Autoridades de seguridad palestinas
e israelíes se reunieron anoche luego de que Yasser Arafat respondiera
a la presión internacional con el arresto de al menos una docena
de miembros de su propio servicio de seguridad. Si bien se trató
del primer encuentro desde que el primer ministro Ariel Sharon ordenó
que se cortaran los contactos con la Autoridad Palestina (AP) de Yasser
Arafat, un responsable del Mossad que participó de la reunión
informó que los contactos de seguridad con los palestinos
nunca se habían suspendido. El objetivo del encuentro habría
sido, en palabras del ministro de Defensa Benjamin Ben Eliezer, explorar
vías de ayuda en la guerra de la AP contra el terror.
Esto y el ofrecimiento de aliviar el control militar en la ciudad cisjordana
de Nablus son señales del gobierno israelí para bajar los
decibeles de un enfrentamiento que se agravó tras los ataques de
suicidas de Jerusalén y Haifa hace dos semanas. La situación
de los territorios palestinos ocupados por el ejército será
tratada de urgencia hoy en la Asamblea General de la ONU a pedido de los
países árabes.
Con el apoyo de Estados Unidos y de la Unión Europea, Israel advirtió
a Arafat sobre la necesidad de atrapar a los líderes de los grupos
extremistas palestinos Hamas y Jihad Islámica. De acuerdo con autoridades
palestinas, los hombres arrestados todos de la franja de Gaza
habían violado las órdenes de cese de fuego. Además
de ser miembros de las fuerzas de seguridad, se trata de integrantes de
Al Fatah, el movimiento de Arafat. Israel respondió a los arrestos
llamando a la AP a enjuiciar a los detenidos. Un portavoz del ministerio
de Defensa israelí dijo que los detenidos deben ser encarcelados,
interrogados para obtener información que lleve a impedir actos
terroristas, y luego llevados a la Justicia.
También Israel ofreció retirar parte de sus fuerzas militares
de Nablus, como una oportunidad para que Arafat reprima a los militantes,
dijo una fuente israelí de alto rango. Ahmed Abed Rahman, un asesor
de Arafat, declaró que esa oferta israelí no fue suficiente:
La cuestión no es levantar la ocupación de un área
para llevar a cabo un operativo de seguridad. Necesitamos ver un retiro
completo de las tropas israelíes de todos los territorios palestinos,
dijo.
Los líderes de Al Fatah emitieron ayer un comunicado oficial por
el cual anunciaron que su brazo armado Tanzim acató
el llamamiento del pasado domingo de Arafat a que las grupos armados cesen
sus ataques contra objetivos israelíes con vista a la reanudación
del proceso de paz, interrumpido desde hace casi un año. Respecto
a Hamas, ayer circularon versiones sobre una posible detención
de los ataques suicidas, lo que fue desmentido por líderes del
movimiento. También miembros de la policía de la AP cerraron
ayer en la franja de Gaza cinco talleres sospechosos de fabricar proyectiles
de mortero para Hamas. Fuentes palestinas informaron anoche que suman
33 los locales de los integristas islámicos cerrados por las fuerzas
de seguridad palestina.
Anoche estalló un proyectil de mortero en uno de los asentamientos
judíos de Gush Katif, y palestinos armados de la vecina ciudad
de Jan Yunes habrían disparado contra la zona industrial del asentamiento
Nevé Dekalim y contra una patrulla militar israelí.
Por otra parte, la sesión especial de la Asamblea General de la
ONU tratará hoy la situación de los territorios palestinos
ocupados por Israel, según informó hoy un portavoz de la
ONU. Anteriormente, los palestinos y sus aliados árabes no habían
logrado imponer el pedido del envío de observadores de la ONU a
través del Consejo de Seguridad.
ATEZAMBRI
MOSHRA, DEL PARTIDO LABORISTA ISRAELI
Ya no le creemos nada a Arafat
Por Manuel Cemois
Desde París
El líder palestino Yasser
Arafat parece hoy más asfixiado que nunca. Arrinconado por los
israelíes, que le piden hechos concretos, y los sectores
radicales palestinos que lo acusan de obedecer a Israel y
liquidar los derechos del pueblo palestino, el titular de la Autoridad
Palestina tiene un estrecho margen de maniobra. Arafat aparece así
arrinconado por dos extremismos: el de Ariel Sharon y el de los sectores
fundamentalistas de su propio pueblo. Ni siquiera los laboristas marcan
ya sus diferencias. Aliado en el gobierno de Ariel Sharon, el Partido
Laborista sigue hoy los pasos y la voz del jefe de la derecha israelí.
En esta entrevista con Página/12, Atezambri Moshra, jefe de Relaciones
Internacionales del Partido Laborista, explica las razones por las cuales
la formación política del asesinado premier Yitzhak Rabin
no cree en Arafat.
¿Cómo juzga usted los llamados de esta semana de Yasser
Arafat en el que pidió el cese de las hostilidades contra Israel?
