Después
de los saqueos del fin de semana, la situación es cada vez más
frágil en Concordia, Rosario y Mendoza, pero la novedad más
importante es que los conflictos por la falta de alimentos llegaron al
Gran Buenos Aires. Grupos de desocupados se concentraron frente a los
supermercados Auchán, Makro, Vital y Carrefour de Quilmes, y las
protestas sólo se desactivaron mediante promesas de envío
de comida y el pago de planes Trabajar. Mientras tanto, el Ministerio
de Desarrollo Social dispuso enviar 200 mil kilos de comida para las zonas
en conflicto, apostando a enfriar los ánimos.
En Concordia, escenario de copamiento de negocios durante los últimos
días, dos mil personas se instalaron en la playa de estacionamiento
del supermercado Norte. La tensión sólo comenzó a
aflojar cuando el director de Asistencia Social provincial, Héctor
Londra, informó que 8 mil familias de la ciudad recibirán
ayuda del gobierno entrerriano.
En Mendoza, los saqueos se evitaron a duras penas. En la capital provincial
y en las localidades de Las Heras y Guaymallén, la policía
frustró los intentos de distintos grupos que intentaron ingresar
a los supermercados. Según fuentes policiales, hubo 15 personas
detenidas por estos hechos, entre los cuales están dos militantes
peronistas vinculados a un concejal de esa fuerza. En Salta, donde muchos
recuerdan los piquetes de Tartagal y General Mosconi, se redobló
la presencia policial en los supermercados de la capital, y en Rosario
los pedidos fueron reprimidos a balazos (ver aparte).
El Ministerio de Seguridad bonaerense aseguraba manejar un informe de
inteligencia que advertía que se iban a multiplicar los reclamos
por alimentos. El fantasma de los saqueos asusta al Gobierno nacional,
porque le recuerda los últimos meses de Raúl Alfonsín
en 1989, pero también a Carlos Ruckauf. Además del informe
que posee el ministro Juan José Alvarez, el vicegobernador Felipe
Solá negocia con los hipermercados la distribución de bolsas
de comida junto a la Corriente Clasista Combativa (CCC), para ahuyentar
posibles desbordes. Sin embargo, el problema se presenta con aquellos
pobres no encuadrados en esa organización.
Precisamente ayer fue la Coordinadora de Trabajadores Desocupados (CTD)
Aníbal Verón la protagonista de la protesta en Quilmes,
ciudad gobernada por el aliancista Fernando Geronés. Unas dos mil
personas exigieron comida frente al supermercado Auchán. Luego
fueron al Carrefour de la Avenida Calchaquí, en donde permanecieron
hasta el atardecer. La CTD es un grupo mucho más intransigente
que la CCC y que la Federación de Tierra y Vivienda que conduce
Luis DElía, a quienes aquella acusa de ser una burocracia
piquetera.
En Quilmes, recién cerca de las 20 una asamblea de los desocupados
decidió aceptar la propuesta tripartita hecha por la Nación,
el gobierno bonaerense y los supermercados: que se distribuyan entre los
manifestantes 3 mil bolsones de alimentos frescos de 20 kilos cada uno,
y que el viernes se salden los pagos adeudados por los planes Trabajar.
Es una situación gravísima la que se vive por la situación
económica, por la recesión, en resumen, por el estado de
necesidades básicas que no están satisfechas, dijo
el sacerdote y dirigente de la CTD Alberto Spagnolo. Hace seis meses
que venimos reclamando alimentos y no tenemos respuestas a los reclamos;
seguimos sin un plan alimentario en serio, agregó.
Pero el tema no está cerrado. Si no se cumple con lo acordado,
el miércoles estaremos con el plan de lucha nuevamente en la calle,
señaló Spagnolo, y advirtió que si el Gobierno
y la clase política siguen sin oír los reclamos de los pobres
y los desocupados, desgraciadamente, estamos yendo hacia estallidos sociales
mucho más graves aún antes de fin de año.
