Por José
Natanson
La oposición unánime
de los legisladores tanto de la Alianza como del justicialismo
a los proyectos de Presupuesto que estudia Economía han puesto
al Gobierno en una situación dramática: un importante funcionario
aseguraba ayer a este diario que, si el acuerdo político sigue
en la nebulosa, el Fondo Monetario Internacional no sólo no girará
los 1300 millones sino que incluso podría dejar a la Argentina
totalmente en banda, lo que implicaría no percibir 15 mil millones
de financiación comprometida para el año que viene. Otra
vez, todo es una cuestión de tiempos. Si no damos una señal
rápida, corremos el riesgo de quedar en una situación internacional
terrible: como Afganistán, pero sin bombas, era la gráfica
explicación que ofrecía ayer un hombre muy cercano a Fernando
de la Rúa.
La estrategia del Gobierno era clara. El titular de Economía, Domingo
Cavallo, volvió de los Estados Unidos consciente de que una de
las exigencias clave del Fondo para restituir la confianza era un acuerdo
entre los partidos que respaldara políticamente el Presupuesto
2002 y el tramo internacional del canje de deuda.
Desde el lunes, los principales referentes de la Alianza y la oposición
fueron conversando con el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo. El último
fue Carlos Menem, que volvió fugazmente a la Rosada para recomendar
la dolarización. Su archienemigo interno, Eduardo Duhalde que
estuvo unos días en Brasil y fue uno de los pocos que no pasó
por el despacho del jefe de Gabinete se entrevistará con
Colombo y, posiblemente, con De la Rúa la semana que viene. Sin
embargo, uno de los hombres más cercanos al senador bonaerense
dijo anoche a este diario que si se trata sólo de sacarse
una foto, Duhalde no va a ir.
De la seguidilla de reuniones, el Gobierno sacó una conclusión
esencial: aunque desde un primer momento sabían que no era fácil,
el panorama asoma más negro que lo previsto. Las autoridades del
bloque de la Alianza en Diputados, Darío Alessandro y Horacio Pernasetti,
y el jefe de la bancada de senadores radicales, Carlos Maestro, manifestaron
su rechazo al Presupuesto del Ejecutivo, que incluiría nuevos recortes
y la eliminación del aguinaldo.
En el peronismo, el cuadro es todavía peor: los gobernadores de
las provincias grandes, como el bonaerense Carlos Ruckauf y el cordobés
José Manuel de la Sota, no sólo se oponen al proyecto oficial
sino que incluso llegaron a coquetear con la posibilidad de declarar la
acefalía. Los mandatarios chicos del Frente Federal no logran resolver
su interna. Y los bloques legislativos ya adelantaron que resistirán
el Presupuesto. Resultado: a pesar de los esfuerzos de Colombo, y a excepción
del apoyo brindado por Menem, el Gobierno avanzó poco y nada con
su ronda de concertación.
El problema, claro, es que los tiempos se acortan. Aunque aseguran que
no hay una fecha precisa, cerca de De la Rúa admiten que el proyecto
debería estar sancionado por el Congreso en los primeros días
de enero. No se trata de una cuestión legal o administrativa.
La ley de Administración Financiera permite manejarse con el Presupuesto
del año pasado. El tema es político, definía
un importante funcionario. Es una cuestión de señales.
Es necesario hacer un gesto claro hacia afuera en el sentido de que el
plan reúne un respaldo importante entre los partidos políticos.
Eso es lo que quiso decir el Fondo con lo del programa sustentable,
agregaba.
Si el Gobierno no lo logra, el futuro es peor que negro. El riesgo
no pasa porque finalmente no lleguen los 1300 millones de diciembre. A
esta altura, eso ya no sería tan grave. El peligro es que, si no
cambiamos el panorama, nos exponemos a que se caiga el programa entero
del 2002. Es decir, quedar totalmente aislados y perder financiación
internacional por 15 mil millones, explicaba.
A pesar de las dificultades, en la Rosada no pierden la esperanza. El
Gobierno viene analizando diferentes proyectos para mejorar larecaudación,
lo que permitiría estirar un poco los gastos para el año
que viene. Hay varios: uno de la bancada de la Alianza, para elevar el
impuesto a las Ganancias; otro del senador radical Carlos Maestro, sobre
Bienes Personales. Entre todos, en la Rosada le prestan especial atención
a uno elaborado por la diputada delarruista Beatriz Nofal. De todos modos,
la incorporación de un nuevo gravamen es complicada: el FMI que
estudiará con lupa el Presupuesto desconfía de la
capacidad para seguir recaudando. No podemos sancionar cualquier
verdura, decía un legislador radical.
Parece poco, pero es todo lo que tiene el Gobierno: el margen mínimo
de acción que podría derivar de alguna modificación
impositiva; y el miedo de los legisladores, que no quieren que el Gobierno
les tire la crisis por la cabeza. Son las herramientas de negociación
más fuertes que tenemos, reconocía anoche un importante
funcionario.
Darío quiere
menos tasa
El presidente del bloque de diputados la Alianza, Darío
Alessandro, sostuvo ayer que es necesario profundizar el canje
de la deuda para bajar las tasas de interés a un 2
ó 3 por ciento, en lugar del 7 por ciento que negoció
el Gobierno. Para el diputado frepasista, la rebaja de intereses
permitiría ahorrar 2 mil o 3 mil millones de pesos
adicionales, con lo cual se compensarían los recortes
extra que Economía quiere hacer en el presupuesto. Pero,
además, Alessandro precisó que en el canje de los
títulos que están en el exterior habría que
pedirles un año de espera a los acreedores. Creo
que hay que demostrar a los organismos internacionales que es la
única manera, concluyó.
