Por
Laura Vales
En
la reserva ecológica los porteños hicieron cola para votar.
En Misiones un operativo especial llevó urnas hasta las poblaciones
metidas en la selva. En algunas zonas del sur del país, como la
pequeña localidad de El Hoyo, en Chubut, la votación terminó
antes de tiempo, cuando el habitante número 98 puso su boleta y
en el pueblo ya no quedó nadie sin votar. La Consulta del Frente
Nacional Contra la Pobreza avanzó en su tercer día con una
participación muy por encima de la esperada. Las proyecciones del
Frenapo indican que entre el viernes, el sábado y el domingo votaron
un millón novecientas mil personas. La Consulta termina hoy a las
seis de la tarde y la gran apuesta es a alcanzar los dos millones de electores.
Nos habíamos fijado un piso en cada lugar del país
y prácticamente en todos lados ese mínimo se está
superando, resumió anoche con los primeros datos en la mano
Víctor De Gennaro, secretario general de la CTA y uno de los fundadores
del Frenapo.
La votación consiste en decir sí o no a la creación
de tres instrumentos que en conjunto constituyen un salario de ciudadanía:
un seguro de empleo y formación de 380 pesos mensuales para cada
jefa o jefe de hogar desocupado, una asignación universal de 60
pesos por mes por cada hija o hijo de hasta 18 años y otra de 150
pesos para los mayores de 65 años que no perciban jubilación
ni pensión.
De acuerdo a los datos relevados hasta anoche por el Frente, los distritos
con más alto número de electores son la provincia de Buenos
Aires (578.828), la Capital Federal (186.683), Santa Fe (118.950) y Entre
Ríos (90.340). Los datos corresponden al 67 por ciento de las urnas
escrutadas, con un total de 1.345.703 votos en todo el país. La
proyección del número de electores para el 100 por ciento
de las urnas en estos tres primeros días de la Consulta es así
de 1.989.140 votos.
El balance final de la consulta se dará a conocer hoy, a las seis
de la tarde, en una conferencia de prensa en el local de Rivadavia 1944.
El domingo ofreció postales de todos los sectores sociales. En
la Capital Federal se vio votar a caras conocidas, algunas previsibles
como Mercedes Sosa o los actores Daniel Fanego y Raúl Rizzo; otras
que causaron cierto revuelo, como la jueza federal María Romilda
Servini de Cubría.
En los barrios más postergados de La Matanza, grupos de cartoneros
se organizaron para llevar la Consulta a sus vecinos, recorriendo calles
y pasillos de villas y asentamientos con la urna arriba de sus carros
tirados a caballo. Ocurrió en Villa San Antonio, en la zona de
altos de Laferrere y en el asentamiento El Tambo, según repasó
Luis DElía, de la Federación de Tierra y Vivienda.
Los piqueteros abrieron 337 urnas en todo el partido y caminaron barrios
(Villa Adriana, La Loma, Don Juan, Independencia, San Cayetano) para invitar
a votar a la gente casa por casa.
En Concordia, la ciudad con mayor índice de desocupación
de Entre Ríos, el padrón se fue completando mientras a unas
pocas cuadras se producía un nuevo saqueo a un supermercado.
Vale la pena contar cómo se originó el disturbio: El
viernes, los presidentes de 16 comisiones vecinales de las zonas más
pobres organizaron una jornada solidaria en la plaza para pedir donaciones
de alimentos para repartir en la Navidad, relató Beba Tribulatti,
integrante del Frenapo local. La convocatoria, sin embargo, no dio
resultado. Ocurre que los que tienen trabajo están sin cobrar y
entonces nadie puede dar mucho. Los saqueos empezaron después de
que en esos barrios se viera que el festival había sido un fracaso
y que no habría bolsas de Navidad. Los (viene de página
3) supermercados donde la gente entró para llevarse comida están
cerrados hace mucho tiempo y todo el mundo sabe que tienen mercadería
adentro.
El responsable de la Consulta en El Hoyo (Chubut), telefoneó a
la sede central del Frenapo el sábado:
Bueno ya está, listo, anoten los resultados anunció.
¿Cómo que ya está? se fastidiaron del
otro lado de la línea; la consulta termina el lunes, así
que traten de mantener las urnas hasta el final.
Es que no vale la pena se ufanó el chubutense.
Acá ya votó todo el pueblo. No quedó nadie sin participar.
Con la Consulta en la Argentina se usa por primera vez un mecanismo de
democracia directa por una iniciativa que no fue convocada desde el Gobierno.
Sin el respaldo del Poder Ejecutivo, sin el apoyo de las mayorías
en el Congreso y sin usar las maquinarias de los partidos políticos,
las mesas de votación se sostienen a pulmón, con el impulso
de los 60 mil militantes del Frente.
La falta de grandes aparatos partidarios se nota a simple vista y si bien
eso dificulta el proceso (ayer, por ejemplo, hubo menos mesas que el viernes
y el sábado), en todos los puntos que recorrió este diario
el detalle era rescatado como un dato positivo por los votantes, casi
sin excepción.
En general, la mayoría de los que se acercan conocen la propuesta,
apuntó en el centro de votación de la Costanera Sur Julio
Gambina, de Attac Argentina, pero los que no, quieren saber antes
de votar quiénes están detrás del Frenapo. Hay mucho
insulto hacia la clase política, la gente incluso se molesta al
saber que, aunque éste es un frente no partidario, algunos políticos
lo apoyan.
El Frenapo reúne organizaciones empresariales, universitarias,
de trabajadores, de derechos humanos, culturales. Lo integran también
intelectuales, artistas y por supuesto, políticos, como las diputadas
nacionales Elisa Carrió, Alicia Castro, Marcela Bordenave, Graciela
Ocaña y sus pares Alfredo Bravo, Jorge Rivas y Patricio Echegaray.
Entre los representantes de los organismos de derechos humanos está
la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto; el del Centro
de Estudios Legales y Sociales Horacio Verbitsky; el Premio Nobel de la
Paz Adolfo Pérez Esquivel. Por la Asamblea de Pequeños y
Medianos Empresarios, Francisco Dos Reis y Edgardo Form por el Instituto
Movilizador de Fondos Cooperativos.
Su planteo central es que el principal problema del país es la
desigual distribución de la riqueza que se produce. El Frenapo
sostiene que la pobreza es la consecuencia de la desocupación,
y que la desocupación se ha convertido en el instrumento de disciplinamiento
social más fuerte, tanto en lo político como en lo cultural
y económico.
Económicamente puntualizan porque la desocupación
sirve para sobreexplotar a los ocupados, en lo social porque fractura
a las familias y diluye a las organizaciones populares; en lo político,
porque ¿qué clase de ciudadanía es la que se ejerce
en un país con la mitad de la población viviendo por debajo
de la línea de pobreza? En lo cultural, finalmente, porque apela
al terror de aquel genocidio que fue la hiperinflación se continúe
con este genocidio que es la planificación de la desigualdad actual.
Los organizadores esperaban que la Consulta lograra un piso de un millón
de votantes. Ya lo duplicaron.
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