Por
Cristian Vitale
El
momento es clave para reinstalar el debate sobre la Nación. Pensando
en esto, Ernesto Jauretche ideó y puso en práctica la realización
de un documental, cuyo objetivo es el de recuperar precisamente la figura
de su tío Arturo, un personaje capital para comprender la historia
argentina del siglo XX. Jauretche sobrino, escritor y militante peronista
desde 1955, rescata la figura del autor de Los profetas del odio (1957)
y El medio pelo en la sociedad argentina (1966), entre otras obras, yendo
más allá del sublime escritor que fue Don Arturo. Ernesto
indaga en el Jauretche anarquista adolescente de los años 20,
el Jauretche activista de Forja y también en el Jauretche director
del Banco Provincia durante el primer peronismo. Mi tío no
sólo fue escritor, también fue funcionario y guerrillero.
En la Revolución de Paso de los Libres vio morir a sus compañeros
y puso bombas. Durante la dictadura de Uriburu, la casa de Homero Manzi,
su íntimo amigo, era un cuartel general donde se guardaban armas
para resistir la dictadura. La idea de este documental es precisamente
encontrar la coherencia en un hombre que siempre pensó que la gran
traba de esta Nación estaba en la colonización pedagógica,
grafica.
El documental, que Ernesto codirige con Gerardo Vallejos, estará
listo para el 25 de mayo del 2002, cuando se cumplan 28 años de
la muerte de Don Arturo. Hoy, el proyecto está en la etapa de registro
documental. Tenemos material nuevo de fotos de Jauretche y su época,
y hay material audiovisual nunca registrado. Recibimos mucho apoyo: Sabat
nos regaló sus caricaturas, tenemos comics de Inodoro Pereyra,
colaboraron Alejandro Dolina, Norberto Galasso, Aníbal Ford, Arturo
Peñalillo (editor de los libros de Jauretche), intelectuales nacionales
y militantes populares. Todo el mundo quiere tener que ver, porque saben
que levantar a Jauretche es levantar una idea que hace falta se
entusiasma Ernesto, que piensa titular el documental con un slogan de
Forja: Patria, pan y poder al pueblo.
¿Cómo sintetizaría el objetivo de este proyecto?
La idea tiende a conectar el pasado con el futuro. A enganchar un
eslabón que una las luchas del pueblo argentino que desarrollaron
hasta la dictadura del 76 con el proceso de liberación nacional
y social que se avecina. Creo que este pueblo aún tiene capacidad
para sacarse al liberalismo de encima, pese a la creación de un
clima de derrota generado a través de los medios. El objetivo de
la desinformación es desprestigiar la política, la única
herramienta que tenemos los pobres para cambiar la realidad. Está
claro que tenemos la necesidad de recrear la política, pero nuestra
enemiga no es ella, sino ciertos políticos traidores que penetran
en los partidos mayoritarios para provocar este caos.
Muchos jóvenes se enteraron de la existencia de Jauretche
a través de la canción de Los Piojos San Jauretche.
En el recital de Atlanta la corearon 30 mil personas...
Los Piojos van acordes a nuestro objetivo. Ellos expresan la frescura
de una juventud que está buscando su camino. Muchas de sus canciones
están referidas al mundo del presente, pero también están
llenas de utopías y proyectos. Son actores principales de este
documental.
¿Cómo está estructurado temporalmente el documental?
Hay una primera etapa que muestra al Jauretche rural, el que nace
en Lincoln, un mocoso muy curioso que encuentra una gran contradicción
entre la pobreza de la vida en el campo y la clase media alta a la que
pertenece. Su madre era directora de escuela y su padre, empleado de correo.
Pero sus amistades no son las de su clase, sino el paisanito o el hijo
del peón. Así aprende desde cazar ranas hasta saber la hora
del día por la posición del sol, conocimientos propios de
un atorrante que se junta con los pibes de pueblo. Eso le generó
una colisión con sus compañeros de colegio. Pero Arturo
era un chico prodigio que a los 3 añosleía y los 12 leía
a Nietzsche, los filósofos alemanes y casi toda la literatura anarquista
de la época. Jauretche tiene una fuerte base anarquista en su formación
intelectual, que le dura hasta que llega a Buenos Aires y se encuentra
con Homero Manzi.
Aquí empezaría la segunda parte.
En la que conoce a Manzi y, a través del hermano mayor de
éste, conoce a Hipólito Yrigoyen. El viejo los recibe y,
tras algunas charlas, conquista su corazón. Arturo se afilia al
radicalismo y realiza la campaña electoral de 1928. La segunda
parte del documental es la del Jauretche militante político de
partido: su lucha interna en la UCR y la creación de Forja, que
se convierte en el faro intelectual de los sectores marginados de una
política dominada por conservadores e ingleses corruptos. Jauretche
participa en esta resistencia con clara amplitud de criterios. Abelardo
Ramos decía de él: No sólo es el más
lúcido de las expresiones de la burguesía nacional, sino
la única. De hecho, está tan vinculado a Gelbard como
al movimiento obrero en ascenso. No se le ocurría el socialismo
porque, entre otras cosas, el Partido Comunista era muy canalla en esa
época. Esta segunda etapa culmina con la victoria de sus ideas
en el 45, cuando se disuelve Forja y se incorpora al peronismo.
