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EL EX PRESIDENTE ALMORZO CON EL GENERAL BRINZONI
Otro contrabando de armas

El líder del PJ se entrevistó con el jefe de Ejército. Para hacerlo éste pidió, y obtuvo, autorización del Gobierno. Se trató de un inédito y cuestionable diálogo político. A la noche, Menem habló ante un auditorio fiel.

Menem comió con Brinzoni y pasó a saludar al ministro Jaunarena.

Carlos Menem protagonizó ayer un hecho inusual en los 18 años que va desde la recuperación de la democracia: visitó al jefe del Ejército, Ricardo Brinzoni, e invitó a las Fuerzas Armadas a sentarse a la mesa de un “gran acuerdo patriótico” para sacar al país de la crisis. “El Ejército no es un interlocutor político, pero obviamente está abierto a todo tipo de diálogo”, aclararon voceros de esa fuerza, mientras que algunos hombres del Gobierno criticaron al ex presidente –quien hoy irá a ver con la misma propuesta al jefe de la Armada, Joaquín Stella– y advirtieron que su planteo implica volver “al ‘45, cuando se ponía al Ejército y los sindicatos en el lugar de actores políticos”. Vale destacar que así como el Ejército es la primera institución que Menem –aún procesado por la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia– invita a la concertación, su ex titular y preso por la misma causa, Martín Balza, fue el primero a quien visitó cuando recuperó la libertad.
Tan curiosa como esa coincidencia, resultó la reacción de ciertos funcionarios frente al planteo que Menem le hizo a Brinzoni porque el mismo Gobierno fue quien autorizó el encuentro entre ambos. La reunión la solicitó la semana pasada el ex presidente en su calidad de titular del PJ y el jefe del Ejército pidió autorización al ministro de Defensa, Horacio Jaunarena, y a Fernando de la Rúa, quienes accedieron a que lo recibiera. De hecho, antes de almorzar con Brinzoni a solas en su despacho del edificio Libertador, Menem pasó por la oficina de Jaunarena a saludarlo.
Voceros de Defensa aseguraron que en ese breve contacto Menem le transmitió a Jaunarena su preocupación de lograr una concertación política para garantizar la gobernabilidad frente a las duras medidas económicas que se anuncian, pero nada comentó de su intención de sentar a los militares a una mesa de diálogo para superar la crisis. De eso dijeron haberse enterado recién cuando el ex presidente terminó de almorzar con Brinzoni y explicó a la prensa que “estoy proponiendo una especie de acuerdo patriótico y sostengo en forma terminante que para un acuerdo de esta naturaleza es fundamental la participación de instituciones como las Fuerzas Armadas y la Iglesia”.
En la conferencia de prensa que improvisó en la misma sede del Ejército, Menem agregó que “ante esta situación de crisis, no queda otra salida que una especie de acuerdo con todos los sectores de la vida política, empresarial, militar y sindical” porque de lo contrario “la situación va a terminar totalmente complicada y cada día más dramática”.
“Las Fuerzas Armadas no se van a sentar a una mesa de diálogo porque están subordinadas al poder político que, por lo tanto, las representa. La política es el lugar superior a las corporaciones y son los políticos los que tienen que representar todos los intereses de la sociedad”, señalaron en el entorno de Jaunarena, donde calificaron la conferencia de Menem como un “show mediático en función de su posicionamiento político personal”.
En el Ejército aclararon que esa fuerza “no es un interlocutor político”, aunque no fueron tan tajantes como en Defensa en cuanto a su papel y declararon estar abiertos “a todo tipo de diálogo”. En esa línea, el propio Brinzoni subrayó que “el Ejército cree que de esta crisis transitoria vamos a salir respetando la Constitución, las instituciones y trabajando de común acuerdo en el esfuerzo hombro con hombro de todos los argentinos, sin distinción de credo, profesión, sexo y origen”. De todos modos, voceros de esa fuerza se cuidaron de no quedar pegados a la figura de Menem y aclararon que “Brinzoni lo recibió como ex presidente constitucional de la Nación, como presidente de un partido mayoritario y como recibió a otros referentes de distintos sectores de la sociedad”.
Brinzoni y Menem hicieron durante el almuerzo un repaso de los 18 años que van de democracia y “coincidieron –según comentaron voceros del Ejército– en que las Fuerzas Armadas han demostrado cabalmente estar instaladas en el sistema democrático y en el respeto al orden institucional”. También fue objeto de conversación la situación del ex coronel Mohamed Alí Seineldín.
“Es un tema que pasa por las autoridades actuales”, sostuvo Menem ante los medios y contó que “los miembros de las Fuerzas Armadas aspiran a la libertad” del ex militar. En la intimidad del almuerzo con Brinzoni, el ex presidente afirmó estar de acuerdo con liberar al carapintada como una señal más de renunciamiento en pos de la unidad de los argentinos.
La voz corrió rápido entre los carapintadas, quienes reiteraron que no quieren saber nada con Menem “porque es un súbdito de los Estados Unidos y está tratando de posicionarse políticamente”. Los allegados a Seineldín también pusieron en duda las intenciones de Brinzoni y destacaron que “responde al Gobierno y por eso se mantiene en el cargo”.

