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EL NOTABLE EXPERIMENTO DE INTIMA Y “FETICHE”
Fidel, estrella electrónica

El cuarteto, que abreva en géneros electrónicos pero utilizando instrumentos reales, tomó la �Segunda declaración de La Habana� y la convirtió en una pieza notable, en que el líder cubano... rapea.

Fidel y el Che, en los tiempos
de aquel discurso revolucionario.
“Fetiche” le pone música a pasajes
vibrantes de la “Declaración”.

Por Carlos Polimeni

Las obras maestras de la oratoria universalmente reconocidas se cuentan con los dedos de dos manos, y se estudian como obras literarias, aunque a veces hayan sido fruto de una aparente improvisación. De las pocas que Latinoamérica puede ofrecer a esa secuencia que los alumnos de oratoria suelen repetir de memoria, el discurso de Fidel Castro conocido como el de la “Segunda Declaración de La Habana” roza el piné de obra maestra. En esa verba exaltada, poética, entusiasta, inoxidable, el líder de una Revolución triunfante que está anunciando que irá un paso más allá resume los sueños del cuerpo que representa como si enumerara certezas, ilumina al nombrar, tiñe de colores vivos un horizonte que cada vez le parecía más próximo. Nada de esto es nuevo, de 1962 para acá. Lo nuevo es que un tramo de ese discurso, el más famoso en la Argentina, es parte de una pieza de colección para la música electrónica local, el disco del grupo Intima.
El tramo del discurso de Fidel que hace décadas formó parte de un disco de Siglomundo, con voces de grandes estadistas del siglo XX, funciona para Intima como un texto literario, al que es posible intervenir desde un código del siglo XXI. La intervención es enérgica, pero al tiempo respetuosa, lejos de una parodia al estilo “Todo x 2$”. Por momentos parece una forma de contar de nuevo una vieja historia a un público diferente, recortando su sentido sobre un standard de sonido contemporáneo. El grupo Araca París hizo lo mismo hace poco con algunos tópicos de la música latinoamericana de los años ‘70, sampleando y proyectando hacia hoy, por ejemplo, aquel recordado estribillo del grupo chileno Quilapayún sobre la necesidad de que las tortillas se vuelvan, y cambie el modo en que se alimentan ricos y pobres en este mundo tan desigual. Intima concreta un trabajo similar en este disco de solo cuatro temas sobre un discurso del líder pacifista estadounidense Martin Luther King.
El “Ya se les ve” del discurso de Fidel aquel día de 1962 funciona en “Fetiche” como una especie de amenaza in crescendo, mientras el grupo (que a pesar de su género utiliza instrumentos) va disparando efectos hipnóticos, que operan como la introducción a una escena emotiva. Fidel parece rapear, pero eso es parte del modo en que los músicos argentinos lo homenajean. “Ahora sí, la historia tendrá que contar con los pobres de América, con los explotados y vilependiados de América latina, que han decidido comenzar a escribir ellos mismos para siempre su historia. Ya se les ve por los caminos, un día y otro, a pie, en marchas sin término de cientos de kilómetros, para llegar hasta los olimpos gobernantes para comenzar a reclamar sus derechos. Ya se les ve armados de piedras, de palos, de machete, de un lado y otro, cada día, ocupando las tierras, hincando sus garfios en la tierra que les pertenece, y defendiéndola con su vida. Se les ve llevando sus cartelones, sus banderas, sus consignas, haciéndolas correr en el viento por entre las montañas o a lo largo de los llanos. Y esa ola, de estremecido rencor, de justicia reclamada, de derecho pisoteado que se empieza a levantar por entre las tierras de Latinoamérica, esa ola ya no parará más, esa ola irá creciendo cada día que pase, porque esa ola la forman los más, los mayoritarios en todos los aspectos, los que acumulan con su trabajo las riquezas, crean los valores, hacen andar las ruedas de la historia y que ahora despiertan del largo sueño embrutecedor a que los sometieron.”
“Oyendo a Fidel Castro –escribió el Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez– me he preguntado muchas veces si su afán de la conversación no obedece a la necesidad orgánica de mantener a toda costa el hilo conductor de la verdad en medio de los espejismos alucinantes del poder.” Oyendo este discurso, su resonancia hacia atrás y hacia adelante, el modo en que impacta en la memoria emotiva de los que lo conocen, y la forma en que impactará a aquellos que no, puede pensarse, con García Márquez, que hay un escritor frustrado en Fidel, y que acaso la realidad cubana sea, en parte, producto de su capacidad de ficción. “Esta revolución, castigada, bloqueada, calumniada –definió ayer en Página/12 Eduardo Galeano– ha hecho bastante menos que lo que quería, pero mucho más de lo que podía.” Incluso proyectar a su líder como posible figura emergente de la música electrónica argentina.

 

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