Deja la militancia y asume como director del Banco Provincia.
Alejandro Dolina opina que aquel papel de Jauretche al frente del
Banco Provincia es clave para entender que los intelectuales también
pueden desarrollar tareas ejecutivas.
Mi tío desarrolló una tarea rica y creativa por fuera
del imperativo partidista, y provocó una revolución financiera
que influyó en Miranda, primer ministro de Economía de Perón.
Ambos desarrollaron una banca autónoma, capaz de ser motor del
crédito. Jauretche fue un importante renovador de la teoría
financiera, desde una concepción de país sobre la cual decía
que no importaba la técnica en sí, sino al servicio de quien
se la pone. El no se identificaba como liberal, ni como dirigista ni socialista.
Hizo lo que hacía falta. Utilizó las herramientas que le
daba la banca al servicio de un proyecto político. Allí
comienza la última parte del documental, que llega hasta 1955,
cuando Jauretche ya es un hombre maduro. En 1955, esa experiencia de relación
con los peones y de militancia radical, más su papel dentro del
peronismo, lo convierten en un escritor lúcido, que reflexiona
críticamente sobre la realidad argentina.
Algo llamativo en su obra es que registra un solo libro antes de
1955, Paso de los libres (1933) y recién después
de la Revolución del 55 comienza a escribir sus obras más
importantes...
Mi tío publicó Paso de los libres que, dicho
sea de paso, tiene el prólogo que Borges niega aduciendo que nunca
había tenido amigos peronistas, porque siente la necesidad
de hacerlo, sin ser escritor aún. En 1968, y aquí quería
llegar, produce el Manual de zonceras argentinas, que sirve para cerrar
el documental con una coherencia de pensamiento fortísima. Este
es el eje de todo el pensamiento jauretcheano, que se expresa en esta
tercera parte del documental: su lucha contra la colonización pedagógica,
que excede su producción como escritor.
En esa tercera parte se involucra usted como joven militante de
la Juventud Peronista, ¿cuál es la recuperación que
hace la JP de la herencia del Movimiento Nacional y Popular, aquel de
las Montoneras del siglo XIX, los revisionistas, las luchas radicales
o la obra solitaria de Marechal?
La crítica a la historia oficial es esencial a la construcción
del pensamiento de la juventud que después se manifiesta en los
70, cuya visión de la historia iba en contra de la mitrista-liberal.
Al hacer la revisión de la historia, los revisionistas nos dan
la posibilidad de legitimar nuestra lucha. Ya no estamos construyendo
un país nuevo, sino que es el mismo país que construyeron
otros y que la historia oficial niega, miente y oculta. Así empezamos
a rescatar a los caudillosfederales, a Facundo Quiroga, Artigas y al San
Martín revolucionario que levanta a las masas gauchas y libera
a los esclavos. Aprender esto fue muy formativo, porque nos sentimos un
eslabón en esta lucha por la construcción de un país
justo y libre, del cual el radicalismo había sido un paso y el
peronismo otro. Estábamos más allá de los nacionalistas,
que aspiraban a construir una Nación grande sobre la base de la
explotación de los peones rurales. Esto es muy jauretcheano para
nosotros, es su legado.
¿Cuál es el mensaje que Jauretche les dejó
antes de morir en 1974?
Nos advirtió de ciertos errores. Nos dijo que lo del socialismo
nacional está bien y que es un paso superior al peronismo, pero
siempre y cuando lo planteemos como un proyecto que una a todas las clases.
Siempre nos dijo que no es la ideología lo que hace crecer o no
a un país, sino la concepción de unidad nacional. Jauretche
está por encima de las fracciones de clase. Siempre pensó
que la lucha ideológica no servía demasiado.
¿Cómo definiría a su tío?
Era un hombre que aspiraba al conocimiento universal. Sabía
mucho de matemática, de biología al mismo tiempo que un
lector fanático de la literatura latinoamericana, poeta y abogado.
Era un hombre de una generosidad absoluta: conozco pocos intelectuales
que den a sus discípulos todo su conocimiento sin reservarse nada.
El lo hacía, quería formar gente que discutiera con él.
Y podía ser amigo tanto de un trotskista como Abelardo Ramos, como
de Castellani, un nacionalista clerical. Nunca perdió sus amigos
en el ámbito de la cultura: los pintores, los tangueros, con los
que perdía muchas noches de café. Se relacionaba con el
atorrante que tocaba la guitarra y con el más alto académico.
Muchas veces dijo que no le gustaba que lo identificaran como intelectual...
