Por Martín
Granovsky
Un informe reservado sobre
la Argentina que circula entre presidentes de grandes empresas, operadores
financieros y funcionarios económicos de todo el mundo dice que
continúa siendo extremadamente alto el riesgo de un default
absoluto en el pago de la deuda y una devaluación.
El pronóstico está incluido en el servicio de The Economist
Intelligence Unit, una rama de la empresa que edita el prestigioso semanario
inglés The Economist. Tanto la revista, de circulación pública,
y el servicio informativo para suscriptores, de circulación restringida,
figuran junto con el Financial Times y el Wall Street Journal entre las
lecturas habituales en el mundo de los negocios.
Cuando un ejecutivo de Londres o Nueva York analice la situación
argentina, registrará las declaraciones de Domingo Cavallo, si
es que resiste el cambio a ritmo de vértigo, pero sobre todo documentos
como el de EIU. Este se titula La última curita argentina,
y opina que con el Plan Candado y el blanqueo forzoso otra vez el
gobierno ha retrasado el peligro de una crisis inmediata con medidas de
corto plazo que van en contra de los intereses de largo plazo de la economía.
Una parte del informe describe la intención del Gobierno de blanquear
la economía negra, con la esperanza de que esto aumentará
la recaudación impositiva y eliminará la fragilidad fiscal
que está en el corazón de la actual crisis financiera.
El texto de EIU verifica que la economía negra es grande:
Un 40 por ciento de las transacciones
se realizan informalmente.
El 50 por ciento de los trabajadores
no está cubierto por ningún sistema de seguridad social.
Las compras grandes, incluso
de un coche o una casa, se realizaban en cash.
Los argentinos compraban con
tarjeta productos equivalentes a solo el 6 por ciento del Producto Bruto
Interno.
Los 11 millones de tarjetas
de débito eran utilizadas para extraer dinero de los cajeros, y
menos del uno por ciento se usaba para comprar bienes.
Para The Economist Intelligence Unit, las medidas pueden ayudar
a apuntalar la recaudación fiscal, pero también podrían
causar la desaparición de muchísimas actividades económicas
que dejan muy poca ganancia pero son útiles para sobrevivir en
la economía informal. El paquete podría elevar la
tasa de desempleo, que ya llegó al 16 por ciento, y también
desalentaría la actividad económica en las próximas
semanas, ya que los consumidores inicialmente limitarán el
gasto y guardarán dinero en sus bolsillos como una precaución.
El documento consigna que las empresas multinacionales que operan en la
Argentina ya no podrán remitir libremente sus ganancias a la casa
central y que, por primera vez desde 1991, la transferencia de divisas
para el pago de intereses y capital estará sujeta a la autorización
previa del Banco Central.
En cuanto a la perspectiva política, el documento califica de wishful
thinking, o sea pura ilusión, la idea de que el justicialismo
compartirá en el Congreso el proyecto oficial de aumentar el recorte
de gastos para el presupuesto 2002 con el objetivo de cumplir con el Fondo
Monetario Internacional.
Las próximas semanas serán difíciles,
es el pronóstico de EIU. Tras distintos experimentos y soluciones
de corto plazo, hay poca confianza en la capacidad de Cavallo para sacar
al país de su marasmo económico, dice, mientras que
la confianza del público y de los inversores en el Gobierno
es muy baja.
Con un consumo que probablemente caerá, como resultado de
las últimas medidas, el déficit fiscal probablemente se
agrandará a medida que caiga la recaudación, termina.
En estas condiciones internas, es probable que la Argentina siga
en recesión por lo menos por un año más, hasta quemejores
condiciones externas le den un envión, es el descorazonador
horóscopo de la publicación reservada.
El pronóstico final da una vuelta de tuerca respecto del último
documento, emitido en agosto y publicado también en este diario.
Dada la falta de herramientas en poder del Gobierno (para enfrentar
la crisis) EIU cree que la evolución de la economía mundial
será un factor crucial para ver cómo evoluciona la crisis
argentina, decía, menos tajante, aunque ya advertía
que el pronóstico de corto plazo no era optimista porque la desaceleración
del crecimiento en los Estados Unidos prolongaría la inestabilidad
de los mercados financieros internacionales, manteniendo alta la aversión
al riesgo y restringiendo el flujo de capitales hacia los mercados emergentes.
Para los analistas internacionales, el cuco no es el default, al que dan
casi por hecho, sino la forma en que se produce. Un editorial del Financial
Times publicado el último fin de semana señaló que
todavía nadie puede cantar victoria sobre la posibilidad de un
contagio desde la Argentina. Un default caótico de la deuda
argentina o una devaluación pondría severamente a prueba
el sistema financiero internacional. Agregaba que aún Brasil
tiene mucho que temer, dada su proximidad.
