Por
Luis Bruschtein
Con
pluma, pico y garras nuevas, el águila vuelve a volar por muchísimos
años más, amenazó Carlos Menem, haciendo una
metáfora entre su persona y la imperial ave de rapiña, al
presentar ayer su nuevo libro El camino de la Victoria, donde
insiste con la dolarización, el ALCA y una relación
estratégica con los Estados Unidos como propuestas de gobierno
para superar la crisis.
Acá no hay crisis económica lanzó el
responsable político de la instalación del desacreditado
modelo lo que existe es una crisis política por
falta de conducción y grandeza. El ex presidente fue esperado
en el hotel Castelar por varios centenares de personas, entre las que
se contaron algunos de sus viejos colaboradores, como el ex secretario
de Cultura Pacho ODonnel; el ex ministro de Defensa Jorge Martínez;
el ex canciller Guido Di Tella, y el ex secretario de Turismo Paco Mayorga,
Kelly Olmos, Adrián Menem y Santos Casale, entre otros.
La presentación, en el salón del primer piso del Hotel Castelar,
estuvo a cargo de Jorge Castro, quien debió comenzar su disertación
a las 19,30, media hora más tarde de lo anunciado, sin que el ex
mandatario hubiera arribado. Frente al hotel, el viejo edificio de la
Unión Industrial Argentina (UIA) estaba abierto y con todas las
luces prendidas para recibir a un grupo de empresarios y sindicalistas
que se reunirían como parte del proceso de concertación.
Sobre la vereda de la UIA, pero de cara al hotel, se habían colgado
varios carteles con la misma consigna: Menem 2003, La esperanza.
Al ver las pancartas y la gente reunida en la puerta, algún taxista
gritó un estentóreo ¡atorrantes!, pero
quedará en el misterio a cuál de las dos veredas estaba
destinado el improperio.
El clima del salón era distinto. Castro, ex secretario de Planeamiento
Estratégico, comenzó diciendo: Señor ex presidente
y desde el público le contestaron futuro presidente,
y cuando se hizo presente el ex presidente, el público lo recibió
con el consabido ¡Se siente, se siente, Menem presidente!.
Castro, quien probablemente haya intervenido en la elaboración
de esos textos, ya que era una de sus funciones en el gobierno, explicó
que el libro estaba compuesto por una selección de las intervenciones
públicas de Menem desde que terminó su mandato hasta ahora,
y limitó su exposición a leer citas del libro y comentarlas.
A la entrada del salón se exhibían varios ejemplares del
libro, editado por la colección Segundo Centenario
de la editorial Catálogos. El precio de cada volumen
es de 12 pesos, pero allí se vendía a diez. En general,
la asistencia, ansiosa por recibir al jefe, parecía inmune a la
sensación de catástrofe que se siente en las calles de la
ciudad, sobre todo en las colas de los cajeros automáticos.
Este es un libro para la acción finalizó Castro
hecho por un hombre de y para la acción, que crece en la adversidad,
como ocurre con los verdaderos líderes políticos.
Y así hizo su entrada Menem, que había evadido a fotógrafos
y periodistas por la puerta trasera del hotel. El ex presidente recordó
que algunos no tan compañeros se adelantaron a decir que
estaba jubilado y agregó en tercera persona:Menem fue,
es y seguirá siendo el hombre que con dedicación, empeño
y buena fe, seguirá trabajando por la grandeza de la patria.
Hoy se cumplen exactamente dos años desde que abandonamos
el poder y parece una eternidad recordó. Ya en su salsa y
suelto de cuerpo, Menem se manifestó contra el aborto y la clonación
humana y arremetió contra la administración de Fernando
de la Rúa: este gobierno es lento para tomar decisiones,
pero es extraordinariamente rápido para destruir, destruyeron todo,
y enumeró el salario, la jubilación, el trabajo, al parecer
algunas de las preocupaciones fundamentales de su gobierno. Incluso llegó
a proponer un salario social junto con la dolarización
y el ALCA. Con respecto a las críticas que se hacen a la dolarización,
explicó que soberanía consiste en la felicidad del
pueblo y nada más. Y entonces eligió al animal que
aparece en el escudo norteamericano para compararse y señaló
que después de 35 años de volar, el águila
se retira a descansar en lo más alto de la montaña. Allí
pasa seis o siete meses durante los cuales rehace el pico, las plumas
y las garras. Salvando las diferencias, yo les puedo asegurar que vuelvo
a volar con plumas, pico y garras nuevas, por muchísimos años
más.
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