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LOPEZ MURPHY ROMPIO EL SILENCIO Y PEGO DURO
Un candidato ahí, por favor

Había sellado sus labios tras su breve paso por Economía. Ayer, en una cena con partidarios, habló. Y cuestionó al Gobierno, a la corporación política, al plan candado. Elogió su gestión. Su proyecto.

Ricardo López Murphy se enfervorizó ante un puñado de partidarios y repartió palos ecuménicamente.

Ricardo López Murphy, el fugaz ministro de Economía que antecedió a Domingo Cavallo, rompió su bajo perfil y volvió a hablar de política. Anoche, en una cena con sus simpatizantes en el primer piso del Tiro Federal, no dejó tema por tocar; calificó de “desbarajuste” la situación actual, tildó de “señores feudales” a los gobernadores, criticó al Gobierno por “no tener un plan estratégico”, y convocó a sus seguidores “para formar una alternativa política”. Sobre este último punto, uno de sus más estrechos colaboradores se sinceró ante Página/12: “Ricardo quiere ser presidente de la Nación”.
Desde que fue eyectado del Palacio de Hacienda, el 19 de marzo último, López Murphy había aparecido en público exclusivamente en actos del ámbito empresarial. En esos lugares reiteraba sus críticas “a la demagogia” política, y defendía su breve paso por la cartera económica, en donde había reemplazado a José Luis Machinea luego de ocupar el Ministerio de Defensa desde diciembre de 1999. Pero sellaba sus labios a la hora de hablar sobre el Gobierno.
Anoche, el ex funcionario, en un ritual que se repite desde hace tres años, juntó a su tropa en el Tiro Federal, en pleno barrio porteño de Núñez, en el marco de la cena de su comité “Ateneo Motor Leandro N. Alem”. Entre los asistentes a la reunión estuvieron Ricardo Gil Lavedra, Francisco Delich, Ricardo Yofre, José Lladós, Jorge Cassenave y el economista Francisco Mezzadri. Sin limitarse a hablar sobre el terreno económico, López Murphy centró sus críticas en la clase política y en el Gobierno. A continuación, los párrafos más sabrosos de su discurso:
A disciplinarse: “Frente al actual desbarajuste político, social y económico en el que nos encontramos, así como no existen espacios para soluciones totalitarias tampoco los hay para las magias, milagros, u otros atajos que nos permitan evitar actuar con la tenacidad y la disciplina que han tenido los países exitosos en el mundo entero.”
Defensa de su gestión: “El país descubrió duramente que esfuerzos de disciplina fiscal que eran modestos y reducidos hace siete meses se convirtieron en gigantescos sacrificios, por no haber hecho con coraje y con decisión las cosas en el momento oportuno”.
“Palos” a los gobernadores: “El divorcio que se observa en el sistema federal entre quien recauda y quien gasta genera un derroche ya patológico de los recursos públicos. Los gobernadores se han convertido prácticamente en señores feudales, con facultades que superan las del propio Congreso Nacional. Este divorcio de responsabilidades fiscales, junto al irrealismo de las listas sábanas, ha desnaturalizado el sistema institucional y han creado una manifiesta inviabilidad para resolver nuestros problemas.”
Sin planes: “En el plano estratégico, casi como un mal endémico, ni el país ni el gobierno han tenido un Plan Estratégico. No se puede gobernar para la semana que viene. Esta ausencia se hace crítica en estos días.”
Las claves de LM: “Hay cuatro temas para comprender la crisis y que son, a su vez, clave para resolverla; 1) La representatividad política violada por la corporación política. 2) El resquebrajamiento del sistema federal, 3) Un régimen laboral antiguo y colapsado y 4) La sensación generalizada de que en la Argentina se puede faltar el respeto al gobierno de la ley.”
Contra el clientelismo: “Otro plano por donde transcurre la crisis es el de la gestión de Gobierno. Su elemento más destacado es el clientelismo político, cuando lo que debiera importar en las designaciones es quién es más eficaz para llevar a cabo la tarea de administrar recursos escasos, evitar que los recursos se filtren para usos no deseados.”
El voto “bronca”: “En octubre pasado estalló el sistema de representación política. La gente entendió que, votara lo que votara, sus alternativas de voto estaban siempre entre candidatos de un sistema corporativo de la política que defiende antes los beneficios de los representantes que los de sus representados”.
Inseguridad y Ley “candado”: “Se ha consagrado la idea de que se puede faltar el respeto al gobierno de la ley. Este es un aspecto básico de lavida republicana y la impunidad resultante, la carencia de justicia, la inseguridad y la incertidumbre resultantes hieren día a día la convivencia y la esperanza de los argentinos. Como caso paradigmático, critico el incumplimiento de la Constitución, los códigos y la propia ley dictada recientemente, en relación con la protección de los depósitos de los ahorristas. Cuando llegó la emergencia se incumplió la ley y esto tiene una dimensión extraordinaria sobre nuestra credibilidad.”
La cuestión social: “El nuevo proyecto de país debe contemplar particularmente la situación de aquellos que son más débiles. Para ellos, la estabilidad, la disciplina, la previsibilidad y el funcionamiento eficaz del Estado es el mejor camino para devolverles la esperanza y para crear las condiciones para integrarse a la sociedad. No le cedemos a nadie el derecho de pensar más en los más débiles, que el que nosotros mismos asumimos. La demagogia y la irresponsabilidad son a las políticas sociales lo que la prostitución al amor”.
La convocatoria: “Los convoco a la organización en los lugares de trabajo, en los pueblos, ciudades y provincias, para formar una alternativa política”.
La tribuna adicta estalló en aplausos. Un nuevo referente político se había puesto en carrera.

 

OPINION
Por Ernesto López *

Más carancho que águila

Un corto vuelo más propio de un carancho que de un águila, depositó a Menem recientemente en el despacho del General Brinzoni. No lo llevó allí el interés por aclarar la desaparición de 6500 toneladas de armamentos y suministros de los arsenales del Ejército, hecho sucedido mientras era presidente y comandante general de las Fuerzas Armadas. Su objetivo, ramplón y mezquino, fue el de recolocarse en escena como protagonista central, mediante la rapiña de oportunidades.
Con total desvergÜenza se instaló en un lugar que no le corresponde y que nadie –que se sepa hasta ahora– le ha atribuido: el de factótum de una concertación política, cuya elaboración, en rigor, transcurre en otra mesa y es actuada por otra gente. Más grave todavía, expresó públicamente al finalizar el convivio: “Estoy proponiendo una especie de acuerdo patriótico y sostengo en forma terminante que para un acuerdo de esta naturaleza es fundamental la participación de las Fuerzas Armadas y la Iglesia”. Para agregar: “No queda otra salida que una especie de acuerdo con todos los sectores de la vida política, empresarial, militar y sindical”.
Es obvio que su gesto y su discurso implican devolverle entidad política a los militares. El ex presidente muestra que se halla dispuesto a impulsar el retorno de los militares al escenario político, admitiendo con ello, de nueva cuenta, alguna forma de protagonismo político de los uniformados.
Aguila o carancho, acaso carancháguila, furtivo y avieso en la búsqueda de ventajas chicas ante problemas grandes, el ex presidente ha incurrido en una grosería mayúscula. Ha comenzado a golpear la puerta de los cuarteles. Una lamentable actitud a la que le debemos no pocos de nuestros males, que muchos argentinos suponíamos sepultada en el pasado.

* Sociólogo. Especialista en sociología militar.

 

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