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A Rozas nada lo puede
convencer
Por lejos sería el peor camino de todas las alternativas
que andan dando vueltas. La dolarización causaría
un daño irreparable para la Argentina, lo mismo que la devaluación,
que provocaría también perjuicios tan difíciles
como los que está produciendo la convertibilidad. Con
estas palabras, el jefe del radicalismo, Angel Rozas, salió
a subrayar la decisión de oponerse totalmente a cualquier
proyecto que incluya una dolarización de la economía.
El gobernador chaqueño, recientemente elegido como jefe del
radicalismo en reemplazo de Raúl Alfonsín, dejó
clara la postura de su partido en declaraciones a Radio La Red.
Dijo que la UCR está en la vereda de enfrente
de la dolarización e insistió en que como partido,
creemos que el peor camino. Además, Rozas agregó
que en principio, no nos gusta nada la idea de eliminar
el aguinaldo de estatales y jubilados para el año próximo.
Finalmente, alertó que eso no sólo significará
la pérdida de una importante conquista social, sino que afectará
más el consumo. Más tarde, en una reunión con
los integrantes del Consejo Empresarial Argentino, el jefe radical
insistió con su postura antidolarización.
Las declaraciones de rozas son una reacción a la reunión
entre Fernando de la Rúa y Carlos Menem. Apenas un día
antes, el Presidente y su antecesor se habían encontrado
en la Casa Rosada para conversar en el marco de la concertación
lanzada por el Gobierno. El riojano llegó con la propuesta
para dolarizar la economía que había elaborado junto
a un puñado de colaboradores, y De la Rúa prometió
estudiarla en detalle. Fue en este marco, en el que el Gobierno
continúa insinuando que la dolarización es una alternativa
mejor que la devaluación, en el que Rozas salió a
marcar su postura.
Esto es justamente lo que expresará hoy el Comité
Federal del radicalismo, que se reunirá en Córdoba
para analizar la nueva situación económica y la convocatoria
a una concertación política. La conclusión,
según adelantaban ayer cerca de Rozas, no se saldrá
de los causes normales: rechazar la dolarización, defender
la vitalidad de la Alianza original y ratificar el apoyo crítico
al Gobierno.
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EMBESTIDA
DE CAVALLO CONTRA EL AGUINALDO 2002
Un presupuesto realista
Por David Cufré
Hace falta un presupuesto
realista, enfatizó anoche Domingo Cavallo, al justificar
su propuesta de eliminar el aguinaldo de empleados públicos y jubilados
en 2002 o, de lo contrario, elevar de 13 a 21 por ciento el descuento
salarial. Tal vez eso se pueda evitar si el Congreso encuentra otra
forma de hacer el ajuste, agregó, pasándoles la brasa
caliente a los legisladores. Tal como reveló Página/12 en
su edición de anteayer, en el Parlamento rechazan de plano el programa
de ajuste de Cavallo. Y sugieren avanzar con una reforma tributaria, cobrando
más de Ganancias a las empresas que distribuyen dividendos y el
impuesto a la riqueza a los accionistas extranjeros de compañías
radicadas en el país. El jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, y
el secretario general de la Presidencia, Nicolás Gallo, respaldan
a los legisladores, lo cual dio lugar a un áspero cruce con Cavallo.
La aprobación del Presupuesto 2002 se convirtió en una de
las exigencias centrales del FMI para destrabar un desembolso de 1260
millones de dólares. En Economía advierten que sin ese dinero
Argentina caerá en cesación de pagos. Pero Cavallo está
empecinado en que el déficit cero debe conseguirse el próximo
año mediante una reducción del gasto público, en
línea con la postura de economistas ortodoxos y del establishment
financiero. De allí que llegue al punto de pelear por una medida
tan simpática como dejar sin aguinaldos a jubilados y agentes estatales
o recortarles los haberes un 21 por ciento.
Colombo y Gallo debieron aceptar los límites de la realidad y le
plantearon a Fernando de la Rúa la absoluta imposibilidad política
de seguir por el camino recomendado por el ministro de Economía.
No podemos seguir echando nafta al fuego, se sinceraron cerca
del jefe de Gabinete. La bronca social es demasiado fuerte como para tensar
más la cuerda. Por tanto, los hombres de la Rosada consideran conveniente
buscar una salida a esta encrucijada tomando la recomendación de
los legisladores de aumentar impuestos.
Antes de que el Presupuesto llegue para ser debatido en Diputados, el
Gobierno tiene que resolver su interna, congeniando a la vez con los legisladores
oficialistas. Esa será la tarea en que estará ocupado el
Gobierno en los próximos días. Una vez resuelto esos puntos,
tendrá que conseguir el acompañamiento del justicialismo,
mayoría en ambas cámaras.
La oposición espera un proyecto de presupuesto con números
dibujados, como que se ahorrarán 4 mil millones de
pesos con la suspensión de los planes de competitividad, y que
la economía caerá sólo 1,5 por ciento
en 2002 -así figura en los borradores que Economía acercó
al Congreso-, cuando estimaciones privadas sitúan la caída
de actividad en niveles mucho más profundos. Fiel, el bunker de
economistas pro establishment que comanda Ricardo López Murphy,
calculó que en el primer trimestre de 2002 la economía caerá
8 por ciento.
Discutir el presupuesto bajo las condiciones actuales, cuando ningún
número cierra porque la recaudación rompe todos los pisos,
y cuando no se sabe cómo resultará el canje de deuda internacional,
es sólo para conformar al FMI, afirmó un encumbrado
diputado del PJ. Por eso, más que números, nosotros
estamos pensando en escenarios políticos sobre cómo va a
seguir esta historia, concluyó, describiendo los movimientos
que por estos días hace el principal partido de la oposición.
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