El diario de finanzas que se edita en Londres llamaba a que la comunidad
financiera internacional estuviera alerta ante una crisis grave y desordenada.
En el caso del Fondo, según el Financial Times el organismo debería
ser el encargado de proveer liquidez rápidamente a naciones
bien manejadas. Y, lo más importante, la Argentina debería
tener acceso a algunos fondos para evitar que su necesaria devaluación
se convierta en una fuga desordenada.
La Argentina es muy
cara
Argentina es el país más caro de Latinoamérica
para hacer negocios y ocupa el puesto número 13 en la lista
mundial elaborada por The Economist Intelligence Unit. En todo el
mundo, Japón es el país con los mayores costos para
realizar negocios, seguido por Estados Unidos y Alemania. El segundo
lugar de la región lo ocupa Venezuela, que está 18
en el ranking mundial. De cerca le siguen México y Brasil,
las dos economías más importantes de la región,
en los puestos 20 y 21, respectivamente.
El informe analizó los costos para hacer negocios en el mundo
focalizado en 31 países clave que atraen la mayor inversión
o tienen el potencial de recibirla en el futuro.
Detrás de Alemania, otros cinco países de Europa engrosan
la lista de las naciones más caras para hacer negocios, especialmente
por sus altos costos laborales. Gran Bretaña se ubicó
en el cuarto lugar, seguido por Bélgica, Suecia, Francia
y Países Bajos. Canadá se posicionó en el noveno
lugar e Italia en el décimo, ambos caracterizados por los
altos impuestos que se cobran a las empresas, dijo EIU. España,
en el puesto 11, es el país de menor costo para la inversión
de Europa occidental.
Indonesia y Hungría son, por lejos, los países más
baratos para hacer negocios entre los países evaluados. La
ventaja está dada, entre otros indicadores, por sus bajos
costos laborales.
EIU realizó un informe similar en noviembre de 1997. Por
entonces, Alemania ocupaba el primer puesto y Estados Unidos el
segundo, pero Japón no había sido tomado en cuenta
para el trabajo.
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HABLA
BOWLER, DE THE ECONOMIST INTELLIGENCE UNIT
No habrá una hiperinflación
Por
Marcelo Justo
En su última
edición el semanario The Economist dedicó un editorial a
la crisis argentina y recomendó salir de la convertibilidad por
medio de una devaluación del peso. John Bowler, jefe para América
Latina del Economist Intelligence Unit, la Unidad de Inteligencia del
semanario, dialogó con Página/12 sobre el dilema devaluación-dolarización
y el futuro de la economía.
¿Qué piensa de las últimas medidas anunciadas
por Cavallo?
Argentina está atrapada en un círculo vicioso. Cada
vez que intenta cerrar la brecha fiscal, agrava la recesión. Estas
medidas parecen condenadas al fracaso porque lo que se gana en recaudación
fiscal, se pierde en términos de actividad económica. Y
como se sabe, el verdadero problema de Argentina es el crecimiento.
La estrategia del gobierno apunta a ganar tiempo. Asegurar el desembolso
del FMI, evitar el default esta semana y conseguir avanzar sobre una reestructuración
de la deuda. ¿Es una estrategia viable o se está postergando
un final inevitable?
No cabe duda de que se lograron progresos en términos de
la reestructuración de la deuda local. El tramo de la deuda extranjera
será mucho más complicado. Pero creo que hay un problema
de fondo que es necesario resolver. Más temprano que tarde, Argentina
tendrá que salir de la convertibilidad. Esto va a afectar la situación
económica de mucha gente. Pero creo que es la única posibilidad
de empezar a crecer.
Las dos alternativas que se plantean son la dolarización
o la devaluación. The Economist se pronunció por la devaluación.
¿Por qué?
Ninguno de los dos caminos será fácil. La devaluación
será dolorosa por la deuda que se contrajo en dólares, pero
si partimos de la base de que la salida será difícil, creo
que la devaluación ofrece muchas mejores posibilidades de recuperación.
Un cambio drástico en los precios relativos tendrá un impacto
positivo en la economía. La producción nacional aumentará
porque se fabricarán cosas que antes se importaban. La inversión
extranjera directa crecerá porque el costo argentino dejará
de ser un obstáculo.
Los opositores a este camino señalan que la devaluación
generará una situación de profunda inestabilidad cambiaria,
con un trasfondo de hiperinflación, y que, en un país que
sólo exporta el 8 por ciento de su PBI, no podrá convertirse
en el motor del crecimiento.
