Repaso |
Por Juan José Panno 1 Paso en falso. Racing no jugó bien, cumplió una actuación clásica, muy por debajo de los partidos con Estudiantes, San Lorenzo o Gimnasia y estuvo muy cerca de perder. Pudo haberse quedado con la victoria en una jugada en la que Estévez, perfectamente habilitado, definió con un toque sutil por sobre la cabeza de Lucchetti y que anuló el árbitro Sequeira. Pero lo pudo haber perdido en alguna de las situaciones de que dispuso Banfield en el primer tiempo, cuando manejaba al juego, o en el segundo, cuando se refugiaba en la contra. El empate es el resultado más justo de acuerdo con lo ocurrido, pero Racing lo vivió como una decepción y Banfield como un triunfo. 2 Paso a paso. Una multitud recorrió los cuatro kilómetros que separan la sede de Racing de la cancha de Huracán, en la caravana que se llamó paso a paso, en referencia a la frase que popularizó Mostaza Merlo. Una caminata similar se había organizado cuando Racing jugó con Boca en la Bombonera y, tal vez por eso, muchos de los que originalmente habían pensado sumarse, cambiaron de idea por una cuestión de cábalas y se subieron a un colectivo. Se supone que para el próximo partido como visitantes, si el campeonato aún no se definió, no habrá ninguna marcha. 3 Paso libre. Obviamente, los hinchas del club de Avellaneda coparon la cancha de Huracán. Una curiosidad: las plateas Miravé, que dan sus espaldas al ferrocarril, enfrente de las de Amancio Alcorta, se vendían hasta el sábado oficialmente a 55 pesos y el domingo, oficialmente a 40. Y allí terminaron ubicándose también los que habían comprado populares de 12 pesos y se pasaron, a instancias de la mismísima policía que no quería ninguna peligrosa vecindad de los hinchas de los dos equipos. 4 Paso y quiero. Falta envido y truco, cantó el Pelado Díaz, jugado por jugado, antes de la penúltima fecha, con las barajas de Luis Garisto. Mostaza Merlo orejeó, se dio cuenta de que no tenía ni qué cantar y les pidió a sus jugadores que se tomaran la cosa con tranquilidad, sin regalar nada, sin arriesgar demasiado. En ese marco, Banfield fue superior en el primer tiempo, por lo que el punto repartido no estaba mal: ya se sabe que, para el caso, uno por uno es negocio. En el segundo tiempo retrucó Merlo en la medida en que se agrandaban un poco (y atacaban más) sus jugadores, pero no alcanzó. Cuando Viveros reemplazó a Loeschbor y quedó armada una línea de cuatro, en vez de la típica de tres/cinco, Racing ganó en movilidad en el medio. 5 Paso de los toros. (a) Merlo se pasó la tarde haciendo cuernitos en los centros que caían sobre el área de Campagnuolo y no le fue del todo mal. Pero sería interesante agregar un poco de trabajo intenso para evitar situaciones como la que se dio en el primer tiempo, cuando Sanguinetti, de cabeza, recogió un pase de cabeza de Fonseca y estrelló la pelota en el travesaño. (b) Había en las plateas una bandera que decía Cardetti cornudo, con lo que queda claro que la estupidez es contagiosa. 6 Sorpasso. ¿River puede sobrepasar la línea de Racing? Podría, pero recién en la última fecha del campeonato, porque en la próxima a lo sumo puede aspirar a darle alcance. Racing tiene 38 puntos y River, 35. El domingo que viene, Racing recibirá a Lanús en Avellaneda y River jugará con Argentinos, casi seguramente en Ferro. Si los dos ganan, como indicaría la lógica, el suspenso se prolongará hasta la última fecha en la que River jugará como local contra Central y Racing como visitante, contra Vélez. En ese caso, si River gana, a los de Merlo les alcanzará con el empate para consagrarse campeones. 7 Marcapasos. El desenlace del campeonato se podría haber producido anoche mismo si River no podía con Lanús y Racing liquidaba a Banfield, pero la cosa fue exactamente al revés: Racing no pudo con Banfield y River liquidó de un plumazo a Lanús. Tan rapidito fue todo que antes de que empezara el encuentro de Parque Patricios, los de la Banda ya habían llegado dos veces al gol y Racing empezó su partido con la presión por las nubes. El problema principal, de cualquier manera, no es la presión sinoel ritmo cardíaco de los hinchas. ¿Cómo resistirán los corazones racinguistas hasta el último momento? A los marcapasos, muchachos, venderán en la cancha. 8 Paso cambiado. La mejor oportunidad de Racing se produjo sobre la mitad del segundo tiempo cuando Estévez quedó solo, cara a cara con Lucchetti y empaló magníficamente la pelota, mandándola al fondo del arco. Sequeira cobró posición adelantada a instancias del línea. La televisión permitió ver, claramente, que el delantero estaba habilitado. Justamente a Racing, que en este torneo recibió el beneficio de varios fallos fallados, esta vez le cambiaron la bocha. La pregunta quedó flotando: ¿qué se hubiera dicho si un gol así se lo anulaban a Bueno o Lujambio? 9 Al paso. A la pasada, podría decirse Banfield se convirtió en el protagonista de la tarde/nochecita de Parque Patricios. Tenía una deuda histórica con Racing por aquel campeonato del 51 en el que sintió despojado y fue a buscar la venganza con la buena intención de tratar con cariño la pelota. Le faltó polenta para definir, pero no para superar en el juego a su rival en gran parte del partido. El tiempo dirá qué dimensión cobran esos dos puntos que le quitó al siempre odiado rival. 10 Paso al más allá. Si Racing no sale campeón, se mueren todos.
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