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DINAR LINEAS AEREAS

QUE PASARA DESPUES DEL ULTIMO PARCHE FINANCIERO
“La última curita argentina”

La influyente publicación reservada �The Economist Intelligence Unit�, una virtual consultora económica, pronostica que crece el riesgo de default total y devaluación y que la recesión se acentuará por el golpe del blanqueo forzoso sobre la economía negra. El economista que dirige el informe dijo en Londres a Página/12 que la dolarización es la peor salida, porque producirá una baja aún mayor de precios y salarios.

Futuro: �Desapare-cerían muchísimas actividades económicas que dejan muy poca ganancia pero son útiles para sobrevivir en la economía informal�.

Por Martín Granovsky

Un informe reservado sobre la Argentina que circula entre presidentes de grandes empresas, operadores financieros y funcionarios económicos de todo el mundo dice que “continúa siendo extremadamente alto el riesgo de un default absoluto en el pago de la deuda y una devaluación”.
El pronóstico está incluido en el servicio de The Economist Intelligence Unit, una rama de la empresa que edita el prestigioso semanario inglés The Economist. Tanto la revista, de circulación pública, y el servicio informativo para suscriptores, de circulación restringida, figuran junto con el Financial Times y el Wall Street Journal entre las lecturas habituales en el mundo de los negocios.
Cuando un ejecutivo de Londres o Nueva York analice la situación argentina, registrará las declaraciones de Domingo Cavallo, si es que resiste el cambio a ritmo de vértigo, pero sobre todo documentos como el de EIU. Este se titula “La última curita argentina”, y opina que con el Plan Candado y el blanqueo forzoso “otra vez el gobierno ha retrasado el peligro de una crisis inmediata con medidas de corto plazo que van en contra de los intereses de largo plazo de la economía”.
Una parte del informe describe la intención del Gobierno de blanquear la economía negra, con la esperanza de que esto “aumentará la recaudación impositiva y eliminará la fragilidad fiscal que está en el corazón de la actual crisis financiera”.
El texto de EIU verifica que la economía negra es grande:
Un 40 por ciento de las transacciones se realizan informalmente.
El 50 por ciento de los trabajadores no está cubierto por ningún sistema de seguridad social.
Las compras grandes, incluso de un coche o una casa, se realizaban en cash.
Los argentinos compraban con tarjeta productos equivalentes a solo el 6 por ciento del Producto Bruto Interno.
Los 11 millones de tarjetas de débito eran utilizadas para extraer dinero de los cajeros, y menos del uno por ciento se usaba para comprar bienes.
Para The Economist Intelligence Unit, “las medidas pueden ayudar a apuntalar la recaudación fiscal, pero también podrían causar la desaparición de muchísimas actividades económicas que dejan muy poca ganancia pero son útiles para sobrevivir en la economía informal”. El paquete podría elevar la tasa de desempleo, que ya llegó al 16 por ciento, y también desalentaría la actividad económica en las próximas semanas, “ya que los consumidores inicialmente limitarán el gasto y guardarán dinero en sus bolsillos como una precaución”.
El documento consigna que las empresas multinacionales que operan en la Argentina ya no podrán remitir libremente sus ganancias a la casa central y que, por primera vez desde 1991, la transferencia de divisas “para el pago de intereses y capital estará sujeta a la autorización previa del Banco Central”.
En cuanto a la perspectiva política, el documento califica de “wishful thinking”, o sea pura ilusión, la idea de que el justicialismo compartirá en el Congreso el proyecto oficial de aumentar el recorte de gastos para el presupuesto 2002 con el objetivo de cumplir con el Fondo Monetario Internacional.
“Las próximas semanas serán difíciles”, es el pronóstico de EIU. “Tras distintos experimentos y soluciones de corto plazo, hay poca confianza en la capacidad de Cavallo para sacar al país de su marasmo económico”, dice, mientras que “la confianza del público y de los inversores en el Gobierno es muy baja”.
“Con un consumo que probablemente caerá, como resultado de las últimas medidas, el déficit fiscal probablemente se agrandará a medida que caiga la recaudación”, termina. “En estas condiciones internas, es probable que la Argentina siga en recesión por lo menos por un año más, hasta quemejores condiciones externas le den un envión”, es el descorazonador horóscopo de la publicación reservada.
El pronóstico final da una vuelta de tuerca respecto del último documento, emitido en agosto y publicado también en este diario. “Dada la falta de herramientas en poder del Gobierno (para enfrentar la crisis) EIU cree que la evolución de la economía mundial será un factor crucial para ver cómo evoluciona la crisis argentina”, decía, menos tajante, aunque ya advertía que el pronóstico de corto plazo no era optimista porque la desaceleración del crecimiento en los Estados Unidos prolongaría “la inestabilidad de los mercados financieros internacionales, manteniendo alta la aversión al riesgo y restringiendo el flujo de capitales hacia los mercados emergentes”.
Para los analistas internacionales, el cuco no es el default, al que dan casi por hecho, sino la forma en que se produce. Un editorial del Financial Times publicado el último fin de semana señaló que todavía nadie puede cantar victoria sobre la posibilidad de un contagio desde la Argentina. “Un default caótico de la deuda argentina o una devaluación pondría severamente a prueba el sistema financiero internacional”. Agregaba que aún “Brasil tiene mucho que temer, dada su proximidad”.
El diario de finanzas que se edita en Londres llamaba a que la comunidad financiera internacional estuviera alerta ante una crisis grave y desordenada. En el caso del Fondo, según el Financial Times el organismo debería ser el encargado de proveer liquidez rápidamente “a naciones bien manejadas”. Y, lo más importante, la Argentina “debería tener acceso a algunos fondos para evitar que su necesaria devaluación se convierta en una fuga desordenada”.

