeladas en el tiempo seguían
cada vuelta de la ronda, realizada por otros jóvenes.
Línea Fundadora y los demás organismos de derechos humanos,
con el apoyo de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), confeccionaron
una bandera de más de cien metros de largo con las fotos de los
desaparecidos y sus nombres. Y esa bandera acompañó la manifestación
hacia los Tribunales donde este sector terminó la marcha para repudiar
la impunidad de los represores y reclamar el desprocesamiento
de todos los luchadores populares y la libertad de los presos políticos.
Si alguien protagonizó la Marcha de la Resistencia, fueron esos
rostros, esas miradas que quisieron suprimir para que no protagonizaran
nada nunca más. Desde el anonimato, en la pirámide y desde
la bandera con sus nombres y apellidos y algunos hasta con sus historias,
esa generación que quisieron silenciar se convierte en una presencia
permanente de referencia y memoria histórica. El Grupo Azucena
(por Azucena Villaflor, fundadora de las Madres de Plaza de Mayo) de Reconstrucción
y Registro Audiovisual (GARRA) instaló un laberinto con la historia
que se recuerda en la Marcha de la Resistencia. En el primer ámbito,
con textos periodísticos y de Rodolfo Walsh, Paco Urondo y fotografías,
se exponen las luchas populares de los años 70. Tras atravesar
un túnel oscuro, aparecen los años de la dictadura y la
represión y más tarde la lenta agonía de los años
de recuperación de la democracia hasta llegar a la actualidad.
Pese a las diferencias que existen entre los agrupamientos que participaron
en la Marcha, sólo se produjeron algunas rencillas por la instalación
de carteles. Finalmente marcharon juntos, aunque realizaron por separado
los actos de cierre. Madres de Plaza de Mayo, Línea Fundadora,
Abuelas de Plaza de Mayo, HIJOS, Familiares de Detenidos y Desaparecidos
por Razones Políticas, SERPAJ y otras organizaciones de derechos
humanos, junto a la CTA y agrupaciones juveniles se encolumnaron hacia
Tribunales. La Asociación de Madres de Plaza de Mayo, junto a un
agrupamiento de hijos de desaparecidos, la agrupación de desocupados
Aníbal Verón, el PC, MST, PCR, PO y Quebracho realizaron
el cierre en un escenario montado de espaldas a la Casa de Gobierno, con
una gran honda como símbolo piquetero. Desde allí Bonafini
convocó a un paro general y a la desobediencia civil
y luego marchó a su local en Congreso. El otro sector, que había
convocado con la consigna Ayer resistimos contra la dictadura genocida,
hoy resistimos contra el genocidio económico marchó
con una nutrida columna hasta Tribunales y allí cerró el
acto.
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