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“VIDAS PRIVADAS” SE ESTRENO EN EL FESTIVAL
Es la hora de Fito cineasta

La ópera prima del músico rosarino fue recibida con entusiasmo por el público. Hoy se darán a conocer los ganadores de las distintas secciones del Festival de Nuevo Cine Latinoamericano.

�Vidas privadas� cuenta una tortuosa historia que gira en torno de las consecuencias de la dictadura.

Por Esteban Pintos
Desde La Habana

En la calma de una tarde supersoleada y cálida (aquí está por comenzar el invierno, pero eso sólo se nota porque oscurece más temprano), una larga fila de personas de todas las edades se recorta nítida en el paisaje céntrico de la ciudad. Esperan por ingresar a la sala para ver el estreno de Vidas privadas, la ópera prima de Fito Páez: ordenadamente, esta vez. La experiencia problemática de las proyecciones de Y tu mamá también en la misma sala y El hijo de la novia en el complejo Charles Chaplin motivó una más numerosa presencia de uniformados –militares esta vez, aunque su presencia no resulte todo lo amenazante que puede ser en el resto de Latinoamérica– y, por tanto, nada de escenas a lo Boca-River esta vez. Fito Páez llegó el sábado a la ciudad y no dejó de recibir muestras de cariño y admiración. Es local aquí: la ovación que generó su película y los comentarios elogiosos que los mismos espectadores le tributaron al final de la proyección, son pruebas elocuentes. El domingo, junto a Pablo Milanés, Carlos Varela, Jorge Perugorría, Ricardo Darín y otros tantos personajes del cine y las artes cubanas, compartió la noche del domingo en un coqueto restaurante del barrio de Miramar –en la fiesta de la productora Patagonik Film Group– y ofreció un pequeño fragmento de música en este viaje de cineasta, tocando un par de sus canciones al piano.
Vidas privadas, que seguramente se estrenará en Argentina, dejó pensando a los cubanos por su temática ciertamente tortuosa, que sobrevuela las consecuencias psíquicas de la dictadura militar. En ese sentido, Hijos de Marco Bechis –responsable de Garage Olimpo– apunta para el mismo lado aunque desde otra perspectiva. También cuenta una historia pos dictadura y gira en torno de la búsqueda: de personas físicas pero también de identidad. Las dos películas, cada una a su manera y teniendo en cuenta a sus realizadores –Páez es una estrella pop, Bechis un respetado cineasta-, atrajeron atención y elogios. En términos relativos, claro, frente a los tanques que fueron El hijo de la novia, Nueve reinas y El lado oscuro del corazón 2. Las tres encabezan la votación popular que determinará el premio del público, cuyo anuncio está previsto para hoy junto con los demás galardones de las secciones competitivas del festival. De las tres, la de Subiela parece perfilarse como la posible ganadora. El director de Hombre mirando al sudeste y Ultimas imágenes del naufragio es una celebridad aquí: cualquier cubano que inicie conversación sobre el cine argentino, menciona alguna de sus películas como su favorita.
Para entender cómo se vive este festival en cada una de la decena de funciones que están programadas cada día, en salas del centro y la periferia de la ciudad, basta con el relato de los dos episodios mencionados al principio de esta crónica, con El hijo de la novia y Tu mamá también. La función de presentación oficial de la película Juan Campanella, en el cine Charles Chaplin, provocó un desborde masivo de publico que incluyo escenas de histeria casi beatlemaníaca, discusiones con la policía que pretendía ordenar el caos y una gran ovación para Ricardo Darín, antes y después. Antes de la exhibición, el presentador oficial de la pelicula equivocó un par de veces al apellido de Darín (fue de “Durán” a sus derivados), pero eso apenas puede ser visto como un detalle simpático en un festival lleno de detalles simpáticos.
En la proyección de Y tu mamá también, la película mexicana que discute el top five de las más populares junto a las argentinas (gusta su desenfado visual-sexual), pasó algo parecido. Ocurrió en el cine Yara, uno de los mas grandes de La Habana, ubicado en la céntrica esquina que tiene en otros extremos al hotel Habana Libre y a la famosa heladería Coppelia. Hubo semiavalanchas, policía tratando de ordenar, corridas y... película. Claro, la proyección duró apenas 10 segundos. La tormenta del día en lacapital cubana ocasionó el corte de luz y por eso hubo que esperar media hora en la oscuridad de un cine lleno, hasta que volvió la energía eléctrica y hubo película completa. Entonces, todos contentos y divertidos con las aventuras en el camino de los chavos mexicanos y la sugerente señora española. Enfrente, y a la misma hora, otros cientos de cubanos también esperaban, bajo la lluvia y en una larga fila, en un rito que se repite todos los días de la vida: esperan por un helado de Coppelia, uno de los emblemas de la ciudad exportado sobre todo luego de la película Fresa y chocolate. En un momento llega el OK de los policías a cargo de la “organización” del ingreso de clientes y por cuatro pesos cubanos –menos de 20 centavos de dólar–, pueden degustar dos bandejas con cuatro bochas de helado y galletitas, un placer que casi exclusivamente se reservan para ellos. Porque, por ahora y a diferencia de casi todos los demás bienes de consumo a los que se puede acceder en La Habana, no se comercia en dólares.

 

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