Por Martín
Granovsky
Decile a Menem que nos
apoye. Le conviene. De la Rúa quiere terminar, pero Carlos también
necesita tiempo para crecer dentro del peronismo. La frase, según
confiaron a este diario un dirigente peronista y un importante consultor,
fue pronunciada por Domingo Cavallo y transmitida de inmediato a Carlos
Menem por un emisario antes de la cumbre con Fernando de la Rúa.
Tanto el cálculo de Cavallo como la reunión en sí
misma han cambiado el verso de Borges en dos direcciones. Al actual Presidente
y al ex los unen, hoy, tanto el amor como el espanto. Y, a la vez, a mayor
amor entre ellos, mayor espanto ajeno.
De la Rúa es un formalista de la política, que cree en el
valor gestual de la concertación aunque no haya nada que concertar
y puede repetir sin avergonzarse que dialoga con Menem porque éste
es el presidente del justicialismo. Sin embargo, cada vez que ambos se
reunieron en los últimos dos años fue signo de que algo
brusco estaba sucediendo. El año pasado, en una reunión
privada en Olivos que De la Rúa siempre negó pero fue cierta,
Menem le susurró: Te vamos a ayudar. Y, poco antes
de la absurda renuncia de Carlos Alvarez a la vicepresidencia, le advirtió:
Cuidate de Chacho. Después hubo una reunión
pública con Menem, supuestamente para inaugurar el diálogo
político, que es la metáfora a la que recurre el Gobierno
cada vez que precisa disimular una voltereta para alejarse aún
más de las ilusiones del 99. Y esta semana se produjo la
gran cumbre en la que De la Rúa, en tono de estadista, prometió
estudiar la propuesta de dolarización que le elevó el riojano.
Si el giro anterior consolidó la falta de voluntad del Ejecutivo
por investigar el escándalo de las coimas y, en cambio, cerrar
filas con el viejo Senado, el último giro dejó espalda contra
espalda a Menem y De la Rúa contra enemigos, adversarios, populistas,
intervencionistas, keynesianos, devaluadores, industrialistas o simples
candidatos a la Presidencia.
En el medio de ambos giros, Menem había recibido señales
claras de la preocupación presidencial por su cautiverio. Estuve
estudiando el fallo del juez (Jorge) Urso y me parece absurda la calificación
de asociación ilícita, dijo por ejemplo De la Rúa
al ex presidente chileno Eduardo Frei, seguro de que el político
chileno que más se le parece lo informaría en Don Torcuato.
Efectivamente lo hizo, y por supuesto Menem lo dejó trascender.
Uno de los deportes habituales desde hace dos años es buscar un
pacto explícito de impunidad entre De la Rúa y Menem. Si
existe, es obvio que no fue escrito. Y además, no importa. En política
no hay pacto más sólido que el que sellan los hechos con
el fundamento de un interés común. Ambos quieren durar.
Los dos buscan comprar tiempo. Uno, Menem, es un punto de referencia importante
para el establishment local e internacional. El otro, De la Rúa,
aún sueña con ganarse la confianza definitiva de los operadores
financieros, a quienes siempre quiso favorecer a pesar de que éstos
le devuelven su compromiso desconfiando de su autoridad, que en cambio
si atribuyen a Menem. Y los dos están absolutamente convencidos
de que no hay valor político mayor que el uno a uno. Menem, porque
lo inventó junto con Cavallo, y solo lo reemplazaría por
una economía dolarizada. De la Rúa, porque piensa que soporta
mejor la certeza de esta recesión cruel que la incertidumbre de
la devaluación.
El nombre de Miguel Kiguel, el economista de Roque Fernández que
se sumó al exiguo equipo de Domingo Cavallo, formado estos días
solo por el israelí Jacob Frenkel y el asesor Horacio Liendo, es
el gran gesto de la convergencia entre De la Rúa y Menem. Ni De
la Rúa ni Cavallo impugnaron a Kiguel por sus antecedentes junto
a Roque, que según ambos era, hasta hace muy poco, el autor del
déficit fiscal del último tramo de Menem que impidió
gobernar bien a la Alianza. Tampoco se les ocurrió cuestionarlo
porque menos de dos años después de privatizar el Banco
Hipotecarioterminó presidiéndolo. El pragmatismo desesperado
que proviene de la segunda parte de la política en estado puro
la política como el arte de conservar el poder tiñe
los tumbos de la nueva asociación.
