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Después del video, es la hora de cortar margaritas

Al menos una de las temibles bombas cortamargaritas de 7500 kilogramos de peso
fue usada en la ronda de bombardeos norteamericanos más feroz de la cacería a Bin Laden en Tora Bora.

Donald Rumsfeld se congratula por la difusión del video y explica los próximos pasos.

Por Rory McCarthy y Nicholas Watt
Desde Tora Bora y Londres

Estados Unidos está convencido de que Osama Bin Laden se esconde todavía en Afganistán, dijo anoche el secretario de Defensa Donald Rumsfeld, al tiempo que Washington desencadenaba sus bombardeos más pesados sobre las montañas de Tora Bora. Animado por el golpe propagandístico del video de Osama bin Laden, Rumsfeld afirmó que existen pruebas suministradas por afganos y paquistaníes que indican que el líder de Al-Qaida no ha cruzado a Pakistán.
“Creemos que él está en Afganistán, lo estamos persiguiendo, pero se esconde y no quiere que sepamos dónde se encuentra; le pedimos a todo el que pueda que nos ayude”, dijo Rumsfeld ayer en el Pentágono. “La gente nos está dando un montón de fragmentos de información”, agregó. Sin embargo, el secretario de Defensa tuvo que admitir que Washington no estaba absolutamente seguro sobre el paradero de Osama. Hablando después de que un financiero saudita dijera al diario The Christian Science Monitor que Bin laden había escapado a Pakistán, Rumsfeld señaló que “pensamos que está allá (en Afganistán). No sabemos si se encuentra allá, pero intentamos dar con él; y cuando lo hagamos, vamos a anunciarlo”.
Las declaraciones de Rumsfeld resaltaron la existencia de sentimientos mezclados en Gran Bretaña y Estados Unidos con respecto al destino de Bin laden. Ambos gobiernos festejaron la divulgación del video de Bin Laden, creyendo que va a restar sustento a los críticos de la guerra, que dijeron que los aliados habían reaccionado de modo desmedido al 11 de septiembre. Sin embargo, esta vindicación fue atemperada por el reconocimiento de que Estados Unidos y Gran Bretaña todavía no han logrado su principal objetivo de guerra: la captura de los líderes de Al-Qaida.
Entre temores de que Bin Laden podría escapar a su alcance, los jets norteamericanos lanzaron sus mayores bombardeos contra los combatientes árabes, mientras docenas de comandos de fuerzas especiales armados de Estados Unidos y Gran Bretaña patrullaban las montañas en lo alto de Tora Bora. Inmensas bombas rompe-bunkers fueron arrojadas sobre las cimas de las montañas. Por la noche del miércoles, aviones norteamericanos AC-130 cargados de armas Gatling atacaron nuevamente las posiciones de Al-Qaida en la oscuridad, lanzando al menos una de las devastadoras bombas “daisy- cutter” (cortamargaritas), que con 7500 kilogramos cada una son las más pesadas del arsenal norteamericano. Los comandantes mujaidines dijeron que los intentos de negociar la rendición de Al-Qaida habían terminado y que habían empezado un nuevo avance con feroces combates.
El bombardeo norteamericano pareció golpear a la dirigencia de Al-Qaida: fuentes militantes egipcias dijeron que dos hombres cercanos a Ayman alZawahiri, el médico egipcio del que se dice que es el número dos de Bin Laden, habían muerto. Fuentes cercanas al grupo de la Jihad de al-Zawahiri dijeron que la muerte de los líderes Anwar Sayed Ahmed y Mohamed Salah, fue uno de los golpes más fuertes contra el grupo.

 

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