Cada día, un poquito
más cerca. El cerco ya se está convirtiendo en combate franco
y abierto. Los comandantes mujaidines dicen que ya encontraron más
de 30 cadáveres de miembros de la organización Al Qaida,
de Osama bin Laden, en su avance hacia las cuevas de Tora Bora, donde
se supone que está el megaterrorista saudita. Desde la ex república
soviética de Georgia, el secretario de Defensa norteamericano,
Donald Rumsfeld, dijo que fuerzas especiales de su país ya están
dentro de las cuevas. Y en Kandahar, los marines desembarcados allí
están construyendo un centro de prisioneros para encerrar a los
miembros capturados de Al Qaida.
Las novedades se precipitan, pero también algunos se precipitan
a cantar victoria. El comandante afgano de la región de Tora Bora,
Mohammad Palawan, había dicho a principios del día que 300
milicianos de Al Qaida ya estaban entregándose, algo a lo que no
parece estar dispuesta la masa de combatientes (unos 1000, quizás
al mando del mismo Bin Laden) desde que comenzaron los bombardeos allí,
hace tres semanas. Pues bien, Palawan tuvo que decir al final de la jornada
que no hubo ninguna rendición. Sin embargo, según Rumsfeld,
unos 50 hombres de Bin Laden sí se rindieron anteayer a las fuerzas
norteamericanas y afganas.
El portavoz del comandante Hazrat Alí, uno de los jefes de la avanzada
mujaidín, dijo que entre las cuevas de Tora Bora fueron detenidas
cuatro personas que se utilizarán para negociar con radio con los
que aún quedan en las montañas para rendirse. Hazrat
Alí quiere negociaciones con los otros árabes que se han
retirado. Quiere que se rindan y los cuatro capturados serán usados
para conducir las negociaciones, añadió.
Mientras tanto, desde el aire, el fuego no cesa. La secuencia de ayer
fue la misma de los últimos días. Primero, lluvia de bombas
desde aviones cazas y bombarderos B-52. Por la noche, entraron en acción
los AC-130, aviones que disponen de cañones de 40mm (100 disparos
por minuto) y 105mm (de 6 a 10) y de ametralladoras de 25mm GAU-12 (1.800
balas por minuto). Según el diario Washington Times, las tropas
norteamericanas detectaron la voz de Bin Laden dando órdenes por
radio a los combatientes de Al Qaida en la zona de Tora Bora.
En Kandahar también hay movimiento. Los marines que habían
desembarcado allí antes de que cayera el último bastión
talibán están preparándose para recibir a los
prisioneros de Tora Bora y construyendo un espacio para entre 100 y 300
hombres en el aeropuerto de Kandahar, que está en manos de
fuerzas estadounidenses desde anteayer, según un funcionario que
pidió el anonimato. Ayer se reanudaron los vuelos de helicópteros
desde ese aeropuerto, tras una falsa alarma de ataque que obligó
a suspenderlos. Además, 19 expertos militares y civiles norteamericanos
llegaron en la madrugada de ayer a la ciudad para investigar la presencia
de armas nucleares, químicas y biológicas. Su llegada se
produce tras el descubrimiento de municiones con inscripciones extrañas,
documentación y correos electrónicos cerca del aeropuerto
de Kandahar.
Rumsfeld, que está de gira por la región del Cáucaso,
dijo que tenía esperanzas en que la captura de Bin Laden, vivo
o muerto, está próxima. El jefe del Pentágono estuvo
ayer en Azerbaiján, Armenia y Georgia. El Cáucaso es una
zona caliente en lo que a fundamentalismo islámico se refiere,
particularmente en Chechenia, república en la que Rusia libró
ya dos guerras desde 1994. Los guerrilleros islámicos chechenos
tienen estrechos vínculos con la red de Bin Laden.
DONDE
VA EL FUEGO NORTEAMERICANO
Próxima parada, Somalia
Por Javier del
Pino
Desde
Washington
Una delegación militar
de Estados Unidos ha mantenido encuentros en Somalia el pasado fin de
semana con señores de la guerra opuestos al frágil y caótico
gobierno de ese país. Las reuniones pretendían determinar
posibles objetivos antiterroristas para una hipotética campaña
militar de EE.UU. contra Somalia.
Aunque Bush insiste en que su guerra contra el terrorismo se ampliará
a otros países más allá de Afganistán, el
Departamento de Estado había descalificado la posibilidad de que
la campaña actual se extendiese a corto plazo hacia lugares como
Irak o Somalia. Sin embargo, los encuentros de este fin de semana ponen
a Somalia en el punto de mira del Pentágono.
Cinco militares de EE.UU. visitaron la ciudad de Baidoa, situada a 250
kilómetros al sur de la capital, Mogadiscio. Acompañados
por militares etíopes, la delegación estadounidense se reunió
con miembros del Ejército de Resistencia Rahanwein (RRA), uno de
los muchos grupos opuestos al régimen central.
El gobierno de EE.UU. cree que el desbarajuste político en el que
está metida Somalia proporcionaría a Osama bin Laden un
escondite perfecto.
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