Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
KIOSCO12


DETUVIERON A OTRA BANDA POR LA MUERTE DE LECUNA
El turno de “Cara de Goma”

Tras el fallido anterior, ayer hubo un nuevo grupo de cinco ladrones de taxis apresados por el caso del marido de Georgina Barbarossa. Para los investigadores, esta vez no hay errores.

Miguel Angel �El Vasco� Lecuna, Georgina Barbarossa y los dos hijos, en una foto familiar.

Por Cristian Alarcón

Esta vez, parece, están convencidos de que sí agarraron a los asesinos de Miguel Angel Lecuna. Ayer, en operativos en diferentes puntos del Gran Buenos Aires, cayeron, a pesar de que anduvieron escapando durante horas, cinco ladrones que se dedicarían hace un tiempo a robar con pésimos modales a los pasajeros de taxis. De pintorescos sobrenombres –como los anteriores “asmáticos”–, Walter Omar Jorge, alias “Pipí”; Antonio Arregui, conocido como “El Viejo”; Oscar Segundo Barros, sin apodo alguno; el “Loco” Hugo y el más rudo de todos, Daniel Gómez, el “Cara de Goma”, tienen en contra varias pruebas que cuidan con celo los investigadores. Una de ellas son las dos camionetas blancas, una Mercedes Benz y un minibús, que les fueron secuestradas. Otra, la abundante documentación trucha para alquilar taxis. Y la más importante, en la que la Policía Federal y los fiscales se juegan como a una fija cantada por Gardel y Lepera: un taxi con el asiento de atrás manchado de sangre.
Ayer se negaron a declarar dos de los detenidos ante el juez Velázquez. La lista de cinco se completaría durante el día de hoy. Ayer a última hora una alta fuente de la fiscalía le dijo a Página/12 que ya habían encontrado al quinto personaje, el único que –avisado por las filtraciones de información de que lo buscaban– estuvo prófugo por unas horas. El propio fiscal general Norberto Quantín se quejó ante este diario “por la burocracia judicial” en los juzgados federales y provinciales del Gran Buenos Aires que retrasaron el envío de las órdenes de detención que se libraron en la ciudad. “Acá hubo un problema que muestra el estado en que esta la justicia: no se pudieron hacer las detenciones simultáneamente, porque los señores jueces federales del Gran Buenos Aires se negaron a tramitar los exhortos, los provinciales dieron otros exhortos y se fue tardando en dar las órdenes, poniendo sobreaviso a algunos”, golpeó Quantín a los bonaerenses.
Quantín venía de una fallida apuesta a lo que se conoció como la banda de los Lecuna, un grupo de ladrones que estuvieron sospechados por el hecho hasta que fue imposible reunir pruebas para incriminarlos en el crimen. Pero en los tribunales esta vez aseguran no equivocarse. “Antes sosteníamos que había posibilidades de que El Chueco, El Asmático y Sieteculos fueran. Ahora estamos convencidos de que éstos son los que lo hicieron”, sostienen las fuentes. En la anterior banda acusada, la que había provisto la información había sido la Bonaerense. De hecho, ayer el vocero del ministro de seguridad confirmó hasta última hora que su gente había detenido solo al principal acusado, Gómez, el Cara de Goma. Nada sabían los provinciales del resto de la troupe, aunque algunas fuentes aseguraban que la pista seguida esta vez venía del mismo testigo de identidad reservada o “buche”, que en ocasión de los “asmáticos”. Desde la Federal lo desmintieron.
Después del fracaso de la pista anterior, el fiscal Quantín prefirió que la investigación la coordinaran en Delitos Complejos y la Brigada de Investigaciones Antiterroristas. “Evaluamos muchas hipótesis y una surgida de la investigación de un oficial de la comisaría 35ª –en la zona de la fiscalía de Quantín– nos pareció seria”, dijeron fuentes judiciales. Fue de allí de donde salió el dato para encontrar un taxi Renault 9 manchado con sangre supuestamente en el sitio donde fue acorralado Lecuna el 2 de noviembre por la tarde. “No podemos tener tanta mala suerte de que no sea la sangre de Lecuna la que está en el taxi”, le dijo ayer un vocero a este diario. Sobre todo porque también podría ser de Lecuna, o de su agresor, la sangre encontrada en el asiento de una camioneta. Esto es: el asesino del empresario, con las manos ensangrentadas después de clavarle una y otra vez el puñal, debió ensuciar la butaca no solo del taxi sino también de la camioneta. Los análisis de la mancha del Renault 9 estarían listos entre hoy y mañana. Aun así los investigadores aseguran que en este caso los elementos para probar que a Lecuna lo mataron estos ladrones de taxis son muchos más que los que ayer trascendieron. La preocupación de los pesquisas tiene sus motivos: fue duro el momento en que el juez Enrique Vázquez tuvo que desvincular del crimen a Marcelo “El Asmático” Martínez y sus amigos, que quedaron adentro, pero por ladrones y por 150 gramos de cocaína. En este caso dicen tener tan clara la historia que saben que fue Cara de Goma el que cortajeó a Lecuna y que sus compañeros podrían dejarlo “en banda” para no responder por el homicidio. El hombre, fuerte y rudo como para desarmar a una víctima del tamaño del “Vasco”, tenía una colección de cuchillos. ¿Esa es la mafia de los taxis? “Mafia de los taxis es un nombre que le ponen... –le dijo a Página/12 Quantín–. Son varios los grupos que se dedican a robar de esta manera. Estamos hablando de una modalidad, de un adjetivo más que un sustantivo”.

