Por David Cufré
Los empleados públicos
no cobrarán el medio aguinaldo en diciembre. Sólo lo harán,
entre Navidad y Año Nuevo, los jubilados con haberes de hasta 450
pesos. El resto de los jubilados correrá la misma suerte que los
agentes estatales. Para este grupo, por ahora no hay seguridad de que
vayan a percibir la totalidad del medio aguinaldo en enero, aunque probablemente
quienes se ilusionen con esa posibilidad sufrirán una nueva decepción.
Tal cómo adelantó Página/12, el Gobierno estudia
liquidar el sueldo anual complementario en cuotas. Por ahora no se sabe
su número, pero se especula con que serían doce. El jefe
de Gabinete, Chrystian Colombo, se comprometió ayer ante un grupo
de diputados a pagar el medio aguinaldo que falta de este año con
las demoras del caso por tratarse de un derecho adquirido.
Sin embargo, tanto él como Domingo Cavallo dijeron claramente que,
si no se recortan otras partidas, en 2002 no se liquidará el aguinaldo.
El ministro de Economía ofreció una alternativa no mucho
más excitante: pagar el aguinaldo en 2002, pero elevar de 13 a
21 por ciento el descuento en jubilaciones y salarios de agentes públicos.
Semejantes opciones desmienten la promesa de Cavallo de que no habría
más ajuste de gastos el próximo año, promesa que
hizo tras sus entrevistas en Washington con el FMI. Ayer les dijo a los
legisladores radicales Horacio Pernasetti y Raúl Baglini que es
preciso reducir erogaciones en 1600 millones. Y eso tomando en consideración
que el canje de deuda con acreedores del exterior será exitoso
y que se ahorrarán 4000 millones de pesos por la eliminación
de los estímulos impositivos de los planes de competitividad. Esta
última estimación duplica los cálculos más
optimistas que se hacen en el sector privado. Pero concediendo que todo
salga como imagina Cavallo, todavía hará falta según
propone dejar de pagar el aguinaldo en 2002 o llevar los recortes
de jubilaciones y sueldos al 21 por ciento.
Los problemas con la recaudación impositiva, que cae de manera
estrepitosa por efecto combinado de la recesión y de las restricciones
para extraer dinero, obligan al Gobierno a corregir constantemente sus
proyecciones de gastos. Este mes está haciendo malabares para no
caer en default y para que no salga de control el descontento social.
El propio Cavallo se presentó ayer a una reunión con diputados
del Frepaso y jubilados para dar explicaciones sobre por qué se
postergaba una semana el pago de jubilaciones. Allí se comprometió
a buscar una solución a ese tema y por la noche, tras entrevistarse
con el ministro de Trabajo, José Dumón, se anunció
un cronograma de pagos a jubilados con menos demoras y la liquidación
del medio aguinaldo entre Navidad y Año Nuevo para quienes perciben
hasta 450 pesos (ver aparte).
Pero en aquella reunión también reconoció que se
vienen tres meses muy difíciles, insinuando que habría
medidas de alta conflictividad, como la suspensión por un año
del aguinaldo. Ante Pernasetti y Baglini fue más directo. Y lo
mismo ocurrió en una reunión de Colombo con los diputados
aliancistas Darío Alessandro, Jorge Pascual, Fortunato Cambareri
y el senador Carlos Maestro. El jefe de Gabinete dijo que de algún
lado habrá que recortar 1600 millones de pesos, por lo cual las
opciones son las mencionadas más arriba o suprimir selectivamente
otras partidas, misión que contempla medidas igualmente dolorosas,
que difícilmente tengan apoyo político para su aprobación.
Los legisladores aliancistas respondieron que ninguna de las alternativas
sugeridas por el Ejecutivo para el Presupuesto 2002 son viables. E hicieron
una contrapropuesta, con dos variantes. La primera es que en lugar de
achicar gastos por 1600 millones, el Gobierno intente mejorar la recaudación
en esa suma. Para ello, los diputados alentaron que se negocie con el
justicialismo la aprobación de alguno de los proyectos de ley presentados
por la Alianza sobre el cierre de las sesiones ordinarias.
Uno de ellos, de Alessandro y Pernasetti, obtuvo media sanción.
Establece una suba de la alícuota de Ganancias del 35 al 45 por
ciento para las empresas que ganen más de 5 millones de pesos al
año, y un millón en el caso de las personas. Como el justicialismo
rechazó esa iniciativa, los diputados proponen volver a la carga
con otros dos proyectos, de Beatriz Nofal y Carlos Maestro. El primero
es para cobrar Ganancias por la distribución de dividendos, y el
segundo para obligar a retener Bienes Personales a las empresas cuyos
accionistas viven en el exterior. Estos últimas dos iniciativas
aportarían una recaudación de unos 2000 millones de pesos
al año. Y en el caso de que se avanzara con el de Maestro, podría
cobrarse un anticipo de Bienes Personales este mismo mes, que dejaría
en las arcas del Estado unos 300 millones, según calculan los legisladores.