No le gustaba que lo compararan con el arquetipo de intelectual
de la Argentina, que se creaba para ser usado a través de los medios
con el fin de imponer determinado proyecto político. Además,
como era un peronista definido, tenía conflictos con la intelectualidad
pequeño burguesa, unitaria y liberal.
¿Hasta cuándo duraron sus buenas relaciones con el
peronismo?
En 1952 el peronismo incorporó alguna teorías ortodoxas
de la economía. Y Jauretche se opuso, porque era un defensor de
inflación como motor de desarrollo. Rompió con Gómez
Morales el ministro que reemplazó a Miranda y se fue
sin peleas ni críticas. Se fue a jugar al ajedrez en una peña
de Forjistas alejados de las estructuras que gobiernan, hasta que el peronismo
empieza a confundir los términos, cuando cree que el Partido Peronista
es el Movimiento Nacional y empieza a hacer algunas críticas. El
dice que el Movimiento Nacional es mucho más amplio que el peronismo.
Si Perón insiste en convertir a su partido en el Partido de la
Nación, la Nación no lo va a acompañar. A mi tío
le satisfacía mucho la dimensión de la democracia social
del peronismo, pero decía que, para llevar adelante un enfrentamiento
frontal con EE.UU., tenía que apoyarlo todo el país. Se
juntó con otros disidentes, como John William Cooke, y trató
de convencer a Perón para que se comunique con otros sectores.
En eso lo sorprenden los bombardeos del 9 de junio y los enfrentamientos
con la Iglesia.
¿Cuál es la posición de su tío frente
al conflicto entre el peronismo y la Iglesia?
Disiente y no porque esté a favor de la Iglesia era
agnóstico, sino porque cree que ganarse un enemigo más
en ese momento era políticamente incorrecto. Así lo pescó
el golpe del 55 en tierra de nadie, fuera del peronismo oficial
y de la oposición. Son momentos en los cuales Argentina sufre un
terrible bloqueo económico por parte de los Estados Unidos, muy
parecido al que vive Cuba, pero que aún tenía la posibilidad
de salvarse desde adentro, porque se habían creado las estructuras
capaces de producir aviones, autos, combustible, energía,alimentos,
pese a la corrupción interna. El golpe del 55 quería
destruir esa independencia.
¿Se puede especular con que aquel momento es el origen del
proyecto liberal que se implementó con toda la fuerza en las últimas
dos décadas?
Así lo vemos nosotros. De a poco tenemos que ir recuperando
esa posibilidad de autodeterminación. Y este documental nos va
a aclarar algunas cosas.
Aquel
pensador peronista
Opina
Alejandro Dolina, uno de los participantes del documental:
¿Cuál es su visión de Jauretche?
Hay que considerarlo como un mentor ideológico de la
sociedad argentina, acaso de los más importantes, incluso
por razones artísticas. El y muchos otros eran como faros
en la sociedad, y su estatura se advierte mucho más ahora,
cuando no existen aquellas figuras. Los que vinieron a reemplazar
esa función, y no siempre ventajosamente, son las figuras
de los medios, que tienen por costumbre hacer públicas sus
preocupaciones sociales ocupando el lugar de aquellos maestros.
En el caso de Don Arturo hay un ejercicio artístico que da
forma a su pensamiento: es dueño de una prosa muy graciosa,
que trabaja mucho con el humor o el ridículo, y con otros
procedimientos que generalmente son usados por los escritores de
ficción, que han sido desdeñados por los pensadores
políticos que filosofan acerca de nuestra realidad.
El documental no solo muestra esta faceta satírica
del Jauretche escritor, sino que también indaga acerca de
toda su actividad política militante y su acción como
director del Banco Provincia.
Su actitud en el Banco Provincia desmiente algo que suele
ocurrir con los pensadores laterales de la política, que
es que en general parecen no tener vocación de poder sino
más bien una vocación crítica. Esto suele ocurrir
en nuestros días, en los cuales muchas figuras mediáticas
más que vocación de hacer tienen vocación de
crítica y denuncia. Suele tenerse la idea de que el peronismo
es una colección de ideas que vienen a ser recogidas por
personas sentimentales, que peronismo y pensamiento son cosas que
se oponen. Yo creo que ése es un prejuicio que aflige a la
política argentina. Y Jauretche es la demostración
de que eso es un prejuicio, porque era un pensador muy agudo y poseía
un corpus de pensamiento interesantísimo, de modo que es
el prototipo de algo que muchos han pensado que no existe: el pensador
peronista, cuyas opiniones van a contrapelo de la historia que se
enseñó en los colegios y se informó en los
medios, fue neutralizado por la opinión oficial de la literatura
argentina. Muchas figuras fueron ensombrecidas en el terreno artístico
por sus opiniones políticas, y lamentablemente en esa tarea
de calumnias han estado personas que uno admira como Borges. Es
hora de abandonar ciertos odios de entrecasa que no conducen a nada.
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