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El hombre de las cavernas resiste

La dureza de la �legión extranjera� de Osama bin Laden hizo retroceder a sus enemigos, que afirman haberlo avistado.

Un combatiente antitalibán en Melawa, cerca de la frontera.
Allí habría vuelto anteayer Bin
Laden tras revistar a sus tropas.

Por Rory McCarthy
Desde Tora Bora

Combatientes afganos dicen que han visto a Osama bin Laden arengando a algunas de sus tropas de Al-Qaida durante la batalla que está librándose en las cavernas de Tora Bora en el este de Afganistán, bajo ataque por fuerzas mujaidines en tierra y bombarderos estadounidenses desde el aire. De acuerdo con los mujaidines, el hombre más buscado del mundo fue visto a caballo con algunos de sus combatientes en el curso de las últimas 48 horas. Las mujaidines se han guardado su noticia para el momento en que se encuentran más ansiosos de un máximo respaldo militar occidental: están hallando fuerte resistencia en su intento de entrar a las cavernas donde las fuerzas más duras de Bin Laden –que se cree que son árabes en su mayoría– están atrincheradas en las montañas al sur de Jalalabad.
Docenas de camionetas llevaron a cientos de mujaidines bien adelante de sus posiciones de tanques, hasta cadenas montañosas a sólo cientos de metros de los bien armados leales a Bin Laden. Haji Mohammad Zaman, un comandante pashtún que regresó de cuatro años de exilio en Francia para asumir el mando como jefe militar antitalibán en Jalalabad, admitió que el progreso de sus fuerzas era lento. “No es fácil. Necesitamos ver cómo es el combate antes de que podamos hacer cualquier plan de ataque”, dijo antes de partir hacia el frente. Se espera que sus fuerzas monten un ataque más grande hoy. El jueves, los mujaidines pasaron con sus camionetas junto a posiciones armadas abandonadas y capturaron dos cavernas al pie del complejo de Tora Bora, en las profundidades de las Montañas Blancas al lado de la frontera paquistaní. Pero ayer no era claro si aún controlaban la posición, después de haber sufrido fuego de mortero de los combatientes árabes.
Bin Laden mismo usaba Tora Bora regularmente como base, y fue visto allí la semana pasada, de acuerdo a Hazarat Ali, uno de los comandantes pashtunes que lidera el ataque. Su hermano, Kalan Mir, dijo ayer que sus soldados habían visto el jueves a un hombre a caballo que parecía ser Bin Laden. “Mis soldados dijeron que Osama bin Laden fue avistado ayer junto con cuatro guardias, todos a caballo –dijo–. Estaba volviendo a Malewa después visitar a los hombres en las líneas del frente.” Malewa es uno de los valles de Tora Bora. Otro alto comandante, Haji Musa, dijo que combatientes árabes habían fugado de las cavernas inferiores de Tora Bora para escalar las montañas y refugiarse en cavernas más altas junto con sus familias. “Hay muchas mujeres y muchos chicos árabes. Están en las cavernas superiores con los hombres”, dijo. El comandante Musa agregó: “No tenemos ninguna información confirmada sobre Osama bin Laden, pero su hijo aún está en las cavernas”. Otro comandante, Zein Huddin, dijo ayer que sus fuerzas habían captado una transmisión radial en árabe entre los combatientes en las montañas y aliados en Kandahar antes de que los talibanes abandonaran la ciudad. “Hemos interceptado mensajes de radio desde Kandahar a las fuerzas de Al-Qaida aquí, y preguntan: ‘¿Cómo está el jeque?’. La respuesta es: ‘El jeque está bien’”, declaró Huddin, quien está convencido que el jeque no era otro que Bin Laden.
Bombarderos norteamericanos B-52 y caza bombarderos dieron vueltas en círculo en el límpido cielo azul ayer, lanzando una lluvia de bombas contra posiciones árabes en la boscosa cordillera. Humo negro ascendía de la punta de las colinas cada pocos minutos. En determinado momento, un B52 disparó una llamarada, aparentemente para contrarrestar la amenaza de los misiles Stinger. Fuerzas especiales estadounidenses se disfrazaron con frazadas para ser llevadas discretamente con los mujaidines a la línea del frente, donde se cree que están dirigiendo los ataques aéreos.
Los jóvenes mujaidines en este ataque parecen tener poca experiencia de combate. La mayoría están armados o con un viejo rifle Kalashnikov y dos cajas de municiones o con un arma lanzagranadas que se cuelgan al hombro cuando se lanzan al frente. Syed Jalal, de 23 años, que combatió en elavance a las cavernas, mostró dos recibos por relojes pulsera Casio comprados en la ciudad pakistaní de Karachi que encontró en las posiciones enemigas armadas y abandonadas. “No hay solamente árabes sino pakistaníes. También había muchas familias. Incluso las mujeres están peleando contra nosotros –dijo–. Nosotros atacamos las cavernas pero entonces nos quedamos sin balas, así que tuvimos que retroceder. Los árabes estaban disparando contra nosotros y escuchábamos sus morteros.”

 

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