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REGRESO DE MENEM A LA ROSADA TRAS SU SALIDA DE LA CARCEL
De la Rúa le puso alfombra roja

Menem fue acompañado de
las autoridades del PJ y de �sus muchachos�. Propuso dolarizar y una nutrida reforma constitucional. El ex Presidente y el actual cruzaron flores y buen trato. Los diálogos. Las frases. Y los saldos.

Los dos eligieron para dirigirse
al otro la expresión �Presidente�. Cavallo también los llamó así.

Por Sergio Moreno

Un mes atrás, Carlos Menem estaba preso en Don Torcuato, desanimado y deprimido. Ayer, a 24 días de haber dejado su encierro gracias a los menesteres de la Corte Suprema, el ex presidente volvió al lugar que nunca quiso dejar. Ingresó a la Casa Rosada, invitado por el presidente Fernando de la Rúa, rodeado por las caras institucionales del PJ y por varios de sus incondicionales, “los muchachos”, según describió uno de ellos a este diario. A las 9.30 de la mañana, Menem coronó una semana de reingreso a la política, de abigarrada agenda, de declaraciones a tiro de movilero, de propuesta de ideas, paquetes, estrategias, salvaciones; de venderse a él mismo. Ante la oquedad que deja el Gobierno y, en esta oportunidad, el propio peronismo –atomizado, asambleario, feudalizado–, el riojano supo florearse en el sitio más simbólico del poder en la Argentina, proponiendo dolarizar la economía –propuesta cuya consecuencia se comenzó a ver ayer mismo en el Gobierno (ver página 10)–, reformar la Constitución para eliminar al vicepresidente, senadores y hasta la obligación de votar, y respaldar a De la Rúa en el mismo día en que el país había parado.
“Todos verán lo que aparentas; pocos sabrán lo que eres”, supo escribir Nicolás Maquiavello a su príncipe. Menem cruzó ayer, todo apariencias, el Salón de los Bustos de la Rosada acompañado de Alberto Kohan, uno de sus “muchachos”. En el despacho presidencial lo esperaban el gobernador pampeano y vicepresidente del PJ, Rubén Marín, el secretario general del PJ Eduardo Bauzá, su hermano Eduardo (senador por la Rioja) y Jorge Castro, quien fue secretario de Planeamiento Estratégico en el último tramo de su gestión. Por el Gobierno estaban De la Rúa, el jefe de Gabinete Chrystian Colombo, el titular de Interior, Ramón Mestre, y el secretario general, Nicolás Gallo. Domingo Cavallo se sumaría al promediar media hora de meeting.
Marín, Bauzá, Eduardo Menem y Castro se habían reunido desde las ocho y media en el bar del hotel donde suele parar el pampeano, cerca de la Rosada, para evaluar la marcha de la crisis y parte del libreto que habían conversado con Menem. Llegada la hora, el cuarteto ingresó a la Rosada. Inmediatamente pasaron al despacho presidencial, donde los atendió De la Rúa en persona. Diez minutos después Menem reingresaba en la sala, de traje azul, camisa blanca y corbata rosa, ladeado por Kohan. Su sonrisa impresionó a los presentes. Se sentaron a la larga mesa de reuniones que recorre los ventanales que dan a Puerto Madero. De la Rúa pidió “al profesor Castro” que se sentara a su lado. Menem quedó flanqueado por Mestre.
El trato fue de Presidente a Presidente, y Menem reprimió su costumbre de hacer bromas. Empezó De la Rúa. Pomposamente, descerrajó su speach sobre la necesidad del diálogo y el consenso para salir de la durísima crisis económica, sobre la cual hizo un “somero relato”. Tras cartón, hizo hincapié en dos temas que consideró cruciales: la necesidad de acordar con el Fondo Monetario a fin de obtener ayuda financiera y de regenerar la confianza en el exterior, y obtener el déficit cero para lo cual el Gobierno, dijo, realizará nuevos recortes “que no afecten a la gente”. “Es necesario recuperar la recaudación y reactivar la economía”, salmodió el Presidente.
Menem agradeció el convite, reiteró la necesidad de consensuar un acuerdo patriótico y abandonar los partidismos. “A esto lo arreglamos entre todos o no lo arregla nadie”, citó a Perón el riojano.
A partir de ahí, lo más concreto.
De la Rúa pidió apoyo para aprobar el Presupuesto 2002 antes del 31 de diciembre y comenzar el tratamiento de una ley de coparticipación. “Esto es condición para seguir negociando con el FMI y el Tesoro (de Estados Unidos). Voy a mandar las leyes al Congreso y necesitamos respaldo”, se sinceró. Sobre la coparticipación, De la Rúa sostuvo que era indispensable dar un cauce definitivo a la relación entre la Nación y las provinciasmediante una ley clara, que además sirva como una señal “a la sociedad y a los operadores económicos”.
Menem respondió que estaba de acuerdo. “Cuente con nuestro respaldo para eso, Presidente”, dijo, ceremonioso, aunque se guardó de encrespar los ánimos en el PJ. “En estos dos temas no puedo arrogarme la representación de los gobernadores; esta discusión tiene un ámbito natural que hay que respetar y ese es el Congreso de la Nación. Yo le voy a transmitir esto a los gobernadores y legisladores de mi partido”, tomó distancia.
Minutos antes había ingresado Cavallo. “Buenos días, presidente Menem”, dijo el cordobés. “Qué hacés, Mingo”, respondió su antiguo Jefe. El mediterráneo se dio a una larga explicación sobre las negociaciones que viene manteniendo con el Fondo, y desgranó una ristra de indicadores letales para la salud de cualquier Nación. Menem aprovechó la oscuridad que infundía la numerología del ministro para disparar sobre la alternativa devaluadora: “La devaluación generaría un dolor tremendo. Me dicen el doctor Castro y mis economistas, todos prestigiosos, que una devaluación puede llevar la desocupación al 30 por ciento, la actividad económica caería en 12 puntos, el PBI lo haría entre 7 y 8 por ciento; la penuria duraría años”, disparó. De la Rúa veía caer maná del cielo. “Yo no voy a devaluar, estamos haciendo lo imposible para evitarlo; yo no voy a ser el Presidente que devalúe”, se envalentonó el Presidente.
Ni lerdo ni perezoso, Menem tiró en la mesa su idea fuerza: “Hay que dolarizar y marchar a un acuerdo monetario con Estados Unidos. Si no se puede, podría hacerse progresivamente: primero los salarios de los empleados del Estado, después las jubilaciones....”, describió el riojano.
–Es una medida que tenemos en estudio –confesó De la Rúa–, pero por ahora no lo vamos a hacer, no es el momento.
Menem sacó a relucir el documento que emitió el domingo pasado, denominado con fatuidad “Primero la patria”, donde además de las medidas económicas de marras se enumeran modificaciones políticas que requerían de acuerdos inmensos:
Reforma Constitucional y, a través de ella,
eliminar el cargo de vice,
eliminar el tercer senador,
eliminar el voto obligatorio.
revisar la existencia de organismos que, como el Consejo de la Magistratura, han demostrado ineficacia y un alto nivel de gastos.
De la Rúa prometió estudiar cada una de las propuestas. “Le responderemos rápidamente”, dijo Nicolás Gallo en la conferencia de prensa posterior, en la que hizo de vocero del Gobierno, al lado de Menem, foco de atención de toda la prensa.