En el Carrefour de Avellaneda, un distrito donde es intendente el frepasista
Oscar Laborde, cerraron sus puertas a las 18, ante la presenciade grupos
de desocupados que también pedían comida. Al levantarse
la protesta en Quilmes, ellos hicieron lo mismo.
Es muy difícil que tanto la provincia como la Nación
cumplan con lo que pedimos, asumía un colaborador de la CTD.
Por lo tanto, lo más probable es que el miércoles
volvamos a reclamar, decía, en sintonía con Spagnolo.
Por su parte, el Gobierno nacional observa con creciente preocupación
el encadenamiento de protestas. Saben que las deudas que todavía
mantiene con las provincias es uno de los causantes del problema. Ante
ese panorama, el Ejecutivo apuesta a que el envío de comida y la
regularización de los pagos de los planes Trabajar puedan descomprimir
la situación. Además, confían en que la decisión
de Domingo Cavallo de permitir extraer 500 pesos más de las cuentas
bancarias de sueldos inyecte efectivo y se calmen algo los ánimos.
Con los saqueos del fin de semana dando vueltas en el ambiente, el Gobierno
apostó a la promesa de enviar alimentos a las provincias en conflicto
a través del Desarrollo Social. Según informaron en esa
cartera, Sartor dispuso mandar 200 mil kilos de comida a Santa Fe, Entre
Ríos y Mendoza. Precisamente ayer el ministro estuvo reunido por
la tarde con el gobernador mendocino, Roberto Iglesias, mantuvo contactos
telefónicos con el mandatario entrerriano Sergio Montiel, y hoy
tiene previsto recibir al mediodía al santafesino Carlos Reutemann.
El ministro de Trabajo, José Dumón, había revelado
que las instrucciones de Fernando de la Rúa son colaborar
codo a codo con las provincias que tienen problemas.
Una
misteriosa presencia militar
Los
saqueos del último fin de semana, y los pedidos de alimentos
en el Gran Buenos Aires, ya inquietaron a los supermercadistas.
Los máximos directivos de la Cámara Argentina de Supermercados
y de la Federación Argentina de Supermercados se reunieron
ayer, y según dejaron trascender mostraron su preocupación
ante el cuadro en todo el país. Hoy tratarán de tomar
una postura unificada para hacer frente a los reclamos, que, calculan,
se extenderán en estos días previos a las Fiestas.
En Rosario, Página/12 estableció que la salida fue
la integración de un comité de crisis con representantes
del gobierno nacional, provincial y municipal; miembros de las fuerzas
de seguridad, de Cáritas y otras instituciones intermedias,
además de propietarios de supermercados. Inexplicablemente
participaron oficiales del Segundo Cuerpo de Ejército, que
no cumple ninguna función de seguridad interna. Al hablar
del resto de los participantes, el intendente Hermes Binner destacó
la conformación del comité de crisis porque es
una demostración de la actitud madura que tienen las entidades
representativas de la ciudad para abordar el problema de acuerdo
a la magnitud de la realidad. En conjunto hemos decidido aportar
a todos estos sectores que hoy están padeciendo las mayores
consecuencias de este sistema económico. Por eso apelamos
a todas las instituciones sociales porque tenemos que respetar el
padrón único de beneficiarios. Hay un acuerdo con
los supermercadistas para que ellos no entreguen la ayuda alimentaria
en forma individual y sí lo hagan en forma solidaria a través
de los canales ya establecidos en la red junto a las instituciones
sociales.
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RESULTADO
EN ROSARIO POR UN RECLAMO DE ALIMENTOS
Balas,
tiros, piedras y un perro
Por
José Maggi
Desde Rosario
Un
reclamo barrial por entrega de alimentos en Empalme Graneros provocó
ayer una brutal represión policial. Los episodios ocurrieron a
las 16 en Avenida de la Travesía y Génova cuando alrededor
de un centenar de vecinos de un asentamiento cercano quemaron cubiertas
y cortaron el
tránsito. Los manifestantes, que se habían congregado a
las 11 ante una supuesta promesa de entrega de bolsones, terminaron reprimidos
ferozmente por las fuerzas policiales, quienes dispararon sus armas con
cartuchos antitumulto y gases lacrimógenos. De la refriega resultaron
gran cantidad de heridos por balas de goma, uno de ellos con 22 impactos
en su cuerpo, y tres policías lesionados por piedras, uno de los
cuales además fue mordido por un perro.
