Por Ferrán
Sales
Desde
Gaza
Aviones de combate F-16 bombardearon
el viernes a última hora de la tarde, coincidiendo con la ruptura
del ayuno del Ramadán ftur, el centro de Gaza, por
tercer día consecutivo, en represalia por el atentado perpetrado
contra un autobús de colonos en el asentamiento de Emanuel que
costó la vida a 10 israelíes. Los misiles cayeron sobre
las instalaciones que la Fuerza 17, la guardia del líder palestino
Yasser Arafat, posee en las cercanías de su propia residencia,
causando varios heridos y provocando el incendio de unos almacenes. En
Cisjordania, las fuerzas israelíes mataron a ocho palestinos en
respuesta a la ola de atentados de los últimos días. Según
un responsable del Departamento de Estado norteamericano que pidió
el anonimato, Estados Unidos habría pedido a los países
europeos que no recibieran a Arafat, y el ministro de Relaciones Exteriores
alemán, Joschka Fischer, habría retrucado que Washington
suspenda su ayuda a Israel. Horas después, la oficina de Fischer
desmintió esto último.
El ataque de los aviones israelíes fue el viernes el punto culminante
de una serie de operaciones de limpieza que fuerzas de infantería
israelíes, apoyadas por tanques, llevaron a término en al
menos cinco localidades de Cisjordania y Gaza. Como consecuencia de las
incursiones, seis miembros de las fuerzas de seguridad resultaron muertos
en Salafit, al norte de Cisjordania, y dos guerrilleros murieron en Hebrón.
Las fuerzas de seguridad llevaron además a término decenas
de detenciones de militantes y dirigentes radicales, en su mayoría
miembros de Hamas y Jihad Islámica. A pesar de la situación,
el mediador norteamericano Anthony Zinni proseguía su misión
en la zona. Ayer, aprovechando el paréntesis festivo del shabat
y el fin del mes sagrado del Ramadán, el emisario de la Casa Blanca
se trasladó a Ammán para entrevistarse con el rey Abdalá
II de Jordania, y consultar con el monarca una serie de propuestas para
establecer un alto el fuego en la zona. Zinni tiene previsto en las próximas
trasladarse a Egipto y Arabia Saudita para llevar a término conversaciones
similares y regresar el domingo a Jerusalén. El general retirado
Zinni, antes de ir de vacaciones de Navidad a su casa en Estados Unidos,
tiene proyectado reunirse con otros mediadores internacionales en la zona.
Pero ninguna de estas iniciativas parece afectar los planes políticos
del primer ministro israelí Ariel Sharon, quien está decidido
a abrir vías de negociación con líderes locales palestinos,
puenteando y acorralando al presidente Yasser Arafat, que permanece enclaustrado
en su residencia de Ramalá. Sharon trata de convertir a los principales
jefes de la seguridad palestina en interlocutores de Israel. La operación
cuenta con el apoyo de su ministro de Defensa, el laborista Benjamín
Ben Eliezer, quien confirmó ayer oficialmente estos contactos.
Por su parte, el canciller Shimon Peres aseguraba que esta iniciativa
supone un error, ya que Arafat no está aún muerto.
En una entrevista publicada ayer por el periódico Yediot Aharonot,
Peres dijo que Arafat no está acabado pese a lo que sostiene
Sharon. Estimó que es posible que las acciones militares
en su contra fortalezcan su posición entre los palestinos, los
países de la región y Europa.