La devaluación puede generar un problema transitorio de inestabilidad,
pero no creo que se justifiquen los temores a una hiperinflación,
porque la raíz de ésta no era la política cambiaria,
sino el desequilibrio fiscal. No pienso que en Argentina se vuelva a este
tipo de política fiscal expansiva. Incluso en el segundo período
gubernamental de Menem, a pesar de que hubo un incremento superfluo del
gasto, de ninguna manera se acercó a lo que existía antes.
En cuanto a la segunda crítica, si bien es cierto que Argentina
es una economía bastante cerrado con poco saldo exportable, el
mejoramiento de los precios relativos actuará como un estímulo
económico.
¿Cuáles son los problemas de la dolarización?
La dolarización no resuelve los problemas de Argentina. Si
se dolariza la paridad, continuará el problema de los precios relativos
y el país perderá autonomía. Argentina tendrá
que seguir ajustando su tasa de cambio por deflación: bajando precios
y salarios. Hay gente que niega que Argentina tenga un problema cambiario.
No estoy de acuerdo con esta posición. Si se observa el valor del
peso en comparación con otras monedas, se ve que casi todos las
economías emergentes devaluaron en los últimos años.
A esto se suma un dólar alto y un euro bajo. Estos factores han
afectado seriamente la marcha de la economía.
Más allá de los argumentos, ¿es técnicamente
viable una dolarización de la economía?
Si la confianza en el sistema financiero sigue igual de baja, no
creo que sea posible. La única manera va a ser manteniendo los
actuales controles bancarios o ajustándolos aún más.
De manera que la confianza, que es crucial para el éxito de la
dolarización, es un punto extremadamente débil del plan
mismo. Se puede convertir los pesos en dólares con una maniobra
contable que puede tener éxito siempre y cuando la gente no quiera
retirar su dinero. En el momento actual, daría la impresión
de que, si pudiera, la gente sacaría todo el dinero que tiene depositado.
Según
Cavallo, �estamos por ganar la batalla�
Reclamó a los bancos evitar �abusos� en el cobro de
comisiones. Confirmó que los aportes patronales ya no podrán ser tomados
a cuenta de IVA, pero negó que se vaya a eliminar el factor de empalme.
Otro castigo a gobernadores.
La única
verdad es la realidad y tenemos que seguir los dictados de la realidad.
Es muy importante que los argentinos nos mantengamos unidos para dar una
batalla que estamos por ganar, dijo ayer Domingo Cavallo, apelando
a una frase del General. No fue en un acto del justicialismo ni en una
reunión con los gobernadores del PJ, sino en un acto en el Salón
Blanco de la Casa Rosada, ante la mirada impávida del presidente
Fernando De la Rúa, resignado a aceptar la realidad. El ministro
de Economía quiso justificar así, una vez más, las
medidas para inmovilizar los depósitos bancarios y los ajustes
que se vienen en el presupuesto 2002 como parte de las nuevas condiciones
del acuerdo que se negocia con el FMI. También les pidió
a los bancos que no abusen de la situación, cobrando
comisiones y cargos a la gente que busca desesperadamente
abrir cuentas bancarias y hacer sus pagos por esa vía. Por otro
lado, confirmó que los aportes patronales ya no podrán ser
tomados por los empresarios a cuenta del IVA, como él mismo había
dispuesto hace algunos meses (ver aparte). Y volvió a cargar, sin
mencionarlos, contra los gobernadores y, en particular, contra Carlos
Ruckauf.
Debemos perseverar en la reducción del gasto público,
afirmó Cavallo, en un acto de la Fundación Exportar, que
el ministro se tomó la licencia de aprovechar para defender el
rumbo de la política económica. Así, contó
las dificultades para convencer al titular del FMI, Horst Köhler,
y a su número dos, Anne Krueger, para destrabar los desembolsos
del organismo, que el gobierno necesita con urgencia para no caer en default
y defender la Convertibilidad.
En los últimos dos años bajamos el gasto público
primario (antes del pago de intereses) al nivel de 1996. Pero aún
así no nos creen y es entendible que no nos crean. Porque ven los
bonos emitidos en las provincias y leen discursos de gobernadores que
reclaman supuestas deudas a la Nación. Esos son discursos que crean
confusión y nos desprestigian adentro y afuera, disparó
Cavallo, en obvia alusión a Ruckauf, quien elevó el monto
de emisión de los patacones en las últimas semanas y sigue
reclamando deudas impagas de la Nación con la provincia de Buenos
Aires. Frente a los exportadores, el ministro explicó cuáles
serán las medidas que tomará el Banco Central para no dificultar
las ventas al exterior, dada la obligación de liquidar las divisas
en el país. Son las siguientes:
Se modificará el concepto
de liquidación de divisas, lo cual en adelante no significará
la conversión al peso de la moneda original sino el ingreso de
dichas divisas a una cuenta bancaria en el país.