Israel está cansado de las declaraciones de Arafat. La mayoría
de su población no cree en el líder palestino a causa de
lo ocurrido en el pasado. Le recuerdo que Arafat, en cuatro ocasiones,
ya declaró alto el fuego que nunca fueron cumplidos. Esta fue la
quinta vez. Por eso se espera de él que realice lo que dice de
una buena vez por todas. No se olvide que Arafat afirmó que haber
hecho un 100 por ciento de los esfuerzos necesarios. Cuando se le pidió
la lista de los prisioneros y el fin de la incitación a la violencia
en la radio y la televisión palestina, el cierre de las organizaciones
terroristas y otras cuantas cosas más, nunca llevó a cabo
lo que se le exigió. Recién ahora empieza a hacerlas con
cuentagotas. Sin embargo, no ha ido hasta el fondo. Las personas que Arafat
detuvo en la lucha contra el terrorismo son gente de segundo nivel, no
se trata de las personas que figuran en la lista de extremistas peligrosos
que le fue entregada por Israel y por Estados Unidos. Por eso creemos
que antes de pronunciarse definitivamente sobre el alcance de su discurso
hay que esperar un par de días para ver si de veras ha tomado una
decisión estratégica o solamente se trata de una táctica
para cumplir con lo que querían los norteamericanos y los europeos.
Esto significa que para el poder israelí nada ha cambiado.
Bueno, unos días antes de pronunciar su discurso del domingo,
Arafat se lo entregó a los norteamericanos y a los europeos para
ver si estaban de acuerdo. Por lo tanto, hoy predomina la impresión
de que esto una mera táctica, de que Arafat no cambió en
nada. Si observamos bien, Arafat sigue manifestando las mismas posiciones
intransigentes como el derecho al retorno de los refugiados, lo que significa
el establecimiento de un Estado palestino, así como el ingreso
a Israel de un montón de árabes, hecho que traería
como consecuencia que Israel se vuelva un segundo Estado palestino. Por
eso creemos en Israel que todo esto es pura táctica, que nada ha
cambiado. Lo único que cambió es que Arafat comprendió
que la situación estaba un poco difícil y que el mundo estaba
contra él. Pero no declaró el fin de la intifada, sólo
dijo que no debía haber acciones en Israel. Sin embargo, esto no
significa que no vayan a ver acciones contra soldados o contra los asentimientos
judíos en los territorios. Si me permito decir, la única
cosa que cambió es que finalmente Arafat habló en persona
en la televisión árabe para que su gente lo entienda. Y
si actuó así fue bajo la presión de Estados Unidos.
Hasta ahora, lo único que Arafat hacia era mandar a otros a hablar
en su lugar.
Sin embargo, es innegable que Israel pasó por alto muchos
de sus compromisos en el proceso de paz. Por ejemplo, ¿cómo
explicar que 5000colonos judíos controlen el 80% de los recursos
del agua en un territorio donde viven decenas de miles de palestinos?
Bueno, esa es justamente la discusión, eso es lo que se estaba
negociando. No se olvide que la cuestión básica, que el
eje de los Acuerdos de Oslo, era poner fin a las acciones terroristas.
Esto significaba que en caso de que surgieran problemas todo debía
resolverse en la mesa de negociaciones. No fue así y en Camp David
Arafat no aceptó la oferta del entonces premier Ehud Barak. Ningún
otro jefe de gobierno israelí había ido tan lejos en su
intención de hacer la paz con los palestinos. Arafat rechazó
el ofrecimiento y se retiró. Ahí empezó la intifada.
Pero esta segunda intifada no fue una cosa que vino de abajo hacia arriba,
sino al revés. El fracaso de Arafat proviene de ese momento. Después
de 15 meses de lucha la única cosa que él pudo ofrecer a
su pueblo es la desgracia en la que su pueblo está metido, es el
número de muertos, tanto de ellos como de nosotros. Arafat no consiguió
ni conseguirá nada. La única posibilidad de llegar a algo
es la mesa de negociaciones. Arafat tiene que demostrar que cumple con
lo que acaba de declarar. Después veremos.
El Partido Laborista israelí, al que por lo general se presenta
como una formación progresista, forma parte de un gobierno dirigido
por uno de los hombres políticos más radicales de Israel.
¿No se ha producido acaso una suerte de eliminación progresiva
de la izquierda, una fagocitación de sus valores por la derecha?
Es como si Sharon se hubiese comido a la izquierda y, a su manera, Bin
Laden a Arafat.
Yo como miembro del Partido Laborista lamento mucho que hayamos
perdido las elecciones y que Sharon esté hoy en el poder. Pero
no hay que caer en la diabolización de Ariel Sharon. Desde que
Sharon asumió el cargo de primer ministro, su posición es
un poco más moderada. Nosotros entramos y salimos de los territorios
palestinos cada vez que se producen ataques terroristas en Israel. Cada
vez que nos vamos de los territorios los ataques suicidas se vuelven a
producir en Israel. Hace dos o tres días que los militares israelíes
están en los territorios palestinos y no ha habido ataques suicidas.
Yo lamento mucho que por culpa de Arafat y de su política el Partido
Laborista haya perdido tres veces las elecciones. Los laboristas lamentan
esta situación más que cualquier otro. Pero creo que sería
un error comparar a Sharon con lo peor.
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