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Saqueo en Mendoza y varios �pedidos�

Tomaron un supermercado y �pidieron� en otro en Mendoza, mientras en Avellaneda rodeaban un tercero. Rosario en calma.

Desde el viernes, Rosario es otra vez sinónimo de saqueos, como en aquellos primeros meses de 1989. Aunque esta vez, la situación social es más grave, ya que Rosario padece el desempleo más alto del país: 22,9 por ciento. Ayer, un día después de los episodios que alarmaron al Ejecutivo, los funcionarios provinciales intentaron tranquilizar los ánimos. “La situación está bajo control. Comenzó a descomprimirse el clima”, declaró el ministro de Gobierno, Lorenzo Domínguez. Y desde el municipio –que gobierna el frepasista Hermes Binner– reconocieron que la gente actuó por “necesidad” y reclamaron “una respuesta” al presidente Fernando de la Rúa. En Mendoza hubo un saqueo y un intento, y en Avellaneda un “pedido”.
Aunque no quiso hablar de “saqueos”, el secretario de Gobierno de Rosario, Antonio Bonfatti, reconoció que “la presión de la gente para obtener algún tipo de mercadería” alteró el funcionamiento de varios comercios de la ciudad. “Indudablemente los reclamos fueron por necesidad y no movilizados”, agregó Bonfatti, quien de esa forma desmintió que haya operaciones políticas detrás de los robos. Los saqueos comenzaron el viernes al mediodía, cuando unas treinta personas entraron al supermercado Santa Ana para llevarse bolsas de comida. La policía detuvo a diez. El mismo día, un camión de reparto fue asaltado en la zona sur y horas más tarde unas 70 personas rodearon al supermercado Azul para reclamar comida. La policía comenzó a reprimir y los vecinos arrojaron piedras. En el enfrentamiento, resultó herido un niño de 8 años, que recibió un perdigón.
Si en Rosario la situación pareció calmarse, en Mendoza –donde también se habían registrado saqueos– el escenario no varió demasiado: los hechos habían comenzado el jueves a la noche en el este de la capital, en el Gran Mendoza. Y en el barrio Godoy Cruz, unas cien personas se habían citado frente a un supermercado para exigir comida. Ayer a la mañana, se produjo un nuevo saqueo en el departamento de Guaymallén, donde un grupo de vecinos de barrios humildes entraron organizadamente y en forma pacífica a un supermercado de la cadena Atomo. Casi todos eran mujeres y niños, y se llevaron productos alimenticios de primera necesidad, sobrepasando al único custodio que había en el comercio. Mientras esto sucedía, un grupo de vecinos de un barrio pobre de Las Heras se concentró delante de otro local de la misma cadena de supermercados. El clima llegó a ponerse tan difícil que el cuerpo de Infantería de la policía provincial recibió la orden de acuartelarse en su totalidad, en prevención de incidentes.
Entretanto, en Avellaneda, unas 250 desocupados y piqueteros ocuparon un supermercado Carrefour en reclamo de alimentos. Después de tres horas de tensión, abandonaron el local luego de que los gerentes del comercio se comprometieran a entregarles comida para 500 personas. “Lo hemos conseguido a través del esfuerzo de la gente que está decidida a luchar para que haya una mesa digna. Esto sirve para paliar el hambre de un solo día pero la lucha continúa. A mayor ajuste, mayor piquete”, dijo uno de los piqueteros al finalizar la protesta.

 

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