 


 

DOS ARGENTINOS MUERTOS TRAS EL ROBO DE UN AUTO
A los tiros en la ruta paraguaya

Dos argentinos –un padre y su hijo– fueron asesinados a balazos en Paraguay, presuntamente en medio del robo del auto en el que viajaban. Los cuerpos fueron encontrados en un descampado de la localidad paraguaya de Carmen del Paraná, a 35 kilómetros de Encarnación, una zona cercana a Posadas conocida como un área de contrabando de cigarrillos y drogas. Según los investigadores, los crímenes se cometieron entre la noche del viernes y la madrugada del sábado, cuando las víctimas emprendían el regreso a Buenos Aires. La justicia paraguaya intenta ahora encontrar a María del Pilar Duarte, una mujer de nacionalidad paraguaya que había viajado a la ida con los argentinos.
Anselmo Kloster, de 51 años, y su hijo Raúl, de 30, habían llegado a la ciudad paraguaya de San José de los arroyos el viernes 7 de diciembre, acompañados por la pareja del primero, Duarte, quien planeaba pasar las fiestas de fin de año junto a su familia. La idea de los Kloster era dejar a la mujer junto a sus familiares y volver a La Matanza, donde vivían en el conurbano bonaerense, pero un desperfecto mecánico en el Seat Córdoba en el que viajaban los obligó a quedarse algunos días en San José.
De acuerdo con la reconstrucción realizada por la Justicia, recién una semana después padre e hijo emprendieron el regreso hacia Buenos Aires: “El viernes 14 a las 19.03 pasaron por el peaje de Coronel Bogado, una ciudad que queda a 50 kilómetros de Encarnación y a 12 kilómetros de donde finalmente se encontraron los cuerpos”, afirmó el fiscal del caso, Eduardo Petta San Martín.
Al parecer, momentos después de pasar el peaje, una banda interceptó a los Kloster con el fin de robarles el auto. Para los investigadores, “las víctimas quisieron escapar de los criminales y se produjo una persecución”. “Es posible que hayan intentado defenderse y allí habrían sido asesinados”, agregó el fiscal.
Los cadáveres fueron encontrados a unos 500 metros de la Ruta 1 de Paraguay, en un camino vecinal del barrio San Jorge de Carmen del Paraná; mientras que el automóvil fue hallado a 40 kilómetros del lugar con varios raspones en un lateral e impactos de bala en la parte posterior. Al respecto, Petta San Martín dijo que el coche “fue abandonado por los ladrones porque tenía problemas de motor, el tablero destruido y el parabrisas trasero roto”.
Si bien en un primer momento se sospechó que el doble crimen podría haber tenido relación con un posible ajuste de cuentas, el propio fiscal desestimó esa hipótesis y afirmó que el móvil del hecho “fue el robo de vehículo”.
Por su parte, el cónsul argentino en Encarnación, Miguel Borzi, precisó que la esposa de Anselmo Kloster estaba viajando al lugar para retirar los cuerpos.

 

PRINCIPAL