 

La Argentina es muy cara

Argentina es el país más caro de Latinoamérica para hacer negocios y ocupa el puesto número 13 en la lista mundial elaborada por The Economist Intelligence Unit. En todo el mundo, Japón es el país con los mayores costos para realizar negocios, seguido por Estados Unidos y Alemania. El segundo lugar de la región lo ocupa Venezuela, que está 18 en el ranking mundial. De cerca le siguen México y Brasil, las dos economías más importantes de la región, en los puestos 20 y 21, respectivamente.
El informe analizó los costos para hacer negocios en el mundo focalizado en 31 países clave que atraen la mayor inversión o tienen el potencial de recibirla en el futuro.
Detrás de Alemania, otros cinco países de Europa engrosan la lista de las naciones más caras para hacer negocios, especialmente por sus altos costos laborales. Gran Bretaña se ubicó en el cuarto lugar, seguido por Bélgica, Suecia, Francia y Países Bajos. Canadá se posicionó en el noveno lugar e Italia en el décimo, ambos caracterizados por los altos impuestos que se cobran a las empresas, dijo EIU. España, en el puesto 11, es el país de menor costo para la inversión de Europa occidental.
Indonesia y Hungría son, por lejos, los países más baratos para hacer negocios entre los países evaluados. La ventaja está dada, entre otros indicadores, por sus bajos costos laborales.
EIU realizó un informe similar en noviembre de 1997. Por entonces, Alemania ocupaba el primer puesto y Estados Unidos el segundo, pero Japón no había sido tomado en cuenta para el trabajo.

 

HABLA BOWLER, DE “THE ECONOMIST INTELLIGENCE UNIT”
“No habrá una hiperinflación”

Por Marcelo Justo

En su última edición el semanario The Economist dedicó un editorial a la crisis argentina y recomendó salir de la convertibilidad por medio de una devaluación del peso. John Bowler, jefe para América Latina del Economist Intelligence Unit, la Unidad de Inteligencia del semanario, dialogó con Página/12 sobre el dilema devaluación-dolarización y el futuro de la economía.
–¿Qué piensa de las últimas medidas anunciadas por Cavallo?
–Argentina está atrapada en un círculo vicioso. Cada vez que intenta cerrar la brecha fiscal, agrava la recesión. Estas medidas parecen condenadas al fracaso porque lo que se gana en recaudación fiscal, se pierde en términos de actividad económica. Y como se sabe, el verdadero problema de Argentina es el crecimiento.
–La estrategia del gobierno apunta a ganar tiempo. Asegurar el desembolso del FMI, evitar el default esta semana y conseguir avanzar sobre una reestructuración de la deuda. ¿Es una estrategia viable o se está postergando un final inevitable?
–No cabe duda de que se lograron progresos en términos de la reestructuración de la deuda local. El tramo de la deuda extranjera será mucho más complicado. Pero creo que hay un problema de fondo que es necesario resolver. Más temprano que tarde, Argentina tendrá que salir de la convertibilidad. Esto va a afectar la situación económica de mucha gente. Pero creo que es la única posibilidad de empezar a crecer.
–Las dos alternativas que se plantean son la dolarización o la devaluación. The Economist se pronunció por la devaluación. ¿Por qué?
–Ninguno de los dos caminos será fácil. La devaluación será dolorosa por la deuda que se contrajo en dólares, pero si partimos de la base de que la salida será difícil, creo que la devaluación ofrece muchas mejores posibilidades de recuperación. Un cambio drástico en los precios relativos tendrá un impacto positivo en la economía. La producción nacional aumentará porque se fabricarán cosas que antes se importaban. La inversión extranjera directa crecerá porque el costo argentino dejará de ser un obstáculo.
–Los opositores a este camino señalan que la devaluación generará una situación de profunda inestabilidad cambiaria, con un trasfondo de hiperinflación, y que, en un país que sólo exporta el 8 por ciento de su PBI, no podrá convertirse en el motor del crecimiento.
–La devaluación puede generar un problema transitorio de inestabilidad, pero no creo que se justifiquen los temores a una hiperinflación, porque la raíz de ésta no era la política cambiaria, sino el desequilibrio fiscal. No pienso que en Argentina se vuelva a este tipo de política fiscal expansiva. Incluso en el segundo período gubernamental de Menem, a pesar de que hubo un incremento superfluo del gasto, de ninguna manera se acercó a lo que existía antes. En cuanto a la segunda crítica, si bien es cierto que Argentina es una economía bastante cerrado con poco saldo exportable, el mejoramiento de los precios relativos actuará como un estímulo económico.
–¿Cuáles son los problemas de la dolarización?
–La dolarización no resuelve los problemas de Argentina. Si se dolariza la paridad, continuará el problema de los precios relativos y el país perderá autonomía. Argentina tendrá que seguir ajustando su tasa de cambio por deflación: bajando precios y salarios. Hay gente que niega que Argentina tenga un problema cambiario. No estoy de acuerdo con esta posición. Si se observa el valor del peso en comparación con otras monedas, se ve que casi todos las economías emergentes devaluaron en los últimos años. A esto se suma un dólar alto y un euro bajo. Estos factores han afectado seriamente la marcha de la economía.
–Más allá de los argumentos, ¿es técnicamente viable una dolarización de la economía?
–Si la confianza en el sistema financiero sigue igual de baja, no creo que sea posible. La única manera va a ser manteniendo los actuales controles bancarios o ajustándolos aún más. De manera que la confianza, que es crucial para el éxito de la dolarización, es un punto extremadamente débil del plan mismo. Se puede convertir los pesos en dólares con una maniobra contable que puede tener éxito siempre y cuando la gente no quiera retirar su dinero. En el momento actual, daría la impresión de que, si pudiera, la gente sacaría todo el dinero que tiene depositado.