 

Dolarizar or not to be

Desde que recuperó la libertad Carlos Menem está dedicado de lleno a la política y la crisis le ofrece buenos escenarios. Ayer desarrolló varias actividades públicas, entre ellas una reunión con economistas y dirigentes del PJ, en la cual se resolvió llevar la propuesta de dolarizar la economía a la concertación. El encuentro encabezado por Menem en el Consejo Nacional del PJ duró casi dos horas, durante las que se analizaron la situación económica; panorama del sistema bancario y las perspectivas; estado del régimen de convertibilidad; la situación financiera de las provincias y la política fiscal y el Presupuesto del 2002. El vocero del encuentro fue el ex ministro de Economía, Roque Fernández, quien afirmó que “la crisis financiera es pura responsabilidad de (Domingo) Cavallo”. También dijo que “la propuesta de la dolarización es una iniciativa que ha sido ampliamente apoyada por todos y siempre fue un proyecto de Menem para darle a la gente la tranquilidad de una manera estable y segura” y aclaró que la intención del justicialismo “no es poner palos en la rueda”, sino “acompañar al Gobierno, arrimarle comentarios y tener una actitud de colaboración para ayudarlo a solucionar los problemas de la Argentina”. Durante la reunión, los economistas le aconsejaron a Menem no presentar un plan económico alternativo, porque es “muy difícil” darlo a conocer en el actual contexto de “debilidad y falta de liderazgo político”.

 

Menem cerró un día hiperquinético
hablando en la Peña de sus amores

Por Diego Schurman

“Ruega por nosotros...”, dice el reverso de la estampita con la figura de la Virgen de Luján, la de Desatanudos y la de San Cayetano. “...y líbranos de este mal” completa el anverso con la cara de Eduardo Duhalde. Esa fue la carta de presentación de la Peña Joaquín V. González, donde anoche el hiperquinético Carlos Menem cerraba una jornada también con dedicatorias a Fernando de la Rúa. “Que se ponga las pilas y conduzca la Argentina con fuerza, coraje y convicción.”
En medio de la crisis, el ex presidente dio muestras de su omnipresencia. A la mañana visitó al jefe del Ejército, Ricardo Brinzoni, y al ministro de Defensa, Horacio Jaunarena. Por la tarde estuvo con los economistas de su equipo, entre ellos Roque Fernández y Pedro Pou, en el Consejo Nacional Justicialista. A la noche: fiesta.
Menem llegó al predio de la Rural junto a su esposa Cecilia Bolocco. Como en un casamiento, fueron rodeados. Los besaron. Los adularon. No faltaron los fans con sus cámaras pockets y sus estridentes aullidos.
–No voy a responder algunas expresiones que todos los días nos hablan de la herencia recibida. Si (De la Rúa) es piromaníaco qué culpa tengo yo, enciende la mecha y después tiene que hace de bombero –lanzó.
El Presidente había dicho un día antes que vivía apagando incendios.
–El PJ igual lo va a acompañar, pero hasta las puertas del cementerio, más allá no –agregó Menem.
Los aplausos taparon las suaves melodías de Caetano Veloso y Alejandro Sanz. Ni hablar cuando en el fondo irrumpieron un grupo de muchachos y muchachas con una carta de presentación sonora: “Y ya lo ve, y ya lo ve, es la gloriosa JP”.
Vale reconocerlo, contagiaron el entusiasmo. Por eso, pegadito, comenzaron con un clásico. “Se siente, se siente, Menem presidente.” Los más de mil comensales –que no llegaron a completar el salón– acompañaron la música. Algunos con palmas, otros agitando las servilletas blancas. Bolocco, de impecable vestido blanco, sonreía. Menem estaba en su juego, saludaba a todos sin apuro, pese a la desesperación de los organizadores por desalojar a la prensa.
Hubo de todo, como en botica. ¿Los que más llamaron la atención? Adrián Menem, con una fulgurante corbata rosa, podía ser visto a una legua de distancia. Se ve que el color está de moda. Al menos el ex legislador Alberto Albamonte hacía gala de una camisa del mismo tono.
Por allí también se vio al abogado del poder, Mariano Cúneo Libarona, repartiendo sonrisas y cosechando suspiros de la platea femenina. Víctor Alderete también fue centro de las miradas. El ex interventor del PAMI entró de buen talante ayudado con un bastón.
Muy pocos se negaron a las pizzetas, que con ahínco repartían los mozos. Adheridos a unas delicadas sillas, tapizadas de color rosa (estará de moda nomás ese color), se entretenían Alito Tfeli, el médico personal de Menem, César Arias, Javier Mouriño, Daniel Scioli, Martha Alarcia, Claudio Sebastiani, José Luis Lingieri por no citar sino a los más conspicuos.
Mucho celular, mucho perfume francés y mucho cabernet Sauvignon Omnium, de los prósperos viñedos de Mendoza. Probablemente la bebida era lo único que garantizaba el título de peña a ese ritual menemista cargado de poses, vestidos de noche y poco y nada de folklore, a no ser que el revoleo de las servilletas imitando –mal– a Soledad sea tomado como tal.
Como Droopy, a Menem se lo vio por todos lados. Para que no le extrañaran a la hora de ir a dormir, junto a cada plato (bien servido con una suerte de pastel de pollo y acelga cuya denominación precisa no figuraba en el menú) descansaba una tarjeta con el rostro del ex presidente y la dirección de su página web: www.menemconducción.com.ar
Para que el sueño sea completo, la tarjeta venía acompañada con un fragmento de la Lección de Optimismo, de Joaquín V. González. “Trabajo va a tener el enemigo para desalojarme a mí del campo de batalla!!!”, dice en un tramo. El mensaje parecía dirigido hacia dentro y fuera del PJ.