El otro planteo de los aliancistas, para el caso de que el Gobierno no
quiera avanzar con la suba de impuestos, fue todavía más
osado: negociar con los acreedores para no pagar intereses de la deuda
durante todo el próximo año. En el canje local se dispuso
que a partir de abril próximo el Estado debe comenzar a liquidar
intereses. Los diputados quieren que en el canje internacional que se
inicia ahora se disponga el no pago de intereses en 2002, y luego extender
esa misma medida a los bancos, AFJP y demás acreedores locales,
con quienes se acaba de cerrar la reestructuración de la deuda.
Sin cambios en sueldos
El Gobierno evalúa la posibilidad de autorizar la extracción
total en efectivo de los salarios que cobran los empleados en relación
de dependencia, pero la eliminación del actual tope de 1000
pesos mensuales no será inminente. La flexibilización
rige para el 86 por ciento de las cuentas que comprende a los sueldos
de 1000 pesos o menos; se verá si en el futuro se puede ampliar
aún más, pero por ahora sigue igual, aclaró
un vocero de la Jefatura de Gabinete. Posteriormente, el ministro
de Economía, Domingo Cavallo, salió a bajar las expectativas
sobre esas expectativas, al señalar que la modalidad actual
se mantendrá hasta que estemos en condiciones
de cambiarla. Aprovecho la ocasión para desmentir que
sea inminente el levantamiento de las restricciones a la extracción
de dinero, declaró el jefe del Palacio de Hacienda
anoche, al participar en un acto organizado por Confederaciones
Rurales Argentinas. La versión había surgido de informaciones
suministradas por un diputado del interbloque federal de partidos
provinciales, que mantuvieron por la tarde un encuentro con Chrystian
Colombo. Sin embargo, las aclaraciones posteriores indicaron que
se había tratado de una consulta de un legislador que había
sido respondida por el jefe de Gabinete como una posibilidad
en estudio, pero sobre la que aún no había decisión
tomada.
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REDUCEN
LA DEMORA EN EL PAGO ANTE LA MASIVA PROTESTA
Jubilados deben esperar menos
El ministro de Trabajo, José
Dumón, y el de Economía, Domingo Cavallo, se reunieron anoche
para buscar una solución a la demora en el pago de jubilaciones,
por orden de Fernando de la Rúa, de acuerdo con la información
oficial. La decisión de postergar la liquidación de jubilaciones
una semana generó indignación entre los afectados, registrándose
actos de protesta con alta temperatura. Por tanto, el Gobierno se apresuró
en dar marcha atrás, aunque sea parcialmente, con su determinación
inicial. De este modo, los jubilados cuyos haberes no superen los 450
pesos cobrarán en forma escalonada desde mañana al 21, en
lugar de haberlo hecho desde ayer. Y quienes ganen entre 450 y 1999 pesos
cobrarán entre el 17 y el 28.
En cambio, para aquellos con haberes por encima de 2000 pesos todavía
no hay fecha de cobro. Los pagos se realizarán en enero,
en fechas a determinar, consignó la Anses a través
de un comunicado. Asimismo, confirmó que los jubilados que ganen
hasta 450 pesos cobrarán el aguinaldo entre Navidad y Año
Nuevo. Pero no se dice nada sobre el aguinaldo de quienes perciben haberes
a ese monto. Página/12 pudo saber que deberán olvidarse
de cobrarlo antes de fin de año.
Antes de tomar estas decisiones, Cavallo recibió en Economía
a los diputados aliancistas María América González,
Marcela Bordenave, Margarita Jarque y Fabián De Nuccio, quienes
estuvieron acompañados por dos jubilados, Zulema Reyes y Juan Murga,
que habían participado de las manifestaciones de protesta por las
demoras en los pagos. En rigor, los legisladores concurrieron al Palacio
de Hacienda para entrevistarse con algún funcionario de esa cartera.
Pero se sorprendieron cuando lo vieron entrar a Cavallo, acompañado
por los secretarios de Hacienda, Jorge Baldrich, y de Legal y Técnica,
Alfredo Castañón.
En esa oportunidad, Cavallo dijo que no estaba al tanto del alcance de
las medidas y pidió precisiones por teléfono al nuevo titular
de la Anses, Gustavo Macchi. Después de escuchar los reclamos de
diputados y jubilados, Cavallo se comprometió a buscar una solución,
que llegó, parcialmente, por la noche.
