Gustavo
Costas está viviendo una situación particular. Mientras
se desempeña como entrenador del Guaraní de Paraguay y busca
la clasificación para la Copa Libertadores, vive a la distancia
como cualquier hincha la posibilidad de que Racing obtenga un título
después de 35 años. Tras haber sido mascota del equipo
de José en 1966, jugador durante más de diez años
y entrenador en medio de la quiebra, Costas asegura con toda autoridad
que el título de Racing sólo puede llegar después
de sufrir mucho.
Para Costas, por la historia de Racing no se podía suponer una
consagración diferente de la que se puede dar el domingo ante Vélez.
La verdad es que no se podía dar de otra manera. En Racing
siempre se sufre. Lo único que espero es que se pueda dar y confío
en que así sucederá, comentó Costas a la agencia
Télam desde Paraguay. En cuanto al aspecto futbolístico,
el ex defensor reconoció las limitaciones del equipo, pero recalcó
la actitud que muestran todos sus integrantes. Este Racing quizás
no es vistoso, pero dentro del campo son todos solidarios. Este es un
equipo fuerte, compacto, que nunca da el partido por perdido y al que
sin dudas es muy difícil ganarle.
Más allá de su responsabilidad profesional con Guaraní,
como hincha admite que vivió con mucha atención la progresión
del conjunto de Reinaldo Merlo. La verdad es que seguí con
mucho entusiasmo la campaña de Racing, el problema era que a veces
se daba la coincidencia de que jugábamos a la misma hora, y cuando
había diferencias lo escuchaba por radio. Igual acá se ve
todo por televisión y si no, me llamaba mi viejo o mi hermano para
contarme, aseguró Costas, que prometió estar en Liniers
el próximo domingo. El viernes jugamos el último partido,
esperemos que salga todo bien y el sábado a la mañana vuelvo
a Buenos Aires. ¿Si el domingo voy a ir a la cancha? Contesto con
una pregunta: ¿A qué hora se abren las puertas en
Vélez?, señaló.
Para Costas, el partido con Vélez del próximo domingo Racing
debe ganarlo por tres goles de diferencia, aunque aclaró
que más que nada es un ruego para que de una buena vez se
ponga fin a tanto sufrimiento. Por eso le brinda un consejo a los
jugadores: Los muchachos tendrán que pedirle al árbitro
que lo termine cuanto antes para poder festejar, porque hace 35 años
que toda la gente de Racing espera por una alegría, dijo.
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