Por Karina Micheletto

La música, se sabe, sólo se puede escribir recurriendo a aproximaciones convencionales. ¿Cómo se expresa en una partitura “a lo Troilo” o “con el legado de Di Sarli”? Al lenguaje escrito se le escapan cuestiones esenciales, por más esfuerzos que haga. Esta imposibilidad original fue particularmente nociva para el tango: con la desaparición de las orquestas típicas, corrieron riesgo de desaparecer también formas enteras de hacer tango. Las orquestas, los ensayos y el escenario ya no estaban para transmitir esa “mugre sagrada” de la que hablaba Troilo: maneras de expresión, acentos, apoyaturas, matices, yeites, formas de marcar el ritmo que nunca podrán ser encerrados en un papel. Para recuperar este ámbito natural de aprendizaje de los yeites del género, el año pasado nació la Orquesta Escuela de Tango, dirigida por Emilio Balcarce y con directores invitados como Horacio Salgán, Atilio Stampone, Leopoldo Federico, Néstor Marconi, José Libertella, Julián Plaza y Raúl Garello, entre otros.
El contrabajista Ignacio Varchausky, integrante del grupo El Arranque, fue quien acercó la idea a la Secretaría de Cultura de la Ciudad: crear una orquesta escuela en la que músicos profesionales pudieran aprender los estilos de las diferentes orquestas históricas. Ahora, ya egresó la primera camada de estos músicos formados, y el miércoles pasado se festejó la graduación en la Casa de la Cultura, en el marco de la Semana del Tango que presentó shows gratuitos de, entre otros, la Orquesta Juan de Dios Filiberto dirigida por Néstor Marconi y Atilio Stampone, la Orquesta Sans Souci y la Banda Sinfónica de la Ciudad de Buenos Aires (dirigida por Mario De Rose). Los recién graduados también actuaron el domingo en el anfiteatro del Parque Centenario, donde mostraron el material de su primer disco, Contrapunto. Pero, además, la orquesta produce grabaciones y material de lectura para los músicos, y planea llegar a las escuelas con una serie de materiales didácticos.
La elección del director de la orquesta no es para nada casual: compositor, arreglador, violinista y bandoneonista, Balcarce es una figura clave de la gran época del tango. Integró y arregló las orquestas de Aníbal Troilo, Osvaldo Pugliese, Alfredo Gobbi y Leopoldo Federico, entre otras, y es autor de tangos como “La bordona”, “Bien compadre” y “Sideral”. A los 83 años, Balcarce habla de su música con una vitalidad y entusiasmo que contagian. “Cuando llegaron, estos muchachos sólo trataban de imitar a Piazzolla”, se preocupa el director. “Era lógico, porque las otras líneas más típicas, que no pudieron tener su evolución, fueron siendo apartadas. Pero si queremos que el tango siga hacia adelante, no podemos dejar que se mueran los estilos más populares”, subraya en diálogo con Página/12.
–¿Cree que puede hablarse de un tango actual?
–El tango va a ser actual en la medida que los jóvenes capacitados asimilen lo que ocurrió con nuestro tango hasta los años 60. Una vez que hayan incorporado las raíces de nuestra cultura tanguística, ellos son los que van a decir cómo es nuestro tango moderno. Mientras tanto, lo que hay ahora es la continuación de una sola línea que es la de Piazzolla. Las otras orquestas, que en su momento pusieron al tango en un lugar destacado, no pudieron seguir desarrollándose después de los ’60, cuando la música empezó a estar regida por un mercantilismo internacional que decía que lo que tenía que ser era el Club del Clan. Entonces comenzaron a achicarse los conjuntos hasta encerrarse en casas como Caño 14 o Michelangelo, y todos esos lugares que hoy están pensando el tango sólo para el turismo.
–¿Cree que es posible remontar el camino perdido, o hay que aceptar que hubo una pérdida y seguir adelante partiendo de esa realidad?
–Aquello que forma parte de la cultura de un pueblo no se pierde tan fácilmente. Por esa razón básica el tango no va a desaparecer. Si tuvo su momento de parate fue porque lo abandonamos, lo dejamos librado a su suerte. Ahora, si conseguimos que los muchachos jóvenes continúen el camino que quedó cortado en esa época, el tango va a seguir evolucionando. Es una música excepcional, tiene un sabor único original, una formación única original, y mucho sentimiento. ¿Cómo podría perderse?

DIVIDIDOS DEBIO CANCELAR UN SHOW
Contra la crisis del siglo

La profunda crisis económica sigue rebotando en la industria del espectáculo, afectando incluso a artistas que suelen exhibir poder de convocatoria aun en circunstancias graves. Así, Divididos debió cancelar el primero de los dos shows que tenía programados para este fin de semana en el local porteño El Teatro (Federico Lacroze y Thames). En un comunicado dado a conocer ayer, Ricardo Mollo, Diego Arnedo y Jorge Araujo declaran que “debido a las medidas económicas recientes, de público conocimiento, y ante la falta de efectivo que afecta no solo al público de Divididos sino a todos los argentinos, nos vemos obligados a levantar la fecha del viernes”. Así, el trío de Hurlingham solo tocará el sábado a las 22 (puntual), fecha para la cual serán válidas las entradas del viernes. Tras la salida de Narigón del siglo (yo te dejo perfumado en la esquina para siempre), el año pasado, el grupo llegó a agotar cuatro funciones en el Luna Park en solo tres meses, una marca que hoy parece una tarea imposible.

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