No hubo fútbol. El partido revancha que debían disputar San Lorenzo y Flamengo, por la final de la Copa Mercosur, fue suspendido de mutuo acuerdo entre los clubes y la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), a raíz de la gravedad de los acontecimientos que sucedieron ayer en todo el país y que obligaron al Gobierno a dictar el estado de sitio. “La falta de garantías para la seguridad” fue el argumento utilizado por los dirigentes locales e internacionales, que anoche se reunieron en el Hilton para fijar una nueva fecha que, finalmente, más allá de las 23, quedó fijada tentativamente para este viernes a las 15. Claro que para eso debieron suceder muchas cosas: conversaciones, propuestas encontradas, hasta la propuesta que cuajó.
Ayer corrieron varios rumores al respecto. Se dijo que el partido podría jugarse hoy, a las 16, aunque los jugadores de San Lorenzo no le dieron demasiado crédito a esa posibilidad, y que los brasileños habrían propuesto que el cotejo no se dispute y que ambos conjuntos se repartieran el título y los premios. Los directivos habían decidido reunirse hoy a las 11 para decidir la fecha pero anoche ya se anunció oficialmente día y hora.
El anuncio oficial de la suspensión se produjo dos horas antes de supuesto inicio, a las 19, a través de la voz del estadio, lo que generó bastante malestar entre los simpatizantes que habían concurrido al Nuevo Gasómetro. El directivo de San Lorenzo Gustavo Miele, hijo del presidente saliente Fernando Miele, manifestó a la prensa que la decisión se adoptó tras una comunicación con el secretario general de la Conmebol, el argentino Eduardo Deluca. “El partido está suspendido y ya se lo comunicamos a los planteles. Hablé con Deluca y convinimos en que el espectáculo no podía realizarse en tan delicadas condiciones sociales”, comentó el joven dirigente.
Apenas anunciada la postergación, el plantel del equipo brasileño se trasladó al Hotel Sheraton, donde se quedó concentrado a la espera de una resolución. Por su parte, los jugadores de San Lorenzo fueron licenciados hasta hoy a las 10.30, cuando se reúnan en la Ciudad Deportiva para retomar el entrenamiento, también a la espera de novedades. “Decidimos que los jugadores se fueran a sus casas debido a la conflictividad social que existe. Debemos ser sinceros y entender que hay cosas mucho más importantes que un partido de fútbol”, manifestó Rubén Cousillas, ayudante de campo del entrenador Manuel Pellegrini. El ex arquero reconoció que “es difícil que el partido pueda jugarse mañana (por hoy)” –se barajaba por entonces como horario tentativo las 16 horas–, aunque aclaró que si las autoridades lo disponen el plantel de San Lorenzo “está preparado”.
Allegados a la delegación del equipo brasileño reconocieron que los directivos del Flamengo les habrían planteado a la Conmebol la posibilidad de no disputar el encuentro y compartir el trofeo y el premio económico con la institución argentina.
El presidente de la Conmebol, Nicolás Leoz, el secretario general, Deluca, y representantes de ambos clubes permanecieron reunidos anoche en el Hilton y en principio parecía que no darían ningún comunicado; sin embargo, plantearon el viernes a las 15 a última hora. Los acontecimientos dirán si es posible. El tema esencial para la realización del encuentro es garantizar la seguridad en el estadio y disponer de la cantidad necesaria de efectivos policiales, quienes en su mayoría están afectados al control del conflicto social.
Durante la tarde, fuentes cercanas a la organización se mostraron pesimistas acerca de la posibilidad de jugar el encuentro. “Es muy difícil que pueda jugarse por los momentos que se están viviendo. Existe mucha preocupación por saber cómo evolucionará todo esto”, confió una fuente de la Conmebol. Sin embargo, la fecha ya está.

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