 


 

Según Cavallo, �estamos por ganar la batalla�

Reclamó a los bancos evitar �abusos� en el cobro de comisiones. Confirmó que los aportes patronales ya no podrán ser tomados a cuenta de IVA, pero negó que se vaya a eliminar el factor de empalme. Otro castigo a gobernadores.

“La única verdad es la realidad y tenemos que seguir los dictados de la realidad. Es muy importante que los argentinos nos mantengamos unidos para dar una batalla que estamos por ganar”, dijo ayer Domingo Cavallo, apelando a una frase del General. No fue en un acto del justicialismo ni en una reunión con los gobernadores del PJ, sino en un acto en el Salón Blanco de la Casa Rosada, ante la mirada impávida del presidente Fernando De la Rúa, resignado a aceptar la realidad. El ministro de Economía quiso justificar así, una vez más, las medidas para inmovilizar los depósitos bancarios y los ajustes que se vienen en el presupuesto 2002 como parte de las nuevas condiciones del acuerdo que se negocia con el FMI. También les pidió a los bancos que “no abusen” de la situación, cobrando “comisiones y cargos” a la gente que busca desesperadamente abrir cuentas bancarias y hacer sus pagos por esa vía. Por otro lado, confirmó que los aportes patronales ya no podrán ser tomados por los empresarios a cuenta del IVA, como él mismo había dispuesto hace algunos meses (ver aparte). Y volvió a cargar, sin mencionarlos, contra los gobernadores y, en particular, contra Carlos Ruckauf.
“Debemos perseverar en la reducción del gasto público”, afirmó Cavallo, en un acto de la Fundación Exportar, que el ministro se tomó la licencia de aprovechar para defender el rumbo de la política económica. Así, contó las dificultades para convencer al titular del FMI, Horst Köhler, y a su número dos, Anne Krueger, para destrabar los desembolsos del organismo, que el gobierno necesita con urgencia para no caer en default y defender la Convertibilidad.
“En los últimos dos años bajamos el gasto público primario (antes del pago de intereses) al nivel de 1996. Pero aún así no nos creen y es entendible que no nos crean. Porque ven los bonos emitidos en las provincias y leen discursos de gobernadores que reclaman supuestas deudas a la Nación. Esos son discursos que crean confusión y nos desprestigian adentro y afuera”, disparó Cavallo, en obvia alusión a Ruckauf, quien elevó el monto de emisión de los patacones en las últimas semanas y sigue reclamando deudas impagas de la Nación con la provincia de Buenos Aires. Frente a los exportadores, el ministro explicó cuáles serán las medidas que tomará el Banco Central para no dificultar las ventas al exterior, dada la obligación de liquidar las divisas en el país. Son las siguientes:
Se modificará el concepto de liquidación de divisas, lo cual en adelante no significará la conversión al peso de la moneda original sino el ingreso de dichas divisas a una cuenta bancaria en el país.
Para algunos casos, en que el cobro de las ventas se hacen a largo plazo, se efectivizarán los pagos de reintegros a los exportadores, aunque no hayan ingresado todavía las divisas.
No será necesario liquidar las divisas en el país cuando se demuestre que esos dólares irán a pagar líneas de prefinanciación de exportaciones o inversiones. Y se permitirá un giro automático de las divisas al exterior cuando se usen para pagar fletes, seguro, carga y descarga de las mercancías.
Cavallo también negó que se vaya a eliminar el “factor empalme”, que otorga un incentivo fiscal al exportador: “es absolutamente falso, nadie nos lo pidió”, aseguró, desmintiendo que haya sido una de las condiciones exigidas por el FMI. “Pero su pago va a estar ligado al momento del ingreso de las divisas”, afirmó.
El ministro también aclaró que, cada vez más, será más caro importar bienes de consumo y que, en cambio, buscará agilizar los trámites para que la importación de materias primas e insumos para la producción, como una forma de disminuir su costo.
En cuanto a la situación generada por el congelamiento de depósitos, Cavallo pidió a las entidades financieras que no se abusen de los clientes. “Los bancos van a tener que mejorar la calidad del servicio y no abusar de las comisiones y cargos que le cobren a la gente. El Banco Central va a ser vigilante en ese sentido”. Y si bien admitió que no habíaotra que inmovilizar los depósitos y volvió a pedir disculpas por “las molestias ocasionadas”, no reparó en eufemismos, como cuando llamó a la bancarización ir en “dirección de la modernidad”. “No es bueno marchar de manera forzada en la dirección de la modernidad”, concedió, pero “esto va a generar más transparencia y reducirá la evasión”, insistió.

