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Según la Sigen, Sartor cobra un sueldo que supera el máximo legal

Desde hace meses, ningún ministro puede tener un ingreso mayor al del jefe de Gabinete, Colombo. Pero el titular de Desarrollo Social lo excede con creces. La Sindicatura lo descubrió y le pedirá que lo baje.

Por Laura Vales

El ministro de Desarrollo Social, Daniel Sartor, se fijó un salario por encima del tope permitido. Así lo acaban de detectar (no sin sorpresa) en la Sindicatura General de la Nación, que ahora le hará saber que debe bajarse el sueldo. Ocurre que el ministro está cobrando más que el jefe de Gabinete, cuyo sueldo se toma como límite máximo para toda la administración pública desde hace ya seis meses. La nueva irregularidad se conoció al mismo tiempo que quedaban en la calle otros 300 trabajadores del área de Desarrollo Social, a quienes Sartor les rescindió anticipadamente sus contratos con el declarado objetivo de ahorrar.
Los primeros despidos comenzaron días después de que Sartor asumiera en el cargo; como Economía recortó las partidas del último trimestre, al Ministerio los fondos no le alcanzan para pagar los sueldos; la solución adoptada en Desarrollo Social fue dar de baja a los contratados e incluso no pagarles el mes de preaviso.
Así, el 15 de noviembre hubo una tanda de 150 rescisiones y la semana pasada el telegrama le llegó a 300 más. Como solución, el método es dudoso incluso para el más decidido de los ajustadores, porque los contratos vencían el 30 de diciembre. Echando a la gente Sartor ahorró un mes de sueldos, pero los empleados ya están preparando cartas documento para litigar contra el Estado y tienen todo a su favor para ganar los juicios.
Junto a los despidos también se cortaron planes de asistencia. Un ejemplo es el Solidaridad, que socorría a 20 mil personas en todo el país y cuyas prestaciones eliminadas no fueron reemplazadas por nada. Mientras en el ministerio estaba Juan Pablo Cafiero, se pretendía pasar a todos esos beneficiarios al Seguro de Inclusión Infantil, pero esa iniciativa nunca se puso en marcha y la gente quedó en el aire.
Frente a este panorama, que Sartor cobrara más que lo legalmente admitido no era un dato esperable para nadie. En la Sigen lo detectaron como parte de un trabajo mayor con el que están controlando todos los sueldos del Estado, que no haya empleados con más de un contrato y que nadie perciba a la vez jubilación y sueldo.
Aunque allí no dieron a conocer el monto exacto del sueldo de Sartor, sí explicaron que es “mayor a los 8 mil pesos en bruto”, lo que implica unos seis mil con descuentos. El tope actual es de 5900 pesos como salario de bolsillo. Sartor, añadieron las fuentes consultadas, es el único ministro que está fuera de regla.
Para el funcionario será una desprolijidad más de una larga lista:
u En noviembre, mientras rescindía los primeros contratos, nombró a su hermano como asesor y le fijó un sueldo de 7500 pesos.
u Intentó mantener bajo su control un expediente que investigaba su anterior gestión como responsable del área social de la provincia de Río Negro. Sólo cuando trascendió Sartor decidió que era mejor no investigarse a sí mismo y se desprendió del caso.
Hay cuestiones más viejas: en Río Negro lo acusaron de manejar la asistencia social con fines clientelísticos, de prometer subsidios a punteros radicales para que se apartaran de la interna y de presionar a quienes lo denunciaron. Los medios locales señalaron también el fraude que habría cometido una de sus empleadas al cobrar como propio el subsidio de un discapacitado. Y ventilaron que Sartor había trabajado un tiempo en el Banco de Río Negro de donde lo despidieron por el supuesto manejo irregular de fondos.
El ministro ha desmentido parte de estas acusaciones. Admitió haber nombrado a su hermano pero aclaró que después le bajó el sueldo hasta dejarlo en “sólo” cuatro mil; sobre el despido del Banco de Río Negro dice que quedó involucrado por pertenecer al sector de la entidad donde se produjo el faltante y en cuanto a los manejos clientelísticos los definió como “denuncias absolutamente falsas”. Lo del sueldo es más lineal y no tiene mucha vuelta; después de recibir la notificación el ministro deberá acatarla. Y aunque no está muy claro si van a pedírselo, se supone que también tendrá que devolver lo que cobró de más.

 

 

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