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GABRIELA TAGLIAVINI Y “LA MUJER QUE TODO HOMBRE QUIERE”
“Es la realidad, exagerada”

La película que se estrena mañana fue rodada en 19 días en Los Angeles y cuenta una historia llena de ironías: la de un hombre que encuentra su pareja ideal en una complaciente mujer robot.

�Me atrae la idea de la búsqueda inútil de la perfección�, dice Tagliavini al explicar su film.

Por Ana Bianco

Para la directora argentina Gabriela Tagliavini, en el año 2030 las mujeres serán quienes ejerzan el poder y dominen el mundo. Eso al menos es lo que plantea en La mujer que todo hombre quiere, su opera prima, filmada en diecinueve días en Los Angeles, con un presupuesto ínfimo para el cine estadounidense. Después de su paso por el Festival de Cine Independiente de Nueva York, donde obtuvo varios premios –entre ellos a la mejor dirección y al mejor vestuario–, el film, que en marzo pasado estuvo también en el Festival de Mar del Plata, se estrena este jueves en Buenos Aires, únicamente en el cine Showcase Belgrano.
Tagliavini estudió cine en la Argentina y trabajó en producción de comerciales y largometrajes, incluyendo Gatica, el mono, de Leonardo Favio. En 1993 emigró a los Estados Unidos y se doctoró en el American Film Institute. En Los Angeles concibió la historia de La mujer que todo hombre quiere: cuando su novia lo deja, un joven romántico e inseguro intenta relacionarse con un robot mujer, hecho a su medida y gusto. Como fiel exponente del imaginario masculino, sueña con una mujer ideal, que cumpla con placer el rol de ama de casa fregona y sea a la vez lúcida, inteligente y buena amante. El sarcasmo y la ironía caracterizan al film, encabezado por Ryan Hurst (Rescatando al soldado Ryan) y la modelo y actriz alemana Daniela Lunkewitz como su robot. El elenco se completa con Alex Arquette –hermano de Roxana y Patricia– en la piel de un sofisticado travesti.
–¿Cómo surgió el proyecto?
–Me atrae la idea de la búsqueda inútil de la perfección. En la pareja esto se refleja de una manera inconsciente o consciente, cada una de las partes intenta cambiar al otro para que encuadre mejor en su “ideal”. Observo la realidad y después exagero. La exageración está dada por ese hombre que pide una mujer ideal, representada en un robot. Esa mujer que todo hombre aspira a tener. Ella es la perfección: cocina y le trae la comida antes que él se la pida, sabe exactamente qué desea su marido, hace el amor cuantas veces sean necesarias y además dice sí a todo. Al mismo tiempo, la ironía está puesta en el título: La mujer que todo hombre quiere, como si todos los hombres quisieran una misma mujer. En la investigación que hice sobre robots, leí un artículo que decía que en el 2030 se crearán robots con caras humanas, por eso determiné esa fecha.
–¿La película es feminista?
–Sí y no. Es feminista en el sentido de que hay una crítica a las mujeres que llegan al poder y lo ejercen en contra de los hombres. Intenté criticar un poco a las mujeres, si no era muy desigual. Un personaje dice: “Si ustedes tienen poder, no hace falta que se vistan como hombres, ni digan malas palabras o actúen como ellos; se puede ser femenina y estar en una posición de poder”. Me valgo del sarcasmo para referirme a los aspectos negativos. El film habla de tolerar la diferencia. Existen distintos tipos de parejas que se pueden formar, no solamente la de un hombre con una mujer.
–¿La película tiene un tono argentino?
–Al margen de estar hablada en inglés, la película no es de ningún lado. Los estadounidenses no la reconocen como yanqui. Les resulta raro tanta música de tango en la banda sonora. Los colores naranja, verde manzana y amarillo los asocian con Almodóvar y desconocen que en la Argentina hay colores fuertes, como en el barrio de La Boca. Los norteamericanos usan tonalidades en la gama del pastel, sepia o azul, para nada estridentes. El humor de la película no se asemeja al de la sitcom, con su fórmula de una línea y otra línea y una tercera con un chiste. Me valgo de un humor un poco más inteligente y cínico. La escena de Guy con el robot bailando el tango la grabamos con la música de “El día que me quieras” de Gardel, tema que finalmente no pude usar porque no me daba elpresupuesto. La música es del argentino Iván Wyszogrod, autor de la banda de sonido de Gatica, Cohen versus Rossi y Secretos compartidos. Aladino Devert, otro compatriota que vive en Estados Unidos, hizo la animación. Filmamos en diecinueve días, pero él estuvo todo un año trabajando los fines de semana en la animación y efectos. Mariano Díaz, también argentino, estuvo a cargo de la escenografía y el vestuario, donde se nota la influencia de Eugenio Zanetti, con quien trabajó durante mucho tiempo.

 

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