 

OPINION
Por Diego Ramiro Guelar *

El peronismo de la Capital está por todas partes.

Aliado con el cavallismo en el PJ intervenido por Ana María Mosso (Daniel Scioli), dentro del cavallismo (José Luis Fernández Valoni), con el ARI (Juan Carlos Dante Gullo), con la Alianza (Juliana Marino, Nilda Garré, Juan Manuel Abal Medina), en la vuelta a la militancia de quien fuera el último gran caudillo de la Capital (Carlos Grosso), en el 2º bloque de legisladores porteños (presidido por Jorge Argüello), en los distintos dirigentes sindicales (José Luis Lingeri, Obras Sanitarias; Omar Viviani, Taxistas; Amadeo Genta, Patricio Datarmine, Alejandro Amor, Juan Fajín, Municipales; Pepe y Víctor Santamaría, encargados de departamentos; Andrés Rodríguez, UPCN; etc.). Es también el distrito de importantes cuadros femeninos (María Laura Leguizamón, Kelly Olmos, Inés Pérez Suárez, Alicia Pierini, Cristina Alvarez Rodríguez) que agregan a sus aptitudes profesionales una cuota nueva de liderazgo y de integración de una sociedad compleja como la porteña.
Tenemos también compañeros que están colaborando con los gobiernos de la Ciudad y Nacional destacándose por su ejecutividad y eficacia en un mar de inoperancia y parálisis: Jorge Telerman y Daniel Filmus en el gabinete municipal, Horacio Rodríguez Larreta en la DGI, Bernardo Cané en el Senasa. Pese a la dispersión y los conflictos internos, la Alianza Peronista formada por Nueva Dirigencia (Gustavo Beliz) y PAIS (Irma Roy) salieron segundos en las elecciones del 14 de octubre, situación que hace a Beliz el legítimo 3º Senador por la Capital (la Constitución nacional es clara en su artículo 54). Curiosamente, los 60.000 votos extras que obtuvo Alfredo Bravo le fueron aportados por el partido del “Canca” Gullo. La justicia y sus propios pares resolverán la cuestión conforme a derecho.
En todo este cuadro hay que sumar personalidades de la cultura, el deporte y la dirigencia social que prestigian el peronismo porteño (Antonio Carrizo, Fernando Niembro, Martín Redrado, Víctor Laplace, Nacha Guevara, Alejandro Dolina, Leonardo Favio, Jorge Asís, Pacho O’Donnell, Héctor Timmerman, Miguel Bonasso, Aníbal Jozami, Archibaldo Lanús, Esther Goris y tantos otros).
Este peronismo pasional, contradictorio, con guiños a izquierda y a derecha, nacionalista y liberal, clerical y agnóstico, socialista, judeocristiano y musulmán conforme a las circunstancias, machista y reverenciador de Eva Perón, con militantes activos en las madres y abuelas de Plaza de Mayo, Greenpeace, la Asociación Gardeliana, el Movimiento Gay y la Sociedad Protectora de Animales. Peronistas para todos los gustos, edades, religiones e ideologías. Ese peronismo es el que va a ganar en el 2003. A la medida de una ciudad excepcional, comparable sólo a cinco o seis ciudades del mundo tan heterodoxas y complejas como la nuestra.
El último Congreso Nacional partidario eligió a Eduardo Duhalde como nuevo interventor del PJ Capital. El tendrá la oportunidad de conducir un proceso de normalización que debe ser ejemplar. Debemos mostrar a los porteños que estamos en condiciones de gobernarnos a nosotros mismos para, desde nuestra identidad, ofrecer una propuesta de sociedad y de gobierno como nuestros conciudadanos merecen.
Hay que reconocer que Aníbal Ibarra ha fundado un estilo de gobierno tolerante, plural y creativo que poco tiene que ver con la Alianza que representa. Buenos Aires es tan inspiradora que supera hasta el aburrimiento Radical. A nosotros nos tocará derrotarlo en las próximas elecciones. Sólo podremos hacerlo si demostramos que podemos hacerlo mejor.

* Candidato a presidente del Partido Justicialista porteño.

 

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