Hace poco más de un año, colaboradores de José Luis
Machinea solían quejarse de que De la Rúa debía afrontar
un cuadro fiscal muy severo y peligroso pero que, al revés de Menem,
no tenía delante suyo un cataclismo palpable para todo el mundo
como la hiperinflación de 1989. Afortunadamente, unos cuantos meses
de esfuerzo lograron achicar las diferencias. Ya está claro que
el peor costado del Plan Candado no es la molestia de la clase media sometida
a un blanqueo forzoso en condiciones de recesión absoluta
sino la supresión de un día para otro de todas las economías
de subsistencia, desde cartoneros a remises de barrio, pasando por verduleros
y pequeños artesanos. Como ése es, en la Argentina, el verdadero
subsidio de desempleo, su liquidación sin reemplazo de ningún
tipo puede provocar un nivel de crisis desconocida hasta el momento. Otra
razón más para que De la Rúa haya visto en Menem
su Richelieu.
LA
REUNION MENEM-DE LA RUA ENCRESPO AL PERONISMO
El Gobierno se quedó sin mesa y sin mantel
A horas de finalizado
el encuentro entre Fernando de la Rúa y Carlos Menem, un muy alto
funcionario del Gobierno nacional había dicho a Página/12:
Vamos a ver si esto empioja las negociaciones por la concertación
con el resto del peronismo; seguramente lo sabremos la semana que viene.
El interlocutor de este diario, hombre del Presidente, no deberá
esperar más. Con la lógica y obvia exclusión del
menemismo, no hay en el PJ quien haya deglutido el meeting y, menos aún,
el golem que de él surgió, verbigracia, la avanzada dolarizadora
que el Ejecutivo se comprometió a estudiar, que el propio De la
Rúa mediatizó con un no es el momento, sin descartarla.
Más que de empioje para utilizar el neologismo
de la fuente citada anteriormente, la reacción del peronismo
no menemista no quedará en declaraciones más o menos vitriólicas:
Eduardo Duhalde ha comenzado a armar una mesa de diálogo paralela,
los 14 gobernadores justicialistas preparan para mañana, en el
CFI, un brainstorming con economistas para elaborar un plan económico
alternativo, y los legisladores lanzarán su andanada prorrogando
las ordinarias para arrancarle los superpoderes a Domingo Cavallo y proponer
un seguro de desempleo menos ambicioso que el del FRENAPO. Carlos Ruckauf
apura la inauguración de su Instituto del Nuevo Modelo
mientras exige que De la Rúa eche a Cavallo; José Manuel
de la Sota ordena a sus escuderos que tengan a mano la ley propuesta por
el diputado de su tropa Eduardo Di Cola por si se produce la acefalía
y haya que elegir nuevo presidente antes de tiempo; y Carlos Reutemann,
enojadísimo (ver reportaje en página 6) porque no le pagan
las deudas, se aleja cada vez más del Gobierno federal ante la
oquedad de la respuesta recibida de boca de De la Rúa ayer mismo
por los saqueos en Rosario.
Por si fuera poco, la foto de Menem en la Rosada coaguló la posición
de sus compañeros en un férreo rechazo al presupuesto 2002
en los términos con que fuera enviado por el PEN e hirió
de muerte la mesa de concertación que laboriosa y amargamente faena
el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo.
El jarabe que derrama este escenario en el pensamiento del peronismo es
más que un fantasma lejano: sus principales dirigentes, con mayor
o menor grado de sinceridad, niegan que quieran derribar al Presidente,
juran -todos que harán hasta lo imposible para sostenerlo
hasta el 10 de diciembre de 2003 pero, a la vez, descreen que ese mandato
se cumpla.
Fotos y fatos
Para caracterizar al encuentro del jueves, el peronismo no menemista descerrajó
una fraseología de la cual algunos ejemplos han sido extraídos
de diálogos que mantuvo Página/12 con varios de sus referentes:
Carlos Ruckauf: Si los
dos salen a decir las mismas cosas, son lo mismo. El nexo entre De la
Rúa y Menem es Cavallo. Yo quiero otro modelo. Esa reunión
fue la cristalización de una alianza para dolarizar y estoy en
desacuerdo. La dolarización es la consolidación económica
de este modelo.
Néstor Kirchner: Fue
un claro sinceramiento de cuadro político en Argentina. Dolarizar
es una idea de Menem totalmente aislada. Así y todo, el Gobierno
marcha hacia un proceso de dolarización. Veo al Gobierno muy cerca
de las posturas de Menem.
Adolfo Rodríguez Saá:
Cuestionamos que el Gobierno no haya permitido unificar la posición
del peronismo porque invita a Menem por un lado, a Duhalde por otro y
a los gobernadores por otro. En vez de tener una opinión única
vamos a tener varias. Además, se da una falsa opción entre
devaluación y dolarización. Son otras las medidas que hay
que tomar.
