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PLANTEO DE LOS GOBERNADORES DEL PJ A COLOMBO
Todo, pero sin Cavallo

Los mandatarios del Frente Federal le dijeron al jefe de Gabinete que podrían aprobar el presupuesto y hablar sobre coparticipación. Pero para aceptar la concertación, el Gobierno deberá hacer propuestas concretas y echar a Cavallo. Rodríguez Saá lo explica.

Por Felipe Yapur
Desde Puerto Iguazú, Misiones

Oficialmente, el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, regresó a Buenos Aires más preocupado –si eso es posible– de lo que estaba cuando llegó a Misiones, el viernes pasado. El funcionario podrá entregarle al presidente Fernando de la Rúa un guiño de los gobernadores del Frente Federal Solidario (FFS) en cuanto a concertación se refiere. Pero fue una señal que llegó acompañada de dos condiciones: que el Gobierno haga propuestas concretas y que Domingo Cavallo deje el gabinete. Dos puntos que, según confiaron varios mandatarios, el funcionario señaló como posibles.
Colombo no se puede quejar. Desde que pisó el salón Los Lirios, donde lo esperaban los gobernadores, recibió saludos afectuosos. Pero, a pesar de la prisa que llevaba, tuvo que esperar al menos una interminable hora y media antes de comenzar a conversar en serio con los mandatarios. Estos lo obligaron a participar de una cena que se realizó en el salón comedor del Grand Hotel Iguazú, un impresionante edificio que costó 18 millones de dólares y que se construyó con capitales norteamericanos.
El voluminoso funcionario se sentó en el medio de una gran mesa flanqueado por los locales Ramón Puerta y Carlos Rovira. En las otras mesas, turistas norteamericanos, brasileños y algunos pocos europeos conversaban, se reían y aplaudían a la pequeña banda que acompañaba la cena con alguna bossa nova y boleros. Colombo no pudo disimular el mal humor que le causaba esta dispersión. Pero, como reconoció uno de los mandatarios, “cuando el peronismo se siente fuerte, lo demuestra y no perdona ni siquiera a un amigo”.
Ya nuevamente en el salón del entrepiso, los gobernadores se dispusieron a escuchar. Colombo, según relataron a Página/12 los mandatarios, realizó una descarnada descripción de la situación del gobierno central. Reconoció que las exigencias del FMI –para continuar negociando alguna ayuda financiera– incluían una nueva ley de coparticipación, el presupuesto 2002 y la concertación.
En cuanto a los dos primeros puntos, los gobernadores le anticiparon a Colombo que no habría mayores inconvenientes. Los problemas comenzaron cuando hablaron de la concertación: “No nos oponemos a ella, pero Chrystian no trae propuestas concretas. Queremos un papel, algo escrito donde sepamos qué quieren que apoyemos. Ellos son el Gobierno, son los que conducen. Cuando sepamos adónde van, es posible que lo acompañemos”, aseguró a este diario uno de los gobernadores que integra el cuarteto que conduce el FFS.
La conversación derivó en uno de los puntos en que coinciden tanto los peronistas como el radical. Según varios mandatarios, el jefe de Gabinete reconoció que uno de los principales escollos para arribar a un acuerdo es Cavallo. Las palabras de Colombo sonaron a música celestial para los oídos de los gobernantes.
“Cavallo odia a las provincias. Cuando alcanzamos un acuerdo con vos, Chrystian, él se encarga de destruirlo. Un ejemplo más que elocuente es el pago de la deuda de la coparticipación. Los Lecop ustedes los tienen, pero el Mingo retaceó el decreto”, le dijeron los gobernadores al jefe de ministros, quien si bien asintió, prefirió el silencio cuando le agregaron que “para colmo se suma la inoperancia de De la Rúa, que conociendo nuestros reclamos tampoco firmó el decreto”.
Más allá de los comentarios de uno y otro grupo, lo concreto es que la salida de Cavallo del Gobierno figura en ambas agendas.
Varios mandatarios señalaron que Colombo reveló las negociaciones con el jefe del gobierno español, José María Aznar, quien a su vez conversa con su par norteamericano, George Bush. La idea, sostienen, es que aporten los fondos necesarios para concretar el salvataje financiero de los bancos españoles y americanos en la Argentina. El jujeño Eduardo Fellner respondió al comentario: “Lo que importa es la gente, después los bancos. Hay que instrumentar un seguro de desempleo y liberar las Lecop porque de lo contrario las provincias se mueren”, graficó.
Cerca de las dos de la mañana el grueso de los gobernadores abandonaron el salón. Pero Colombo, Puerta y el salteño Juan Carlos Romero continuaron conversando. Acordaron seguir hablando y aprovechar la asunción del misionero en la presidencia de la Cámara alta para agilizar el canal de comunicación con el gobierno. Luego, Colombo se acomodó en una espaciosa suite del hotel cinco estrellas. A la madrugada, y en silencio, emprendió el regreso a Buenos Aires.
El viaje de Colombo hasta Misiones tuvo además otra consecuencia. Afianzó la idea de que el FFS debe convertirse en una línea interna del PJ. “Somos un grupo de poder. Al Gobierno les conviene mucho más tenernos a nosotros en la concertación que pretende el FMI, que sólo mostrar a (José) De la Sota o (Carlos) Ruckauf. Hemos crecido y debemos demostrarlo”, se ufana uno de sus integrantes. La idea parece comenzar a gustarle a los más dubitativos. Ayer, durante la conferencia de prensa, el riojano Angel Maza se mantuvo en la mesa mientras Rovira y Rodríguez Saá llamaban a la conformación de la línea interna. Sólo Fellner había emprendido la retirada.

