Por
Mónica Gutiérrez
Desde Córdoba
Lo nuestro no es la verdad revelada, pero es la demostración
de que hay alternativas, definió ayer Abraham Gak al presentar
en Córdoba el Plan Fénix junto a economistas e investigadores
de la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA). La nota sobresaliente
del evento la dio el público, que desbordó las instalaciones
en la Ciudad Universitaria: cientos de estudiantes, profesionales y jubilados
escucharon desde afuera las propuestas y aprovecharon para votar en las
mesas del Frente Nacional contra la Pobreza, que se habían instalado
en los accesos. Una sobretasa impositiva a las 2800 empresas que más
facturan en el país, la reducción del impuesto a los consumos
básicos y la suspensión de las exenciones impositivas a
la actividad financiera son algunas de las medidas que promueven. Si
por un milagro mañana se tuviera que aplicar este plan, hay medidas
para aplicar mañana mismo, hacia dos o tres años y de acá
a una década, afirmó el economista Salvador Treber,
ex profesor de Domingo Cavallo, al criticar a la dirigencia que va detrás
de los hechos.
El Plan Fénix fue presentado en sociedad en setiembre cuando fue
puesto a consideración de empresarios y referentes sociales antes
de que se dieran los retoques finales a los documentos. Este fin de semana
en Córdoba, la convocatoria fue abierta y superó la capacidad
de la sala. Docentes y estudiantes de Economía ocuparon las primeras
filas, pero sorprendió la presencia de profesionales de otras disciplinas,
maestros, trabajadores y jubilados. Con aplausos y gritos, la gente compartió
las críticas al modelo económico y acompañó
las propuestas, lo que llevó a Keifman a expresar su emoción
por la respuesta a la convocatoria. Tengo la sensación de que aquí
hay una comunión de ideas, señaló.
El análisis de la coyuntura económica estuvo presente durante
todo el debate: Sabemos que las causas de esta situación
se deben a la aplicación de un modelo que se agotó y que
desde el 1º de diciembre no ha tenido mejor salida que violar sus
propias reglas, que consideraba inamovibles, sentenció Gak,
que opinó que los grandes exegetas de las funciones de los
mercados, cuando lo necesitan, recurren al Estado. Nosotros queremos que
el Estado trabaje para la sociedad, no para los intereses individuales,
en alusión a las medidas de restricción sobre los depósitos
bancarios.
Sabemos distinguir bien entre instrumentos y objetivos, afirmó
el economista, coordinador del trabajo de los más de 20 universitarios
que intervinieron en la realización del Plan. Gak recalcó
que no cuentan con el respaldo de ningún partido ni empresa para
elaborar la propuesta, que demandó un año de trabajo: Ninguna
multinacional nos abona ningún tipo de honorarios, como ocurre
con algunas consultoras, remarcó y fue interrumpido por un
estruendoso aplauso.
|