Por Eduardo Tagliaferro
El fantasma de los saqueos
dejó de ser una de las fantasías que más alteraba
a la dirigencia política. Tanto en Rosario como en la ciudad de
Mendoza hubo varios incidentes con grupos de personas que se presentaron
a pedir comida frente a supermercados. Esta mañana, unos
70 cartoneros se presentaron a reclamar que se le permitiera retirar efectivo
a los acopiadores que les compran los cartones con los que ganan de 3
a 5 pesos diarios, comentaron a Página/12 varios funcionarios
provinciales y municipales. Reparaban en el hecho por dos razones. Por
un lado, por el peso que la falta de efectivo circulante tiene entre los
sectores más carenciados, en una zona que tiene una historia de
postergaciones. Y por otro, recordaban que en Santa Fe hay entre 5 y 6
mil cartoneros en la misma situación. Así explicaban que
anoche la policía provincial hubiera convocado a todos sus efectivos
que se encontraban de franco. También destacaban que los reclamos
fueron en el mismo lugar donde comenzaron los saqueos de 1989. Estamos
preocupados por que si bien fueron aislados, los episodios fueron espontáneos,
admitió a este diario uno de los pocos funcionarios del gobierno
nacional que se avino a formular declaraciones. Claro que con rigurosa
reserva de su identidad.
En la madrugada del viernes hubo un intento de robo al supermercado
Santa Ana, dijeron a este diario voceros de la jefatura de la policía
santafesina. Señalaban que en esa ocasión fueron detenidos
cuatro jóvenes cuyas edades van de los 17 a los 25 años.
Acostumbrados a las teorías conspirativas, remarcaban que los apresados
tenían antecedentes penales. Los elementos secuestrados dan más
cuenta de la necesidad que del afán de enriquecimiento: verduras,
jabones y sidra. En el mismo local, unas horas más tarde, un grupo
compuesto mayoritariamente por mujeres y niños salió corriendo
sin pagar. A las pocas cuadras fueron detenidas unas 10 personas que habían
dado cuenta de las góndolas de carne.
Lejos de la mirada que un vocero policial hizo de los hechos, un funcionario
municipal enrolado entre los seguidores del Intendente socialista popular
Hermes Binner minimizaba que se estuviera frente a episodios premeditados
y organizados. En estos casos siempre se puede decir que hubo alguien
que fogoneó pero si la gente no necesita, no sale, precisó
ante una consulta de este diario.
El titular del radicalismo Angel Rozas no coincidió con este punto
de vista y atribuyó los saqueos a maniobras políticas. Muchos
seudodirigentes aprovechan la situación de desesperación
de muchos argentinos. Los motivan y los llevan a cometer saqueos o algunas
otras actividades que hemos visto en el pasado, dijo en su paso
por Santa Fe.
En diálogo con Página/12 otro funcionario rosarino destacó
la diligencia de los funcionarios de Carlos Reutemann y se explayó
en lo que calificó como ausencia de la administración
de Fernando de la Rúa. Es muy difícil mantener la
calma ante la actitud que está manteniendo el gobierno nacional.
No hay respuestas, dijo. En este punto resaltan las deudas por la
coparticipación provincial. La estiman en unos 140 millones de
pesos. Dicen que, luego de haber prometido que llegarían unos 70
millones a cuenta. el gobierno les notificó anoche que solamente
podría enviarles unos 35 millones.
Episodios aislados se vivieron en distintos puntos de la ciudad. En la
zona sur, frente a la empresa mayorista Micropack fue asaltado un camión
que estaba descargando mercadería. En el incidente fue detenida
una persona. Horas más tarde, en la zona norte de la ciudad, en
la localidad de Empalme Granero, se viviría uno de los momentos
más violentos. Unas 70 personas se presentaron frente al supermercado
Azul para reclamar alimentos. La movilización de unos 200 efectivos
policiales fue enfrentada por los vecinos, quienes desde los techos apedrearon
a los uniformados. Hubo disparos al aire y gases lacrimógenos.
Un chico de entre 8 y 10 años fue herido por el perdigón
de una bala de goma. A pesar de que el menor fue retratado por las imágenes
televisivas, la policía santafesinadesmentía el hecho que
sin embargo fue admitido por el ministro de gobierno provincial, Lorenzo
Domínguez.
El nivel de dirigentes que llegó al lugar testimonia la importancia
que iban tomando los acontecimientos. Se podía ver al jefe de la
policía de Santa Fe, comisario José Storani, al nuevo jefe
rosarino de la fuerza, el comisario Jorge Populin, el subsecretario de
promoción comunitaria del gobierno provincial, Daniel Bonis y el
secretario de promoción social rosarino, Daniel Zamarini. Los dirigentes
comenzaron a negociar con los vecinos de Empalme Granero. Así comenzó
el reparto de bolsas de alimentos en el club La Gloria. Todo
con momentos de mucha tensión. Cómo cuando se limitaron
las raciones a los jefes de familia o cuando una lluvia torrencial amenazó
con la finalización de la entrega de comida. Se repartieron unas
400 cajas de comida ante la atenta mirada de tropas de infantería
policial. Incluso, discretamente ubicada, se pudo ver a una camioneta
del ejército.
