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CON UN VETO EN LA ONU Y EL RETIRO PARCIAL DE UNA MEDIACION
Doble apoyo de EE.UU. para Sharon

Las represalias israelíes continuaban anoche después de dos signos de apoyo norteamericano a la represión de Sharon.

Un palestino toma
puntería contra tanques israelíes cubierto por neumáticos en llamas.

Estados Unidos dijo no a la intermediación de observadores en territorios palestinos. Con este paso, el gobierno de George Bush dio vía libre al primer ministro israelí Ariel Sharon, quien quiere demostrar que no le tiembla el pulso a la hora de cumplir con su advertencia de reprimir y detener a los activistas que Yasser Arafat no logre o no quiera acorralar. Asimismo, Washington convocó a su enviado en Medio Oriente, Anthony Zinni, para entrevistarse con Bush y el secretario de Estado Colin Powell, lo que sugiere al menos un replanteo por parte de los norteamericanos respecto de cómo llevar adelante la misión por la que Zinni fue en primer lugar: lograr el cese de fuego. Esto no solo no ocurrió desde su llegada a la región, sino que la escalada de violencia alcanzó un grado inesperado a la vez que es cada vez más cuestionada la autoridad de Arafat –quien se encuentra cercado por el ejército israelí en la ciudad cisjordana de Ramalá– como interlocutor válido del pueblo palestino. Las represalias israelíes continuaban ayer en Gaza y Cisjordania, mientras que por la noche Israel retiraba sus tropas de Beit Hanoun, donde detuvieron miembros del Hamas. Fuentes palestinas dijeron que más de 50 personas resultaron heridas, y un policía y tres adolescentes palestinos murieron. En Tulkarem, un palestino murió al estallar la carga explosiva que llevaba. No hubo heridos.
Estados Unidos usó su poder de veto por segunda vez este año contra una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que pide la presencia de observadores internacionales en territorios palestinos. De los 15 miembros del Consejo de Seguridad, 12 apoyaron la iniciativa, mientras que hubo dos abstenciones, de Gran Bretaña y Noruega. El embajador estadounidense ante la ONU, John Negroponte, sostuvo que la resolución pretendía “aislar políticamente a una de las partes del conflicto (Israel) al intentar echar el peso del Consejo sobre la otra”. A pesar que el documento subrayaba la importancia de la seguridad y el bienestar de los civiles en Oriente Medio y condenaba todos los actos de violencia y terrorismo con resultado de muertes y heridos entre civiles, tanto palestinos como israelíes, Washington lo rechazó porque “no aludía a los últimos atentados” palestinos. Israel celebró el veto norteamericano: Ranaan Gissin, portavoz de Sharon, calificó la decisión como un “voto de confianza y de apoyo para Israel”. Por su lado, el jefe de los negociadores palestinos, Saeb Erekat, calificó la sesión de ayer como “un día negro” para el Consejo de Seguridad de la ONU, mientras que el asesor de Arafat, Nabil Abu Rudeina, denunció ese veto considerando que alentaba a Israel a “continuar su escalada militar”.
En tanto, el Departamento de Estado norteamericano aseguró que el general Zinni regresará a la región tras su encuentro con Bush y Powell. Zinni, que había asegurado permanecer en Medio Oriente hasta conseguir el cese de fuego, nunca pensó que se iría tan pronto, con las manos vacías y con más de 40 israelíes muertos en ataques suicidas desde su llegada el 26 de noviembre. La escalada de violencia opacó sus esfuerzos por lograr el inicio de las conversaciones para un cese de fuego. Israelíes y palestinos dijeron confiar en que Zinni pueda regresar a la región para continuar su misión.
Desde Ramalá, donde Yasser Arafat está cercado por el ejército israelí desde el 3 de diciembre, responsables anunciaron que hoy pronunciará un “importante discurso”, con ocasión del Aid el Fitr, la fiesta que marca el fin del Ramadán. Asimismo, la Autoridad Palestina (AP) solicitó ayer una reunión ministerial extraordinaria de la Liga Arabe. Según un comunicado divulgado por la Liga Arabe, la necesidad de tratar “las continuas y cada vez más graves acciones militares israelíes contra el pueblo palestino” es la razón que empuja a los palestinos a solicitar la reunión. La principal incertidumbre es si el líder de la AP podrá salir de Cisjordania para asistir al Consejo o tendrá que ausentarse obligatoriamente, como le ocurrió el pasado lunes cuando Israel no le permitió viajar a Qatar.
En otro día de violencia, fuerzas israelíes mataron ayer a cuatro palestinos cuando tanques con tropas que buscaban extremistas islámicos irrumpieron en territorio controlado por los palestinos en Gaza. Más de 50 personas resultaron heridas durante la operación, en la que alrededor de 20 tanques llegaron hasta el centro de la población de Beit Hanoun, en el norte de la Franja de Gaza. Allí, cientos de jóvenes palestinos arrojaron piedras a los tanques, que hacia la noche habían empezado a salir de la ciudad. Trascendió que las tropas arrestaron a 10 miembros del grupo militante Hamas durante el asalto y destruyeron cuatro casas palestinas, además de tres posiciones de seguridad.

 

“La ocupación actual mata”

Las encuestas indican que una amplia mayoría de los israelíes aprueba las medidas del gobierno de Ariel Sharon para poner fin a los ataques de activistas palestinos. Pero “amplia mayoría” no significa “totalidad”. Ayer se hicieron oír las voces de quienes no acuerdan con la política del premier: grupos pacifistas que temen una reocupación de los territorios autónomos palestinos y árabes israelíes que no se sienten apoyados por el mundo árabe. Con una sentada simbólica frente a la residencia de Sharon en Jerusalén, alrededor de 200 pacifistas israelíes acusaron a su primer ministro de lanzar a Israel a una peligrosa escalada militar contra los palestinos. Los manifestantes, convocados por el movimiento Paz Ahora, enarbolaron pancartas con lemas como “la ocupación mata” y se expresaron a favor de la reanudación de las negociaciones con la Autoridad Palestina. En tanto, representantes de la comunidad árabe de Israel pidieron ayer a la comunidad internacional que garantice la protección de los palestinos en Cisjordania y en la franja de Gaza. Además de expresar su “decepción frente al silencio de los países árabes” ante el sufrimiento del pueblo palestino, decidieron enviar una delegación a Ramalá en solidaridad con Yasser Arafat.

 

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