 


 

ANUNCIAN SUSPENSION DE BENEFICIOS
En pequeñas dosis

El Gobierno utiliza la técnica del goteo no sólo para la extracción de dinero, sino también para la toma de decisiones y para comunicar esas decisiones. El último domingo, Domingo Cavallo anunció que se suspenderían los estímulos impositivos de los planes de competitividad, sin detenerse en precisiones. Mientras los empresarios protestan por la medida y exigen saber su alcance, el Gobierno entregó ayer grageas de información. El ministro de Economía especificó que los beneficiarios de los planes de competitividad ya no podrán tomar las contribuciones patronales como pago a cuenta del IVA, dando marcha atrás con una medida de la que se vanaglorió en cada discurso que dio ante empresarios en los últimos meses.
“Lo único que estamos examinando, porque fue una de las condiciones del FMI que debimos aceptar para reasegurar la recaudación de 2002, son los aportes patronales a cuenta del IVA”, señaló Cavallo, aunque luego habló de que “se están revisando algunos aspectos limitados”, por lo que habría más recortes a las ventajas de los planes. Previamente, el vocero presidencial, Juan Pablo Baylac, había dicho que esos programas “no se van a eliminar, sino que se van a suspender algunos de ellos, para poder garantizar la solvencia fiscal que exige el año 2002”.
Lo cierto es que la falta de información se debe a que en Economía todavía no terminaron de definir cómo harán para ajustar las cuentas públicas –vía recorte de gastos y aumento de la recaudación impositiva– en 4000 millones de pesos el próximo año. El secretario de Ingresos Públicos, José María Farré, siguió trabajando a marcha forzada para tener lista cuanto antes una propuesta. Cómo informó ayer Página/12, algunas de las alternativas en estudio en el Palacio de Hacienda son la eliminación de exenciones al IVA para la educación privada, y a Ganancias de fundaciones, cooperativas y mutuales, a los reintegros a las exportaciones, a las rentas de títulos públicos y acciones, y hasta los intereses de los plazos fijos.
Cavallo mantuvo el suspenso sobre si avanzará con algunas o todas de esas opciones. Lo único que confirmó es que el Fondo Monetario reclama mayores gastos o menores erogaciones por unos 4000 millones de pesos. Y que una forma de lograrlo será restringiendo los beneficios de los planes de competitividad. Sin embargo, el secretario de Transporte, Ignacio Ludueña, aclaró que “los planes de competitividad para el transporte automotor de pasajeros y para el sector de cargas seguirán vigentes”. El Gobierno cerró de ese modo el riesgo a un eventual conflicto con empresas de colectivos y camioneros, cuyas medidas de fuerza obligaron al Gobierno a ceder en más de una oportunidad. Antes de que se reedite su protesta, Economía accedió a respetarles las ventajas concedidas. Los 34 rubros restantes que accedieron a los planes de competitividad deberán seguir esperando cómo se resuelve su situación.

 

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