Para algunos casos, en que
el cobro de las ventas se hacen a largo plazo, se efectivizarán
los pagos de reintegros a los exportadores, aunque no hayan ingresado
todavía las divisas.
No será necesario liquidar
las divisas en el país cuando se demuestre que esos dólares
irán a pagar líneas de prefinanciación de exportaciones
o inversiones. Y se permitirá un giro automático de las
divisas al exterior cuando se usen para pagar fletes, seguro, carga y
descarga de las mercancías.
Cavallo también negó
que se vaya a eliminar el factor empalme, que otorga un incentivo
fiscal al exportador: es absolutamente falso, nadie nos lo pidió,
aseguró, desmintiendo que haya sido una de las condiciones exigidas
por el FMI. Pero su pago va a estar ligado al momento del ingreso
de las divisas, afirmó.
El ministro también aclaró que, cada vez más, será
más caro importar bienes de consumo y que, en cambio, buscará
agilizar los trámites para que la importación de materias
primas e insumos para la producción, como una forma de disminuir
su costo.
En cuanto a la situación generada por el congelamiento de depósitos,
Cavallo pidió a las entidades financieras que no se abusen de los
clientes. Los bancos van a tener que mejorar la calidad del servicio
y no abusar de las comisiones y cargos que le cobren a la gente. El Banco
Central va a ser vigilante en ese sentido. Y si bien admitió
que no habíaotra que inmovilizar los depósitos y volvió
a pedir disculpas por las molestias ocasionadas, no reparó
en eufemismos, como cuando llamó a la bancarización ir en
dirección de la modernidad. No es bueno marchar
de manera forzada en la dirección de la modernidad, concedió,
pero esto va a generar más transparencia y reducirá
la evasión, insistió.
ANUNCIAN
SUSPENSION DE BENEFICIOS
En pequeñas dosis
El Gobierno utiliza
la técnica del goteo no sólo para la extracción de
dinero, sino también para la toma de decisiones y para comunicar
esas decisiones. El último domingo, Domingo Cavallo anunció
que se suspenderían los estímulos impositivos de los planes
de competitividad, sin detenerse en precisiones. Mientras los empresarios
protestan por la medida y exigen saber su alcance, el Gobierno entregó
ayer grageas de información. El ministro de Economía especificó
que los beneficiarios de los planes de competitividad ya no podrán
tomar las contribuciones patronales como pago a cuenta del IVA, dando
marcha atrás con una medida de la que se vanaglorió en cada
discurso que dio ante empresarios en los últimos meses.
Lo único que estamos examinando, porque fue una de las condiciones
del FMI que debimos aceptar para reasegurar la recaudación de 2002,
son los aportes patronales a cuenta del IVA, señaló
Cavallo, aunque luego habló de que se están revisando
algunos aspectos limitados, por lo que habría más
recortes a las ventajas de los planes. Previamente, el vocero presidencial,
Juan Pablo Baylac, había dicho que esos programas no se van
a eliminar, sino que se van a suspender algunos de ellos, para poder garantizar
la solvencia fiscal que exige el año 2002.
Lo cierto es que la falta de información se debe a que en Economía
todavía no terminaron de definir cómo harán para
ajustar las cuentas públicas vía recorte de gastos
y aumento de la recaudación impositiva en 4000 millones de
pesos el próximo año. El secretario de Ingresos Públicos,
José María Farré, siguió trabajando a marcha
forzada para tener lista cuanto antes una propuesta. Cómo informó
ayer Página/12, algunas de las alternativas en estudio en el Palacio
de Hacienda son la eliminación de exenciones al IVA para la educación
privada, y a Ganancias de fundaciones, cooperativas y mutuales, a los
reintegros a las exportaciones, a las rentas de títulos públicos
y acciones, y hasta los intereses de los plazos fijos.
Cavallo mantuvo el suspenso sobre si avanzará con algunas o todas
de esas opciones. Lo único que confirmó es que el Fondo
Monetario reclama mayores gastos o menores erogaciones por unos 4000 millones
de pesos. Y que una forma de lograrlo será restringiendo los beneficios
de los planes de competitividad. Sin embargo, el secretario de Transporte,
Ignacio Ludueña, aclaró que los planes de competitividad
para el transporte automotor de pasajeros y para el sector de cargas seguirán
vigentes. El Gobierno cerró de ese modo el riesgo a un eventual
conflicto con empresas de colectivos y camioneros, cuyas medidas de fuerza
obligaron al Gobierno a ceder en más de una oportunidad. Antes
de que se reedite su protesta, Economía accedió a respetarles
las ventajas concedidas. Los 34 rubros restantes que accedieron a los
planes de competitividad deberán seguir esperando cómo se
resuelve su situación.
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