Pero la posición de Peres está cada vez más aislada
luego de que la situación en Medio Oriente pegara anteayer un vuelco,
cuando el gobierno israelí cortó oficialmente los contactos
con Arafat. Estados Unidos y la Unión Europea dicen que le corresponde
a Arafat reprimir a los responsables de esos actos, pero reafirmaron que
lo reconocen como líder palestino, aunque ninguno de los dos reaccionó
a la decisión israelí. Sólo el canciller belga Louis
Michel, cuyo país ocupa ahora la presidenciarotativa de la Unión
Europea (UE), dijo en una cumbre del bloque de países: Debilitar
a Arafat no puede ayudar al proceso de paz.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
LOS
14 AÑOS DE LA ORGANIZACION PALESTINA HAMAS
Feliz cumpleaños en voz baja
Por F. S. *
Hamas, la primera fuerza de
la oposición fundamentalista palestina, celebró ayer el
14 aniversario de su fundación (1987) en el silencio de la clandestinidad,
donde se encuentran refugiados la mayor parte de sus dirigentes, después
de que el gobierno de Israel y la Autoridad Palestina lanzaran sobre ellos
una operación de acoso y derribo. Yasser Arafat prohibió
todos los actos conmemorativos, incluido un gran mitin que debía
de haberse celebrado como todos los años en el estadio municipal
de Gaza.
Es tiempo de silencio. El jeque Ahmed Yassin, 64 años, líder
espiritual y fundador de Hamas, se deslizó ayer al mediodía
como una sombra por las calles arenosas del campo de refugiados de Sabra,
en los suburbios de Gaza, para dirigirse desde su casa a la mezquita cercana,
La Casa del Islam, donde participó en la plegaria del último
viernes de Ramadán, que coincidió además con el 14
aniversario del nacimiento de su organización fundamentalista.
Un miliciano de las Brigadas de Ezzedine Al Qasam, con un M-16 cruzado
en sus espaldas, empujaba la silla de ruedas, en la que vive postrado
desde hace más de una veintena de años Yassin, mientras
otros miembros del ejército secreto de Hamas lo custodiaban. Los
pies inertes del jeque se balanceaban en el aire, metidos en unos toscos
zapatones negros, haciendo peligrar el equilibrio de una manta de color
rosa, que una de sus hijas había colocado sobre sus rodillas. Cuando
la comitiva pasó ante un reducido grupo de periodistas, el anciano
dirigió la mirada hacia el suelo, como dando a entender que no
tenía nada que decir.
Son momentos muy difíciles, trató de disculparse
uno de sus fieles acólitos, al tiempo que recordaba que la noche
anterior, cuando se encontraba orando en la mezquita de Safra, en el barrio
cercano de Joret Al Shams, escapó milagrosamente de un ataque de
los helicópteros israelíes. Dos Apaches cruzaron la noche
de Gaza para dirigirse, sin dudarlo un instante, como si estuvieran teleguiados
por un confidente, a los alrededores del templo, para lanzar a continuación
un par de misiles; el primero se incrustó en la arena en un flanco
de la mezquita, hizo temblar el edificio y arrancó las ventanas
de cuajo, el segundo fue a parar en el patio de la casa de Abdel Nabi
Doghmosh, 43 años, obrero en paro, en la que vive con otros 49
miembros de su familia. Sólo una de sus tres mujeres resultó
herida.
El jeque Yassin no es el único miembro de Hamas que se ha cerrado
en un hermético silencio. Los otros dirigentes de la organización,
desde el locuaz Abdelaziz Rantisi al cauto Mahmoud Al Azar, también
prefieren no aparecer en público. Ellos, como la mayoría
de los cuadros de Hamas, han optado por la clandestinidad en un intento
de eludir la represión de las tropas israelíes y de la policía
palestina. Las contadas oficinas de Hamas en Gaza han cerrado voluntariamente
las puertas, en un acto de inusitada prudencia, después de haber
colocado en la fachada un cartel escrito en rotulador en el que se puede
leer: Nos hemos ido a rezar.
Jaled Mechaal, responsable del aparato político de Hamas en el
exilio, fue el único en hablar en voz alta. Lo hizo desde Damasco,
para anunciar que la organización proseguirá los ataques
contra Israel: La resistencia no se detendrá. Nuestras operaciones
son una respuesta a las masacres perpetradas contra nuestro pueblo por
Ariel Sharon.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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