 


 

“El ministro es un escollo para la
concertación y para la igualdad”

Por F. Y.
Desde Puerto Iguazú, Misiones

El jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, ya abandonó el Grand Hotel Iguazú. Los mandatarios justicialistas de las provincias chicas, que confluyen en el Frente Federal Solidario (FFS), comentan las alternativas de la reunión con el funcionario mientras esperan que las primeras mollejas lleguen a sus platos. Adolfo Rodríguez Saá, el gobernador de San Luis, prefiere el sol. Camina, se admira ante la frondosa vegetación del caluroso subtrópico. Es uno de los que impulsa la transformación del FFS en una línea interna del PJ. También es uno de los gobernadores que sostiene que para sumarse a la concertación que pide el “débil” gobierno de Fernando de la Rúa se necesita primero “propuestas concretas que no trajo Colombo”. Bajo ese implacable sol, le asegura a Página/12 que “Cavallo es un escollo para alcanzar la concertación”.
–El que Colombo nos visitara es un hecho positivo. Pero creo que se requiere algo más. Nosotros le dijimos que para concertar queremos saber qué vamos a concertar. En segundo lugar, le pedimos saber quiénes van a estar en esa mesa. Esto es primordial porque es la base esencial para saber si esto es posible o no. Pero también contribuye a la gobernabilidad y la reactivación de la economía, saber cuáles serán las políticas que se impulsarán para luchar contra el desempleo, la pobreza. Pero estas medidas no se toman. Y la responsabilidad es del gobierno. Ellos son los que tienen que decir qué y cómo van hacer, y nosotros los acompañaremos.
–¿Nada de esto dijo Colombo durante las horas que conversaron?
–Nada. Nada de esto habló.
–¿Entonces fue un viaje sin sentido?
–No, no. Colombo nos explicó las negociaciones de Cavallo con el FMI. Entonces nosotros le pedimos que nos explique por qué no permite el Gobierno que las provincias se sumen a la negociación con el Fondo.
–¿Esto podría ser una condición para que el FFS acepte incorporarse a una concertación?
–No, más que condición es una actitud inteligente. Vea, el FMI pide una nueva ley de coparticipación. Y creo que hay que dictar una nueva norma, pero no cuenten con ella si no tienen el consenso de los gobernadores. Es un derecho legítimo que tenemos. Le dijimos hace tiempo que estamos dispuesto, pero no quieren hablar. En cambio nos mandan un paper, un borrador redactado por un tecnócrata que no representa a los intereses federales. No queremos una ley donde la Nación cobre los impuestos y luego los distribuya a las provincias. Pretendemos que se garantice ese mínimo que se estableció en los pactos fiscales cobrando nosotros los impuestos hasta satisfacer esa cantidad. El resto se le girará a la Nación. Esto es radicalmente diferente a lo que sucede. Pero el Gobierno se resiste a esa discusión.
–Su planteo se asemeja a lo que dicen otros de miembros del FFS y que hablan de la necesidad de cambiar el modelo. ¿Este cambio va de la mano de la idea de transformar el FFS en una línea interna del PJ?
–Personalmente creo que el Frente Federal debe transformarse en una línea interna del PJ. Hay quienes creen que todavía no están dadas las condiciones. Pero seguiremos discutiéndolo porque estamos seguros de que en el 2003 el PJ será gobierno y debemos prepararnos. Pero para ello también es necesario pensar en la posibilidad de reformar la Constitución, de refundar la República.
–¿Su propuesta de una nueva política incluye modificaciones en la vida interna de los partidos?
–Por supuesto. Yo les dije a (Carlos) Menem y (Eduardo) Duhalde que el distrito único y voto directo para la interna no sirve. Ahora, lo que exigen los nuevos tiempos son elecciones primarias abiertas por provincia, como hace Estados Unidos. Los delegados de cada distrito elegirán luego a los candidatos presidenciales del PJ.
–¿Hablaron con Colombo sobre la reforma de la Constitución?
–Formó parte de la conversación y le pedí que la incorpore en la agenda de una concertación. No sé si lo hará.
–¿Cuál será el rol de Cavallo en una posible concertación?
–Mire, se lo dijimos a Colombo. Cuando discutimos el tema de las Lecop, no sólo hablamos de esta cuasi moneda que debería circular para que reactive la economía. También hablamos de igualdad, y esto es lo que no comprende Cavallo, quien no entiende que las Lecop deben ser usadas en todo el país, incluida la Capital Federal, y no sólo en las provincias. Porque todos somos argentinos de un mismo país.
–¿Entonces, Cavallo es un escollo para la concertación?
–Es un escollo. Es un escollo para la igualdad. Entonces, cuál es el precio económico de la igualdad. ¿Qué tiene que ver la caída de los bancos, la tasa de interés con la igualdad de los argentinos? Entonces, ¿por qué nos ponen un escollo para ser iguales? Y esto forma parte de una concepción equivocada, es un modelo equivocado donde la economía no está al servicio del hombre sino al servicio de los grandes intereses. Y esto es lo que hay que cambiar.
–¿Cambiarlo también a Cavallo?
–(Piensa unos segundos) No es una decisión nuestra, recuerde que somos la oposición. Personalmente pienso que hay que cambiar el modelo y los hombres que lo representan. Y este es el cambio que propondremos para el 2003.