Eduardo Duhalde: De la
Rúa y Menem son las dos vertientes, la radical y la justicialista,
que creen en este modelo, bastante en soledad en los partidos. Por eso
no me extraña que hoy coincidan y crean que esto se va a solucionar
sacando una fotografía de la realidad de hoy y prolongándola
en el tiempo con la dolarización. La foto hizo
las veces de metáfora para nominar lo que no quería el peronismo
extra Menem. Los gobernadores del Frente Federal le pidieron a Colombo
en Puerto Iguazú y a De la Rúa en la reunión de la
Cancillería, que convoque a todos los peronistas juntos. Ello
nos hubiese obligado a debatir y a consensuar una posición, hubiésemos
ido a la concertación con alguna propuesta y habría sido
más fácil incluso para el Gobierno, dijo Rodríguez
Saá a este diario.
Gracias a eso, la concertación está, para mal del Gobierno
y sufrimiento de Colombo, herida de muerte. Veamos:
Los 14 gobernadores peronistas
se reunirán mañana a las 15 en el CFI con economistas de
su partido (Jorge Remes Lenicov, Oscar Lamberto, José María
Vernet, Rogelio Frigerio, nieto, etc.), de extramuros (como Diego Espósito)
y recibirán una delegación de técnicos que trabajan
con el norteamericano Alan Meltzer quien propusiera un cambio radical
del papel que debe jugar el FMI ante la renegociación de deudas
como la de la Argentina, para elaborar un plan económico
alternativo.
Entre las ideas que ya están barajando figuran la creación
de una nueva moneda, el Argentino, y una emisión de 10.000 millones
y que el 30 por ciento del presupuesto se ejecute con esta nuevo valor;
un plan de forestación y otro de vivienda que insuma unos 7.000
millones de Argentinos, que, según sus cálculos,
crearían más de un millón y medio de puestos de trabajo.
Eso, entienden, reactivaría la economía, permitiría
alejarse del precipicio y, recién después, pasar a una banda
flotante ya con esa moneda en reemplazo del peso. Puede ser este u otro
plan, pero su discusión será seguramente la base inicial
de cualquier plática con el Gobierno.
Ruckauf, a través de
uno de sus fieles laderos, dejó en claro que la salida de Cavallo
no sería más que una buena señal para cambiar el
(no)plan económico vigente. Ruckauf pretende que, tras despedir
a Cavallo, De la Rúa se siente con el PJ a armar un nuevo programa
y negociar con el FMI. Ya nos asustaron con el cuco de `nosotros
o el abismo; ya caímos en el abismo, machacó
Ruckauf ante Página/12.
Duhalde mueve su mesa de arena
en espejo con la Rosada y Menem. A la foto tomada el jueves pasado, el
senador quiere imponerle lo que ha dado en llamar la foto del futuro.
Por eso se reunió con Chacho Alvarez y Juampi Cafiero; por
eso el martes o miércoles se reunirá con Lilita Carrió,
confió a este diario uno de sus centuriones.
Ayer, el ex gobernador reunió en el restaurante El Mangrullo, de
Ezeiza, al vicegobernador Felipe Solá, al titular de las cámaras
de Diputados de la Nación y la provincia, Eduardo Camaño
y Osvaldo Mércuri, legisladores e intendentes. Allí se discutió,
incluso, sobre las pocas chances que tiene la hipotética reunión
con De la Rúa. No sirve una conversación con De la
Rúa en los términos en que la plantea el Gobierno si no
hay acuerdo programático. Si es para la foto y para ratificar políticas
en las que no está de acuerdo, que no cuenten con él,
confió un operador duhaldista.
El senador mantuvo reuniones con Ramón Puerta para acercar posiciones,
y una ronda de consultas con los gobernadores del PJ. Es improbable que
se muestre por la Rosada. No obstante, es el único dirigente que
hoy por hoy mantiene alguna relación con Cavallo. Y sigue siendo
buena.
Carlos Reutemann está
en llamas con el Gobierno. No le mandan la guita que le deben, le
quieren hacer pagar el mal gobierno nacional a él, que tiene una
administración ordenada y, para colmo, ahora amenazan reaparecer
los saqueos, dijo uno de sus operadores a este diario. Reutemann
se reunió ayer con De la Rúa. Los saqueos fueron el tema
central. Ante la indignación del Lole y la catilinaria que decerrajó
contra los incumplimientos del gobierno federal en materia de deuda, el
Presidente atinó a responder:
Bueno, Carlos, la semana que viene te mando algún funcionario
para evaluar el problema.
¡¿Qué funcionarios?! enrojeció
Lole ¡Mandame bolsas con comida!
José Manuel de la Sota
está convencido de que la cumbre del jueves responde a la
picardía de algunos del Gobierno que quieren meter algún
palo en la rueda de la oposición, confió uno de sus
armadores a Página/12. El hombre del gobernador cordobés,
luego de despotricar contra las medidas del Ejecutivo, la zamarreada foto
con Menem, y ningunear a la dolarización que pretende (sería
como plantar un sauce en el Sahara: se secaría antes de nacer),
fraguó el pensamiento que recorre a la mayoría del peronismo.