El delegado del Ministerio de Gobierno de Santa Fe, Osvaldo Turco, llegó
hasta el lugar y adelantó que informó al ministro sobre
lo que definió como excesos. Y con brutal sinceridad
le dijo a Página/12 que estaba allí para evitar que
caguen a palos a la gente. Merced a su intermediación, pasadas
las 18 llegaron camiones con 200 cajas de alimentos de Promoción
Comunitaria provincial, y otras 250 de la Secretaría de Promoción
Social de la Municipalidad.
En rigor la protesta había comenzado el viernes cuando un número
similar de personas cortó el tránsito en la misma esquina,
para reclamar bolsones de alimentos. Pero en aquella oportunidad la protesta
no tuvo mayores resultados.
La gente se agolpó ayer nuevamente antes del mediodía, ante
una supuesta promesa de entrega, y los ánimos se fueron caldeando
con el correr de las horas. A las 16, cuando el choque cuerpo a cuerpo
aparecía inevitable, todo se desmadró de golpe. Primero
fue un disparo al aire, pero los restantes fueron directo al cuerpo. Los
efectivos hicieron velozmente más de cien metros por Travesía
persiguiendo mujeres, niños y adolescentes que corrían en
dirección al caserío de chapas. Los más osados respondieron
recogiendo piedras en su camino, que lanzaban a sus perseguidores. Pero
cuando las mujeres llegaron a los pasillos de la villa buscando resguardo,
comenzaron a escucharse disparos de armas de fuego. El sonido puso en
jaque a los efectivos, que siguieron corriendo con gran velocidad pero
en dirección contraria, tratando de parapetarse en una construcción
cercana en medio de la avenida. Una camioneta ubicada a unos cien metros
de frente al tiroteo terminó con dos impactos en su carrocería.
En medio de la revuelta, tres policías debieron ser auxiliados
por sus pares, lesionados por la pedrada. Pero uno de ellos se llevó
la peor parte. Cuando era arrastrado por sus compañeros para recibir
asistencia, un perro se prendió de su pantorrilla, que no soltó
por largo rato a pesar del esfuerzo de la víctima.
Desde el otro lado se contabilizó una veintena de heridos por los
perdigones de goma. Uno de ellos es Pablo, de 31 años, quien habita
una vivienda en Juan José Paso y las vías. Un policía
me pegó un tiro en la nuca con la escopeta y después me
disparó de cerca, a menos de medio metro, tres o cuatro tiros con
el arma, dijo. Lo acompañaba Carlos Mieres, miembro de una
cooperativa de cartoneros ubicada en Carrasco 2075, que el último
viernes organizó una protesta frente al Palacio de los Leones.
Estamos moviéndonos por las cajas porque no queremos salir
a saquear ni nada eso, porque sino puede pasar esto. Otro dato que
revela la dimensión de la crisis es que de las 70 cajas logradas
tras la marcha de protesta, solo veinte llegaron a manos de los cirujas,
porque había gente desocupada que esperó el camión
y se llevaron el resto, reveló Mieres.
Luego de la feroz represión se hizo presente Osvaldo Turco, delegado
del ministro Lorenzo Domínguez en Rosario. El funcionario tuvo
que escuchar los reclamos a viva voz de las mujeres que habían
sufrido losimpactos de perdigones en su cuerpo, y los efectos de los gases
lacrimógenos. También plantearon la libertad de dos jóvenes
detenidos durante la revuelta.
Una hora después llegaron los bolsones de comida, de la provincia
y la municipalidad. Fueron 250 cajas, que forman parte de las 20 mil que
se comprometieron a donar empresas privadas de Rosario.
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