 


 

MENEM QUIERE AFUERA A CAVALLO Y EXPONE SU PLAN
Devaluación y dolarización

Tanto tiempo insistió con la dolarización que cuando el viernes dijo que la propuesta ya no era conveniente, la sorpresa fue mayúscula para propios y extraños. Carlos Menem, el ex presidente que en otros tiempos se peleaba por la paternidad del modelo económico, archivaba su idea de dolarizar la economía. Según sus colaboradores, la iniciativa no se podía aplicar porque el país no contaba con “las reservas de 33.000 millones de dólares” y porque no se había firmado un acuerdo monetario con los Estados Unidos. Ayer, Menem dio una vuelta de rosca: reiteró su idea de dolarizar a posteriori de una devaluación. Lo dijo de la siguiente manera –y luego dijo lo que muchos piensan pero no se animan a decir en público–: que hay que readecuar la dolarización ya que el peso “se ha devaluado, porque se está pagando 1,20 o 1,30 en algunos lugares, por dólar”.
“Una cosa era dolarizar cuando el peso estaba uno a uno con el dólar. El peso evidentemente en los hechos se ha devaluado, porque se está pagando 1,20 o 1,30 en algunos lugares, por dólar. Hay que readecuar la dolarización a lo que estamos viviendo ahora”, afirmó Menem. Con esta frase, el riojano dejó un interrogante sobre la forma de instrumentar las medidas, ya que las reservas en dólares no alcanzan para canjear todo el efectivo circulante en pesos. De cualquier forma, con su expresión, Menem dejó entrever que apoyaría una devaluación y una dolarización posterior, la alternativas que propone el CEMA, think tank ultraliberal donde militan sus ex funcionarios Roque Fernández, Pedro Pou y Carlos Rodríguez.
Después, el titular del PJ intentó recuperar un cierto perfil opositor, después de los gestos amigables hacia el Gobierno que abundaron en los últimos días. Y se preocupó por contestar los rumores que habían causado su presencia en la concertación que desea el Gobierno: aclaró que la búsqueda del consenso “no es entre De la Rúa y Menem, sino entre los partidos”. De cualquier forma, la buena relación que mantiene con el oficialismo quedó expuesta cuando reveló que el Presidente lo llamó para invitarlo al diálogo, aunque el encuentro todavía “no tiene lugar ni fecha”.
Luego de hablar sobre la convocatoria a la concertación, Menem adelantó que el martes próximo se reunirá con su equipo de colaboradores para “trabajar en la posibilidad de elaborar un plan económico, político y social para proponerlo desde afuera hacia adentro, a ver qué es lo que responde el Gobierno”. En este plan ya están trabajando Pou y Roque Fernández.
De cualquier forma, el tema más conflictivo que mencionó Menem fue la continuidad o no de Domingo Cavallo. El riojano sostuvo que el alejamiento de su ex ministro deberá analizarlo “el Presidente de la Nación”. Aunque reconoció que –en el marco del “acuerdo”– la retirada de Cavallo podría ser “conveniente”, y que en ese caso “habrá que tomar la medida, pero no es cosa nuestra”. En la misma línea que su jefe, pero mucho más explícito, Roque Fernández reclamó ayer un “paso al costado” de Cavallo, y argumentó que cualquier acuerdo que incluya al titular de Economía “no es creíble”.

 

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