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El skinhead que se dice inocente
fue al juicio con un signo neonazi

El joven golpeado en medio de consignas antisemitas contó cómo fue la paliza. Y que sus agresores portaban un símbolo neonazi. Un juez descubrió ese mismo signo en el cinturón de un acusado.

A la salida de la audiencia, Orlando Romero Da Silva insultó y prepoteó a los periodistas.

Por Carlos Rodríguez

Después de estar seis años en ascuas, cambiando de barrio, soñando con cruces esvásticas y persecuciones nocturnas, Claudio Salgueiro volvió a denunciar ayer –por segunda vez en un juicio oral– a una patota de skinheads formada por “unas 20 personas” que lo golpearon con saña en la madrugada del 1º de julio de 1995, en el barrio de Belgrano, mientras le gritaban “Heil Hitler, muerte a los bolivianos y a los paraguayos, muerte a los stones”. Antes le habían dicho que “no merecía vivir por ser judío” y sólo pararon de pegarle cuando lo vieron derrumbado sobre el piso, desmayado. “Creyeron que estaba muerto”, dijo la víctima, quien en varios momentos del relato tuvo que detenerse, quebrado por el llanto. Salgueiro contó que los miembros del grupo agresor usan ahora “un signo formado por un círculo que contiene en el medio una cruz”. A su espalda, como estigma de la pesadilla que lo persigue, uno de los dos acusados –un tercero está prófugo– llevaba un grueso cinturón cuya hebilla tenía la misma forma del símbolo, según comprobó personalmente uno de los miembros del tribunal.
–Ahora usan un símbolo parecido a una esvástica, pero que en realidad es un círculo con una cruz al que, si se le quitan algunos trazos, se transforma en una svástica– dijo Salgueiro en una parte de su testimonio.
–¿Me podría decir si ese símbolo es igual al que aparece en ese cinturón? –quiso saber el presidente del tribunal, Luis Di Renzi, mientras le pedía al imputado Orlando Romero Da Silva que se pusiera de pie.
–Sí, es ése –respondió Salgueiro luego de mirar al acusado.
La actitud de Da Silva, vestido con borceguíes, pantalón azul corto (lo que permitía el lucimiento del calzado), camisa bordó a cuadros y el controvertido cinturón, fue a todas luces desafiante y fuera de la sala mantuvo un altercado verbal con los periodistas (ver aparte). También lucía una gruesa cadena símil plata, en cuyo extremo había un llavero. En un video que fue proyectado el jueves, en la apertura del nuevo proceso, se mostró a un grupo de skinheads vestidos con camperas o remeras que tenían estampado el mismo símbolo. Todos tenían vestimentas parecidas a las que llevaba ayer Da Silva.
El otro imputado que estuvo presente en la sala fue Luciano Griguol, mientras que el tercero, Andrés Paszowski, sigue sin aparecer y fue declarado formalmente prófugo porque se desconoce su actual paradero. En el primer juicio, realizado en abril de 1998, los tres skinheads fueron condenados a tres años de prisión de cumplimiento efectivo por el Tribunal Oral Federal número 3, por el delito de lesiones agravadas. En el proceso se aplicó por primera vez la ley antidiscriminatoria. En agosto de ese año, la Sala I de la Cámara de Casación dejó sin efecto la sentencia por considerar que se habían cometido errores de procedimiento, además de cuestionar que se haya encuadrado como un caso de discriminación.
Los jueces de Casación Alfredo Bisordi, Juan Rodríguez Basavilbaso y Liliana Catucci consideraron en ese cuestionado fallo que decir “heil Hitler” o “judío de mierda” no eran necesariamente consignas antisemitas. Por su apreciación de los hechos, los tres camaristas fueron citados por la Comisión de Acusación del Consejo de la Magistratura, que les pidió explicaciones por esos fundamentos. Ayer llamó la atención la presencia en la sala del juez Bisordi, en el inicio de este nuevo juicio, que bien podría llegar a las mismas conclusiones y sentencia que el anterior.
El abogado Sergio Di Gioia, de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), explicó a Página/12 que el nuevo juicio sigue dentro del marco de la ley antidiscriminatoria y por ello interviene la justicia federal, con intervención ahora del Tribunal Oral Federal número 5. La pena por lesiones graves oscila entre uno y seis años. “En este caso, la agresión por cuestiones antisemitas actúa como hecho agravante”, explicó Di Gioia, quien sólo asesora a Salgueiro, cuya participación en el juicio es en carácter de testigo y no como particular damnificado.
En la audiencia, Salgueiro reiteró que el grupo estaba formado también por mujeres. “Ellas también me patearon. Entre todos me levantaban como una bolsa de papas y me tiraban contra el cantero de un estacionamiento. Lo hicieron infinidad de veces, tenían brazaletes con esvásticas y símbolos nazis adheridos a las ropas”, dijo la víctima ante los jueces. Uno de los detalles más curiosos es que los agresores “se daban a conocer, querían que los recordara y que supiera quiénes eran ellos”. La agresión fue con “cadenas, palos y patadas dadas con borceguíes”.
La gravedad de las heridas sufridas por Salgueiro fue certificada ayer por dos médicos, Eugenio Zabricky, del hospital Pirovano, donde Salgueiro estuvo internado cinco días, y por el médico forense José Luis Luque. El perito dijo que la fractura de cúbito que presentaba el joven “demuestra de por sí que recibió golpes muy fuertes”.

