La
consulta popular llamada por el Frenapo es una convocatoria a todo
el espacio progresista. La propuesta constituye una innovación
trascendente en materia de lucha contra la pobreza y la exclusión.
No se trata de seguir multiplicando iniciativas parciales y fragmentadas
que normalmente están viciadas de clientelismo y favoritismos
políticos: el ingreso mínimo no es una dádiva
del Estado, es un presupuesto de la ciudadanía social, un
eje para la convivencia y la paz social en nuestro país.
De aprobarse la propuesta del Frenapo, nuestro país se integraría
efectivamente al grupo de países en los que se ha hecho operativo
el derecho a un ingreso mínimo capaz de garantizar una existencia
digna para todas las personas. Vivimos horas de muchas angustias
colectivas y de enormes incertidumbres. No hemos podido todavía
poner en marcha un proyecto de país justo e igualitario como
alternativa a la perspectiva del fundamentalismo de mercado que
nos ha llevado a una situación de inédita gravedad.
El territorio desde donde se construyen las propuestas alternativas
es el de la lucha política y social y no el de la pasividad
frente a políticas que se presentan a sí mismas como
fatalidades históricas. Es posible otra política económica
y social. Es posible otro país. Con esa consigna nació
y creció nuestra fuerza y ése es el rumbo que hay
que retomar. Con amplias alianzas. Con propuestas viables y orientadas
a los problemas principales como esta que plantea el Frenapo. Y
sobre todo con la participación popular que es punto de referencia
obligado para cualquier proyecto transformador. Es saludable que
este año duro y difícil para la sociedad argentina
termine con esta expresión de movilización que reúne
audacia y sentido político. La convocatoria del Frenapo atraviesa
las identidades políticas y supera cálculos partidistas.
Es un impulso que recorre transversalmente la sociedad: a los más
afectados por la crisis y a las personas sensibles y solidarias
que entienden la democracia como un modo de vivir civilizado y pacífico,
incompatible con los niveles de injusticia a los que hemos llegado.
Una vez más sindicatos, partidos populares y organizaciones
sociales convergen en un reclamo democrático, patriótico
y solidario. Es el augurio de un período que no será
sencillo pero no excluye avanzar a un país más justo.
*Pres. del bloque de senadores
bonaerenses del Frepaso.
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