Dijo:
Acá habría que avanzar en la ley Di Cola (de Acefalía).
Está en marcha pero congelada. Esta ley es como la mujer del vecino:
todos la miran y nadie se le anima. Por ahora.
Cómo dolarizar
sin dólares
Por M.G.
¿De la Rúa dolarizará como quieren Menem y
banqueros como Manuel Sacerdote y Emilio Cárdenas, el mismo
que acusó una vez a Menem de encabezar un gobierno de ladrones
y terminó como su embajador en Naciones Unidas? Puesto que
el Gobierno incorpora cada vez más hombres y propuestas del
menemismo, conviene saber que la última entrega de Agenda
estratégica, el boletín informático del
ex secretario de Planeamiento de Menem, Jorge Castro, rescata una
idea del ex jefe de asesores económicos de Ronald Reagan,
Seteve Hanke. El economista propuso una dolarización sui
generis en Un plan de dolarización y banca libre para
la Argentina. Según la versión de Castro, .lo
que Hanke impulsa como .particularmente ventajoso. para nuestro
país es el uso combinado del dólar estadounidense
como unidad monetaria junto con la posibilidad de que los bancos
privados puedan emitir billetes denominados también en dólares.
De esta forma, la Argentina elimina el riesgo de la devaluación
pero, simultáneamente, retiene el derecho de señoreaje
que, de otra forma, sería capturado por el Sistema de la
Reserva Federal de los Estados Unidos. Dice Castro que .los
billetes emitidos por los bancos son elegidos por la misma razón
que los cheques del viajero: el público utiliza aquellos
cuyo emisor les genera confianza en el cumplimiento de su promesa
de pago y no adquiere los de entidades que desconoce o le producen
dudas. Naturalmente, la confianza estaría depositada
en los grandes bancos extranjeros. Sacerdote y Cárdenas,
por caso, representan al Boston y al HSBC.
En el esquema oficial, los neodelarruistas Kiguel, Menem, Roque,
Hanke, Cárdenas, Castro y Sacerdote ayudarían también
a los neomenemistas De la Rúa y Cavallo a presentarse con
éxito ante el mundo. No es una tarea fácil. El mismo
jueves en que se divulgaba el 18,3 por ciento de desocupación,
triunfaba el paro de las tres centrales sindicales y se reunían
Menem y De la Rúa, una importantísima fuente del Banco
Mundial dijo en Washington lo que sigue:
Para la ayuda financiera
no miren tanto al FMI, porque el que decide es el G-7.
El escenario más
posible para la Argentina es salir de la Convertibilidad, reestructurar
la deuda externa y devaluar.
En la Argentina
hay demasiado ruido político, y el peronismo no ayuda.
Hay nuevos funcionarios
en el Tesoro de los Estados Unidos y nuevos directivos en el Fondo.
La Argentina ya
recibió varios paquetes.
Cavallo es un economista
brillante, pero no es una persona fácil y no sé si
sobrevivirá.
Ayer dejó la Argentina el vicecanciller italiano, Mario Baccini.
Su visita fue lo que un diplomático promedio denominaría
constructiva. Se entrevistó con el canciller
Adalberto Rodríguez Giavarini, prometió ayuda para
pequeñas y medianas empresas de la Argentina y firmó
acuerdos culturales. También expresó su solidaridad
y apoyo a la Argentina, e indicó que ese respaldo debía
leerse teniendo en cuenta que Italia es miembro del grupo de siete
países más ricos del mundo. Pero más allá
de este mensaje, Baccini fue más sutil. Recordó que
los italianos están muy interesados en invertir en la Argentina,
un país con lazos tan fuertes y tan querido en Roma. El problema,
dijo también la diplomacia italiana, es cómo convencer
a los inversores. Y dejó dos inquietudes. La primera, las
dificultades en remesar utilidades después del Plan Candado
impuesto por Cavallo a los depósitos bancarios y las transferencias
al exterior. La segunda, decisiones como la tomada por la italianísima
Fiat, que resolvió levantar su planta Iveco de la Argentina.
El G-7 apoya a la Argentina, pero ese apoyo está sujeto
a las decisiones técnicas del Fondo, explicó
un diplomático europeo a Página/12 mientras se reía
de la ingenuidad política argentina de haber congeladotambién
los fondos de las embajadas y su personal. Después el Gobierno
volvió atrás, pero los primeros cables salidos de
Buenos Aires comenzaban explicando el Plan Candado por la experiencia
propia de quienes los escribían.
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