Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
KIOSCO12


EL GOBIERNO IMAGINA TRES ESCENARIOS A PARTIR DE LO QUE TRAIGA CAVALLO
Cuando hasta lo mejor sigue siendo malo

Las tres hipótesis que ayer barajaban en Olivos estaban atadas a los resultados de la gestión con el FMI. El abanico contemplaba desde un simple compromiso del PJ para aprobar el Presupuesto, hasta la salida del ministro.

De la Rúa pasó todo el día de ayer en Olivos, on line con Cavallo, que trajinaba en Washington.

Por José Natanson

Ayer, en Olivos, el Gobierno se mantuvo on line con Domingo Cavallo, que seguía de reunión en reunión en Estados Unidos. Por la noche, cerca de Fernando de la Rúa definían tres escenarios para el futuro inmediato: de mejor a peor, ellos se concretarían a partir de la alquimia de dos elementos: una mixtura entre la pericia política del Gobierno –es decir, de Chrystian Colombo– para cerrar cuanto antes un acuerdo con el peronismo y la letra fina de las conversaciones entre el ministro de Economía y el FMI.
Veamos cuáles son las hipótesis que evaluaban anoche en Olivos:
Escenario optimista: El FMI acepta que un acuerdo político, firmado por los principales dirigentes del PJ y la UCR, alcanza para darle el sustento necesario a la marcha de la economía. El documento suscripto por el peronismo debería incluir un respaldo a la negociación por el tramo internacional de la deuda y un compromiso explícito de que los bloques legislativos votarán el Presupuesto girado por el Ejecutivo.
El Gobierno logra concretar en poco tiempo la negociación y el Fondo desembolsa los 1300 millones pendientes. Si todo sale bien, el efecto sería inmediato: los fondos frescos le permitirían al Ejecutivo pagar las deudas pendientes, Cavallo fortalecería su posición interna y se despejarían los fantasmas devaluacionistas. La Convertibilidad (y su padre) seguirían en pie.
Escenario intermedio: El FMI festeja el llamado a la concertación formulado por el Gobierno, pero aclara que, para transferir los fondos, es necesario aprobar el Presupuesto 2002. Esto implicaría recortes en áreas sensibles: el Fondo de Incentivo Docente, las universidades, las transferencia a las provincias, el fondo del tabaco, etcétera.
Además, debería diseñarse sobre el principio del déficit cero, que deberá ser aceptado en forma explícita por el Congreso. “Un programa sustentable significa que, si baja la recaudación, los partidos políticos aceptan que hay que hacer sacrificios para mantener las cuentas”, explicó ayer a Página/12 un funcionario.
Para cumplir los objetivos habría que recortar entre 3 y 4 mil millones, según los cálculos rápidos que hacía ayer por la tarde un colaborador del Presidente. Parece difícil que un PJ que se prepara para volver al poder acepte votar en el Congreso semejante ajuste. “El único argumento que tenemos es el del abismo. Y ya sabemos que recién los convencemos cuando llegamos al borde”, señalaba el funcionario.
Aunque parece difícil, es posible que, si se maneja con una astucia de la que suele carecer, el Gobierno logre su objetivo: un peronismo presionado por la inminencia de la crisis respaldaría el ajuste y finalmente llegarían los 1300 millones.
Antes, claro, el Ejecutivo deberá someterse al desgaste de las negociaciones con mil referentes peronistas, que estirarán los tiempos y profundizarán la incertidumbre. Mientras, el Gobierno habrá pagado costos enormes, acentuará su desgaste y emergerá de la crisis aún más débil que antes.
Escenario pesimista: El FMI dificulta la llegada de los fondos y plantea como condición un cambio de política económica, que incluya una devaluación del peso. En una variable de esta hipótesis, el desembolso se traba porque el Gobierno fracasa en sus intentos por conseguir el apoyo necesario para concretar el ajuste.
En ese caso, admitía un hombre que estuvo ayer en Olivos, De la Rúa se plantearía el abandono definitivo de la convertibilidad a través de un giro en la política monetaria. “Es el panorama más negro: cualquier opción, ya sea la devaluación o la dolarización, es peor que mantener la convertibilidad”, explicaban en el Gobierno.
Todo indica que, en este panorama cercano a la catástrofe, Cavallo se iría del Gabinete: rechazado por los gobernadores, los legisladores y las autoridades del PJ, resistido por la estructura radical, peleado con casi todo el Gabinete, hoy por hoy el ministro cuenta con el apoyo tibio y pragmático de unos pocos funcionarios, como el canciller Adalberto Rodríguez Giavarini, y el respaldo de De la Rúa.
El panorama comenzará a aclararse en las próximas horas. De la Rúa y Cavallo se reunirán hoy en Olivos. Si hace lindo día, es posible que se sienten afuera. Mientras toman sol y miran los espléndidos jardines de la quinta, analizarán los próximos pasos del Gobierno.
Habrá que esperar para ver qué destino le espera a un Gobierno al que las cosas casi nunca le salen como lo había previsto.

 

PRINCIPAL