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Médicos argentinos en huelga en
París en reclamo por sus títulos

Unos 4000 médicos extranjeros reclaman ser reconocidos en París.
La anestesista argentina Patricia Plaza, en huelga de hambre, explica el conflicto.

Por Manuel Cemois
Desde París

“Somos una subclase de médicos que estamos explotados en los hospitales públicos. Esto es como un trabajo en negro organizado.” La anestesista argentina Patricia Appa Plaza no busca palabras elegantes para describir la situación en que se encuentra junto a otros 4000 médicos “extranjeros” que ejercen en Francia bajo un estatuto particular y por demás discriminatorio. En el curso de su ya cuarto día de huelga de hambre, Patricia Appa Plaza, diplomada en la Universidad de Buenos Aires con el título de anestesista, no ha perdido las energías ni la convicción con la que denuncia que los hospitales públicos franceses no le reconocen la validez de los diplomas obtenidos fuera de los países de la Unión Europea, al mismo tiempo que emplean a esos médicos “sin título reconocido” con sueldos mucho más bajos que sus colegas franceses.
La historia parece kafkiana. Profesionales de alto nivel, contratados por los mismos directores de los hospitales en puestos a menudo importantes, los médicos con diplomas extracomunitarios, es decir –no pertenecientes a la Unión Europea– sufren una suerte de apartheid inédito y ni siquiera cuentan con el reconocimiento del Consejo del Orden de los médicos de Francia, lo que impide tener el derecho “oficial” de ejercer la medicina. Diplomados de Argentina, Rumania o Africa trabajan en Francia con un estatuto que los deja afuera del círculo de los derechos pero no del de las responsabilidades.
Todos los médicos las asumen, pero a precios regalados. Según explicó Appa Plaza a Página/12, “en el hospital trabajamos como todo el mundo, pero no estamos pagados como todo el mundo. Si yo le cuento que yo gano 9000 francos por mes (1300 dólares) y un médico francés que hace lo mismo pero tiene diplomas aquí, gana 25000 francos (3800 dólares), hay entonces una gran diferencia. Todo pasa por el reconocimiento del diploma”. Las diferencias se detienen en la frontera de las responsabilidades, que son idénticas cualquiera sea el origen del diploma del cuerpo médico. Appa Plaza tiene la responsabilidad de la anestesia en un bloque operatorio del hospital Lariboisière de París. “Nos han inventado exámenes de todo tipo, pero esos exámenes son completamente ficticios. Hace 14 años que trabajamos en los hospitales públicos, tenemos la nacionalidad francesa, pero no somos médicos como los demás.”
La anestesista argentina reivindica su experiencia en Buenos Aires, luego en España y al fin en Francia, es decir, un total de más de 10.000 anestesias realizadas desde que trabaja en Europa. Pese al movimiento de huelga que protagoniza con muchos otros colegas que están en su misma situación, las autoridades no han entablado “ningún diálogo”. La incomunicación es tal que ayer en el Senado el ministro francés de Salud “dijo que nosotros éramos considerados como médicos en formación. ¡Usted se imagina! A pesar de que nos explotan desde hace muchísimos años, el ministro todavía considera que estamos en capacitación. En la realidad de los hospitales esto no es así. Somos médicos formados afuera y queremos integrarnos al país”.
Patria Appa Plaza llegó a París en 1991 luego de haber trabajado durante 30 meses en un hospital de Huelva, España. Según cuenta, se fue de la Argentina porque le salió una oportunidad mejor de trabajo: “Yo había terminado mi residencia en Buenos Aires en el año 89 y me ofrecieron un contrato de trabajo en España porque a los españoles les faltaban anestesistas. Me fui porque era mejor al puesto que tenía en el hospital Argerich de Buenos Aires. En España hay equivalencias de los títulos argentinos, sólo hace falta pasar uno o dos exámenes para validarlos. Una vez que los validé nunca tuve problemas para ejercer. En Francia no es así”. La huelga de hambre y las protestas de los médicos con títulos extracomunitarios constituyen un problema que moviliza regularmente a los profesionales en esa situación. Esta vez, la iniciativa del ayuno fue lanzada por una asociación que defiende la igualdad de estatutos para el personal hospitalario (Codemaf) y el “movimiento” cuenta con el apoyo del Partido Comunista Francés, los ecologistas, Médicos sin Fronteras y la Liga de Derechos Humanos. Por ahora, el gobierno no parece dispuesto a ceder. “Francia va a tener que respetar lo que exige la Comisión Europea. No quiere respetar la reglamentación porque no le conviene. Imagínese si no le conviene: tiene 4000 médicos a los que le puede pagar mucho menos.” Para ponerse en huelga de hambre los médicos del hospital Lariboisière tuvieron que instalarse en los locales de la Federación Tunecina para la ciudadanía. El hospital donde trabajan les negó el uso de la Capilla para esos fines. “Eso es lo de menos –dice Patricia–. Lo que me importa es que dejo todo en mi trabajo y que aún no me reconocen.”

 

Protesta de discapacitados

Nuevamente los discapacitados realizaron una protesta en la Plaza de Mayo en reclamo de los fondos necesarios para que las instituciones puedan seguir atendiendo a cerca de 8500 personas en todo el país. Además, hubo un acto interreligioso del que participaron representantes de las iglesias católica, ortodoxa, judía y budista. Cerca de 300 manifestantes, pertenecientes al Foro Pro, rodearon el mástil de la Plaza para exigir “la liberación inmediata de los fondos que adeuda el PAMI desde julio pasado”. También entregaron un petitorio en la Casa de Gobierno y en el Ministerio de Economía, aunque no fueron recibidos por ningún funcionario. El coordinador del Foro, Pablo Morelo, informó que cerca de 300 organizaciones están siendo afectadas por la falta de pago.

 

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