 

Un símbolo skinhead y del Ku Klux Klan

El símbolo usado durante la audiencia de ayer por Orlando Romero Da Silva en la hebilla de su cinturón es conocido como la cruz celta, que tiene su triste historia. Es usada por miembros del Ku Klux Klan y de grupos skinheads en diferentes países, según lo indica el libro El nuevo léxico del odio publicado por el Centro Simon Wiesenthal de Estados Unidos.
“Evidentemente ir al juicio con eso es una provocación y puede ser tomado como un hecho intimidatorio para la víctima”, alertó el representante para América latina de esa entidad, Sergio Widder. También explicó los motivos por los cuales los skinheads son tan propensos a los signos. “Necesitan fortalecer su sentimiento de pertenencia a través de prendedores, slogans, uniformes y diversos símbolos”, dijo.
El libro presenta un listado de símbolos que utilizan estos grupos racistas y da a conocer varios portales de internet en los que se publicita su actividad. El primer portal neonazi estadounidense, llamado Stormfront, tiene en su página de inicio la cruz celta que tenía Romero da Silva.
“Van adoptando con el tiempo nuevos símbolos como elementos identificatorios”, sostuvo Widder, quien añadió que generalmente los skin o extremistas de otros grupos no tienen un solo símbolo sino que varían entre diversas figuras.

 

Con un botín en el altillo

La señora dormía tan profundamente que ni el patadón que los asaltantes dieron a la puerta la despertó. Pero sus inesperados visitantes la despertaron, la amarraron a su cama y le robaron los 130 mil pesos que había sacado unos meses atrás del banco, en una suerte de previsión de las últimas medidas económicas.
El hecho ocurrió a las 3.30 de la madrugada de ayer en un chalet de la localidad bonaerense de Dolores, donde vivía María Lozada González, una anciana viuda de 70 años.
Apenas abrió los ojos, aún somnolienta, Lozada González se encontró con tres hombres que la ataban a su cama y la amordazaban, utilizando un pulóver y una bufanda que encontraron en la casa. Los ladrones, que no portaban armas, tenían conocimiento de la importante suma de dinero que la mujer guardaba en su casa, ya que su proceder fue breve y “efectivo”: luego de amarrarla y amenazarla, revisaron el chalet y demoraron menos de media hora en hacerse del botín, al que guardaron en una bolsa de consorcio y se marcharon.

 

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