Los incidentes siguieron en un local que la cadena Norte de supermercados
tiene ubicado en un complejo Village de cines. En esta ocasión,
la concentración de gente fue dispersada preventivamente. También
hubo saqueos en La Gallega un comercio ubicado en las calles
Donado y Derqui. La policía informó que se rompieron vidrios
y aparecieron cajones de verdura tirados en la vereda.
Tanto los hombres del socialista Binner, como los del peronista Reutemann
coincidieron ante este diario que las causas debían encontrarse
en la actual política económica. Disminuyeron por
miles los planes Trabajar, las cajas con alimentos y la ayuda social
dijo Antonio Bonfatti, secretario de gobierno de la Municipalidad de Rosario.
Y vinculó el ajuste a los pagos de la deuda externa: en lugar
de recortar los pagos de la deuda y hacer un pacto entre todos los argentinos,
el gobierno los privilegia. No hay salida dentro de este modelo,
añadió.
Para que no quedaran dudas aclaró que al referirse al modelo, estaba
hablando del neoliberalismo. El mismo que comenzó en 1976
con José Alfredo Martínez de Hoz y que hoy a través
de distintos nombres como Roberto Alemann o Domingo Cavallo, completó.
Concordantemente, Domínguez, dijo a este diario que la situación
se agravó luego de las últimas medidas económicas,
ya que se profundizó la falta de circulante. No dudó
en reconocer el impacto que la medida tiene en la denominada economía
informal.
Las comunicaciones con el gobierno nacional fueron la constante de la
jornada. Reutemann habló con el ministro del Interior Ramón
Mestre, quien después de comprometer la asistencia de unas dos
mil cajas alimentarias y 35 de los 140 millones que se le adeuda a la
provincia en concepto de coparticipación, partió en silencio
para Córdoba. En la Rosada no podían ocultar su preocupación.
Más aún cuando percibieron que estaban frente a hechos espontáneos
que, al caer la noche, había producido las detenciones de unos
28 pobladores de Santa Fe, pobres de solemnidad.
En Mendoza también
hubo
Varios locales mendocinos se vieron sacudidos ayer por saqueos.
En dos casos grupos formados por mujeres y niños lograron
evadir los controles de una supermercado y llevarse mercadería.
También hubo tres intentos que fueron frustrados por la policía
mendocina. Todos los hechos se sucedieron en el denominado Gran
Mendoza, es decir los barrios circundantes a la ciudad capital.
Los hechos comenzaron en el anochecer del jueves en Guaymallén,
al este de la capital, en una sucursal de Supermercados Atomo. Un
grupo de unas cincuenta personas, conformado por jóvenes
y mujeres con niños y unos pocos hombres, sacaron mercaderías
sin que los guardias de seguridad pudieran impedirlo. Simultáneamente,
en el barrio Godoy Cruz, unas cien personas reclamaron alimentos
frente al Supermercado Vea. La fuerte custodia de tropas de infantería,
sumadas a la custodia del local, dispersaron la concentración.
El intendente de Godoy Cruz, César Biffi, dijo que su municipio
está otorgando asistencia social a unas 8 mil familias.
Sostuvo que la ayuda consiste en la entrega de bolsones con alimentos.
El gobernador mendocino. Roberto Iglesias reconoció que no
podemos eludir la asistencia porque esta situación socio-económica
es un caldo de cultivo para estos excesos. Paso seguido sugirió
que podría tratarse de actividades planificadas. Por las
dudas su gobierno organizó la distribución de mercaderías
y alimentos.
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OPINION
Por Martín Granovsky
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Sin tarjeta de débito
La irrupción en el supermercado fue sin tarjeta de débito.
La combinación de pobreza, desigualdad y liquidación
abrupta de la economía negra provocó ayer el mayor
acto colectivo de desesperación desde el principio de la
depresión económica de cuatro años.
Rosario tenía condiciones favorables para un saqueo.
Entre desocupados y subocupados
con empleo precario, el 40 por ciento de la población tiene
problemas.
En Rosario el desempleo
subió un 5 por ciento desde la última medición,
divulgada en octubre.
La cifra de desocupados
es del 22,8 por ciento, la mayor en una gran ciudad junto con Mar
del Plata.
En toda la provincia
de Santa Fe, los indigentes pasaron de 257.189 en octubre del 2000
a 353.206 en mayo de este año, según proyecciones
elaboradas por la consultora Equis que dirige Artemio López.
Indigente es un adulto varón que no cubre 2700 calorías
diarias con un costo mensual de 63 pesos.
Sin embargo, ni siquiera la pobreza extrema produce saqueos. Hacía
falta el irresponsable shock recesivo impuesto por Domingo Cavallo
por encima de la recesión ya existente, que terminó
con el esquema de subsistencia de Rosario y sus alrededores.
En este esquema se entiende mejor la visita del ex presidente Carlos
Menem al jefe del Ejército, Ricardo Brinzoni, esta misma
semana. La Ley de Defensa y la de Seguridad Interior excluyen a
las Fuerzas Armadas de la preservación del orden interno.
Pero cuando la represión empieza a aparecer como el único
camino, reaparece la ilusión de utilizar otra vez a los militares
para neutralizar la protesta interna. Parece pensamiento conspirativo.
No lo es. Y tampoco es pesimismo: como diría Cavallo, el
blanqueo forzoso es muy bueno para la familia argentina. Lástima
que, en Rosario, el plástico de la modernidad se haya vuelto
explosivo.
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