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Reuniones para federalizar la
represión a saqueos y protestas

Desconfiando de las policías provinciales, el Gobierno encar-
gará la represión a la Prefectura, Gendarmería y Policía Federal.

Diagnóstico: �La Bonaerense
dejó hacer y por la tarde se vio desbordada. Acá hubo una neta inacción de Ruckauf y esto muestra una intencionalidad política�.

Las fuerzas federales se
dividirán las zonas de conflicto.
En particular, se ocuparán de los
conurbanos bonaerense y rosarino.

Por Raúl Kollmann

Los jefes de la Gendarmería, la Policía Federal y la Prefectura analizaban al cierre de esta edición los operativos para frenar la ola de saqueos. Los dos territorios más delicados son el Gran Rosario y el Gran Buenos Aires, muy difíciles de controlar porque sólo los conocen bien la Policía Bonaerense –poco dispuesta a intervenir– y la santafesina: esas zonas están llenas de callecitas y barrios que son una especie de agujero negro para las fuerzas de seguridad federales. Para colmo, el conurbano es tan enorme que en cualquier caso habrá grandes dificultades para cubrirlo con efectivos. Aunque la decisión no estaba tomada, las fuerzas de seguridad patrullarían las zonas con armas largas y la instrucción sería prevenir, dispersar y responder con dureza a cualquier conato de saqueo. Esto encierra el mayor de los peligros: que maten gente. En la jornada de ayer ya hubo cinco muertes.
Gendarmería, Policía Federal y Prefectura tienen el diagnóstico de que la Bonaerense no hizo prácticamente nada para prevenir lo ocurrido ayer. “El Estado tenía la obligación de intervenir, pero la Bonaerense dejó hacer y por la tarde se vio desbordada porque los saqueos se hicieron multitudinarios. Acá hubo una neta inacción del gobierno de Carlos Ruckauf y esto muestra una intencionalidad política en lo que ocurrió”, dijo a Página/12 uno de los estrategas del ministerio del Interior.
La acusación va más allá: “Ayer a la tarde hubo un intento de trasladar la conmoción a la Capital. A último momento, la marcha que encabezaba el intendente de Moreno, Mariano West, hombre de Duhalde, quedó frenada. Pero también estaba juntando gente el intendente de La Matanza, Alberto Balestrini, quien ahora está cerca de Ruckauf. O sea que traían gente al centro. Eso exhibe todo desde el punto de vista político: querían derribar al Gobierno”, completó un hombre del Gobierno.
Todo indica que las fuerzas de seguridad federales se dividirán el Gran Buenos Aires y cada uno se hará cargo de una zona, aunque el mayor peso lo tendrá la Gendarmería, que tiene más efectivos.
–¿Podría oponerse Ruckauf al ingreso de gendarmes, policías federales o prefectos? –preguntó este diario.
–Teóricamente se puede oponer –señalaban anoche en Interior–, pero dudamos que lo haga.
–¿Será difícil la relación con la Bonaerense?
–Si hay algún conato de saqueo, las fuerzas federales intervendrían. Es posible que haya roces con las policías provinciales pero habrá que trabajar con eso.
Estos choques entre fuerzas de seguridad registran antecedentes. En las movilizaciones de Corrientes, ni bien asumió De la Rúa, hubo acusaciones cruzadas: Gendarmería señaló que la policía provincial disparó contra manifestantes y gendarmes, mientras que la policía acusó a los gendarmes de disparar contra los manifestantes. También hubo enfrentamientos en autopistas de la provincia de Buenos Aires e incluso en zonas de frontera. Según evalúan los federales, la convivencia en todo caso será mejor con los santafesinos. En las fuerzas federales se decía anoche que la estrategia debió ser por etapas: primero el despliegue y recién después -sólo en caso necesario– el estado de sitio. Es más, en Interior se cree, tal vez pecando de optimismo, que es posible que únicamente con el despliegue de gendarmes, federales y prefectos baje la conflictividad, lo que habría hecho innecesario dar el paso de restringir las libertades. “La idea debió ser la de ir en escalada, no largar todo junto”, argumentan.
Más allá estrategias a resolver en la reunión de anoche, el punto clave es el riesgo: la policía santafesina produjo muertes ayer, Gendarmería tiene en sus antecedentes varios muertos en intervenciones en Corrientes ySalta. Una situación semejante se convertiría en explosiva en el Gran Buenos Aires. Por ahora el dato es nefasto: ayer hubo en total cinco muertos y eso que prácticamente no se registró ningún caso de manifestantes con armas. Los disparos ayer o salieron de la policía o de comerciantes que defendieron sus negocios. En este ambiente de gravísima crisis, los riesgos que se corren son inmensos.

 


 

OPINIONES SOBRE LOS ALCANCES DEL ESTADO DE SITIO
El decreto de los súper-poderes

El artículo de la Constitución nacional que se refiere al estado de sitio es el número 23. “En caso de conmoción interior o de ataque exterior que pongan en peligro el ejercicio de esta Constitución y de las autoridades creadas por ella, se declarará en estado de sitio la provincia o territorio en donde exista la perturbación del orden, quedando suspensas allí las garantías constitucionales. Pero durante esta suspensión no podrá el presidente de la República condenar por sí ni aplicar penas. Su poder se limitará en tal caso respecto de las personas, a arrestarlas o trasladarlas de un punto a otro de la Nación, si ellas no prefiriesen salir fuera del territorio argentino”, dice textualmente el artículo. Página/12 consultó a diferentes abogados constitucionalistas.
Daniel Sabsay. “La declaración de estado de sitio por parte del Presidente puede implicar restricciones importantes al derecho de reunión, a los actos políticos y a las actividades públicas. Es una medida poco deseable, pero yo creo que es razonable mientras no se abuse de ella y en tanto se tome por un tiempo limitado. Cabe destacar que el Congreso puede dejar la medida sin efecto en cualquier momento”.
Antonio María Hernández. “Hay que tener mucho cuidado con el estado de sitio. En la historia argentina se ha utilizado para perseguir opositores políticos o restringir la libertad de prensa. Hay que ser extremadamente prudentes. No creo que tenga que implicar la suspensión de todas las garantías constitucionales. Y considero que lo debería declarar el Congreso, que a mi entender no está en receso”.
Gregorio Badeni. “Se pueden suspender las libertades constitucionales siempre que la suspensión tenga relación con el objeto que se persigue con la declaración del estado de sitio. El presidente de la República puede determinar cuáles son los actos que no se pueden realizar para lograr el objetivo al cual responde el estado de sitio, que es preservar la vigencia de la Constitución y de las autoridades nacionales. Quiero pensar que desde el Poder Ejecutivo tendrán más información y datos fehacientes que justifiquen esta medida, que es constitucional”.

 

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