Saldos y retazos

“El saldo más importante desde el punto de vista del Gobierno es la fuerte negativa a la devaluación. Si usted observa que gran parte del peronismo, con Duhalde como mascarón de proa, y una parte de los empresarios y la UIA fogonean una devaluación, el mensaje de ayer de De la Rúa y Menem, a coro, contra la devaluación es buenísimo. Que Menem, además, proponga dolarizar, también nos sirve, porque corre el eje hacia ese lado”, ensayó un altísimo funcionario del Gobierno ante Página/12.
No tan curiosamente, ayer resurgió la versión de que grupos empresarios y financieros con sede en el exterior apostarían a dolarizar la economía aportando fondos de sus casas centrales, luego de provocar una devaluación acotada. La versión creció aun más cuando el Gobierno informó que había reemplazado a Daniel Marx por Miguel Kiguel como asesor de Cavallo para negociar el segundo tramo del canje de la deuda. Kiguel fue subsecretario de Financiamiento cuando Roque Fernández era ministro de Economía de Menem. Kiguel es un dolarizador de paladar negro. Como Menem, que ayerpuso su frutilla en el postre de una semana más que grata para él. Una frutilla verde.

 

OTRAS VOCES

Carlos Ruckauf (gobernador bonaerense):
“Menem, De la Rúa y Cavallo son el mismo modelo, y hoy (por ayer) lo han ratificado, poniendo sobre la mesa el concepto de dolarización. Es un problema matrimonial. Es el mismo que tienen todos los padres del modelo, por eso con el FMI la semana pasada se tiraban platos con Cavallo y ahora se dan besitos, y lo mismo ocurría entre De la Rúa y Menem. Son el matrimonio que ha engendrado el modelo que nos lleva a esta crisis, porque en lugar de mantener los efectos benéficos, han hecho fuerte lo maléfico. Menem y De la Rúa se equivocan. Con este déficit cero no hay reactivación. Hay reactivación cuando se ponga plata en el mercado. No se puede pensar en concertar por la parálisis, porque eso no es concertar”.

Nicolás Gallo (secretario general de la Presidencia):
“El diálogo fue absolutamente positivo. De la Rúa agradeció profundamente el gesto de Menem para contribuir a este diálogo. Es importante señalar en forma directa la gravedad impresionante de la crisis de la Argentina. Hubo coincidencias en hacer todos un esfuerzo para dejar de mirar la historia y empezar a construir el futuro”.

José Dumón (ministro de Trabajo):
“Creo que todas las reuniones vinculadas al diálogo político y a la concertación tienen que hacerse. (Menem) Es el presidente del Partido Justicialista, y en tal carácter se reunió hoy con el presidente”.

Carlos Menem (presidente del PJ):
“(La reunión con De la Rúa) Fue altamente positiva y cordial. Hablamos de dolarización y coincidimos en que es imposible, porque sería desastrosa, una devaluación. Es fundamental un acuerdo patriótico, y la renegociación de la deuda externa para disponer de recursos”.

 

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