En
un año se destruyeron 700 mil puestos de trabajo
Hoy se conocerá el resultado de la Encuesta Permanente de
Hogares de octubre, que mostrará que la tasa
de desocupación trepó al 18,3 por ciento. Según el Censo, sería
mayor.
La
tasa de desocupación describió un salto de 14,7 a 18,3 por ciento
en doce meses.
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El Gobierno deberá digerir
hoy otro tramo amargo, coincidente con el paro general convocado por las
dos CGT y la CTA. El Indec difundirá, oficialmente, las cifras
de desocupación relevadas en la encuesta de hogares de octubre
último. Según fuentes de Economía, consultadas por
este diario, con los datos procesados hasta anoche, la tasa de desempleo
se ubicaría en el 18,3 por ciento, confirmando un aumento vertiginoso
comparado con el 14,7 por ciento de octubre del año pasado. De
otro modo, unos 300 mil personas habrían pasado a formar parte
en el último año del ejército de desocupados que
ya sumaría cerca de 2,5 millones. La tasa de desocupación
hubiera sido mayor si no fuera por la caída de la tasa de actividad,
que significa que menos gente salió a buscar trabajo, lo que se
denomina efecto desaliento. Pero más importante es
que el relevamiento muestra que cayó la tasa de empleo, lo que
significa que se destru-yeron 700.000 puestos de trabajo, récord
absoluto en la historia de las mediciones. Según reconocen los
propios técnicos del Gobierno, la medición de la desocupación
que arrojará el Censo, más precisa y abarcativa que la de
la encuesta de hogares, sería incluso bastante superior que la
que se conocerá hoy oficialmente.
Las cifras de desocupación que difundirá el Indec corresponden
a la encuesta permanente de hogares (EPH), que el organismo releva dos
veces año, en mayo y octubre, desde 1974. Pero los datos de desocupación
que surgirán del Censo, todavía en proceso de elaboración,
podrían ser significativamente más altos.
El motivo es que la EPH registra información de una muestra de
hogares en 28 aglomerados urbanos del país. Luego, esa información
se proyecta para el total de centros urbanos de más de 10.000 habitantes,
asumiendo que en éstas ciudades la desocupación es la misma
que en los grandes aglomerados efectivamente sondeados. Por si fueran
pocos los supuestos, la encuesta no capta información de las zonas
rurales, donde también se asume que la tasa de desocupación
es similar a la de los centros urbanos del interior del país.
El Censo, en cambio, mide la desocupación en todas las ciudades
del país y en las zonas rurales. Y, de acuerdo a los datos preliminares
que manejan los técnicos, todo indicaría que el desempleo
en las pequeñas ciudades del interior sería superior al
de las grandes capitales.
Sea como fuere, las cifras de la EPH que se conocerán hoy son suficientes
para conmover a cualquier gobierno. Los datos son los siguientes:
La tasa de desocupación
se ubicaría en el 18,3 por ciento, notablemente arriba del 14,7
por ciento de un año atrás y al 12,4 por ciento que marcaba
en octubre de 1998, cuando empezó a evidenciarse la recesión.
Además, es prácticamente el mismo nivel alcanzado en mayo
de 1995, cuando el efecto tequila disparó el desempleo
hasta el 18,4 por ciento.
Sin embargo, en relación
a aquel registro, los expertos coinciden que hoy la situación hoy
es más graves por dos razones.
En primer lugar, porque en
números absolutos la cantidad de desocupados es en la actualidad
más del doble que la de entonces. Si se tomaba en cuenta la proyección
poblacional que manejaba hasta ahora el Indec, el número de desocupados
rondaría los 2,5 millones de personas, aunque la cifra definitiva
podría ser algo inferior si se considera que la población
total censada fue de 36 millones. Sea como fuere, habría unos 300
mil desocupados más en relación a octubre del año
pasado. En mayo del 95, los desocupados eran poco más de
1 millón.
En segundo lugar, porque los
actuales niveles de desocupados se dan simultáneamente con niveles
salariales cada vez más bajos, lo cual es consistente con el ininterrumpido
crecimiento de la población bajo la línea de pobreza. Según
reveló ayer Ernesto Kritz, titular de la Sociedad de Estudios Laborales,
durante los tres meses anteriores a la medición de la EPH,
el 30 por ciento de las empresas redujo los salarios de su personal el
15 por ciento.
En los partidos del Gran Buenos
Aires, la desocupación rozaría el 20 por ciento, en comparación
con el 16,5 por ciento registrado en octubre del año pasado.
Para la tasa de desocupación
no aumente, se deben crear anualmente 250 mil puestos de trabajo, porque
esa es la cantidad de gente que ingresa por año al mercado laboral.
Sin embargo, de acuerdo a las cifras que manejan en el Ministerio de Trabajo,
la tasa de empleo en el sector formal de la economía cayó
en el último año un 4,3 por ciento.
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