Por Diego Schurman
El justicialismo quiere que
la Asamblea Legislativa convoque a elecciones generales durante los primeros
meses del 2002. Así coincidieron gobernadores y legisladores al
sostener que es la única manera de otorgarle legitimidad
al nuevo presidente durante los siguientes cuatro años. Anoche,
el misionero Ramón Puerta reunía las mayores adhesiones
para convertirse en el mandatario de la transición.
El propio presidente provisional del Senado manifestó en privado
estar dispuesto a gobernar el país por tres meses. Ese es el lapso
que Carlos Ruckauf, José Manuel de la Sota y Carlos Reutemann necesitan
para poner a punto sus candidaturas.
Lo que no estaba definido es si, de convocarse a elecciones para marzo
o abril del próximo año, se realizarán a través
de un renovado sistema de ley de lemas para permitir participar
a muchos candidatos de un mismo partido o por el régimen
actual, lo que aceleraría la competencia interna en cada agrupación
para definir su candidato.
Por las dudas, el diputado cordobés del PJ Eduardo Di Cola volvió
a dar impulso a su proyecto de modificación de la ley de acefalía,
que tras la renuncia del Presidente obliga a convocar a elecciones en
un plazo de 90 días con el sistema de ley de lemas.
El tema genera cortocircuitos. Fue Eduardo Duhalde el que puso distancia
de esa modalidad, al entender que no resuelve el problemas de la legitimidad.
El sistema de ley de lemas puede permitir que un candidato del justicialismo
o de cualquier otro partido se convierta en presidente de la Nación
con sólo el 15 por ciento de los votos.
El apuro por legitimar a la nueva conducción del país
a través del voto fue el tópico de cabecera del encuentro
que anoche mantuvieron en el Congreso el propio Duhalde, el presidente
de la Cámara baja, Eduardo Camaño, el titular del bloque
del PJ en el senado, José Luis Gioja, y los gobernadores bonaerense
Ruckauf y jujeño Eduardo Fellner, entre otros.
Uno de los pocos que se mostraba partidario de que el presidente de la
transición complete el mandato de De la Rúa era Carlos Menem.
Las razones caen de maduras: el ex mandatario necesita de tiempo para
recomponer su poder. Es más, Menem también defendió
la candidatura de Puerta para la transición, pero convencido de
que este se quedará hasta el 2003.
Aún así, el ex presidente no descartaba presentarse a competir
en el 2002. Ni siquiera lo espantaba la eventual imposibilidad jurídica.
Según uno de sus estrategas, el ex ministro Rodolfo Barra, está
habilitado ya que el período presidencial no concluye a los cuatro
años sino con el llamado a nuevas elecciones.
Fue tanto el alboroto que produjo la renuncia de De la Rúa que
hasta se dijo que Menem mantuvo una comunicación telefónica
con Duhalde, enemigos no solo políticos sino también personales.
Ninguno confirmó el llamado. Pero tampoco lo negó. La situación
política permitió otro milagro: la reaparición en
escena ya sin mucho disimulo del ex ministro José Luis
Manzano (ver asimismo página 6). Al fin, un operador de carrera
que no dejó de devolver saludos en el Congreso.
Mientras en la Capital se analizaba la salida institucional, en San Luis
la mayoría de los gobernadores justicialistas se reunió
para buscar un acuerdo político mínimo. El puntano Adolfo
Rodríguez Saá, otro de los que no vería con desagrado
encargarse de la transición, llegó a plantear la modificación
unilateral en el pago de la deuda externa, como mínimo hasta resolver
la crisis interna.
Allí Eduardo Menem fue a tantear la suerte que tendría su
hermano en lo que se presentaba como una mesa de reparto de poder. Se
dijo, incluso, que el senador riojano terciaba para que en la Asamblea
Legislativa sólo se trate la renuncia del presidente y se tome
las 48 horas siguientes para evaluar la mejor manera de resolver la transición.
En el encuentro también estuvo Puerta, preocupado porque en
caso de tomar las riendas deberá hacer el trabajo sucio
para facilitarle las cosas a quien lo suceda. Por eso, el misionero se
apuro ayer en aclarar que por ahora no sólo mantendrá el
estado de sitio dispuesto por De la Rúa sino también al
menos por 48 horas a todos sus ministros.
Anoche mismo le pidió a el jefe de gabinete, Chrystian Colombo,
que se el encargado de coordinar la seguridad y la administración
mínima del Estado hasta que la situación se resuelva.
Y, según consignaba la agencia Telam, su ministro de Economía,
ya para transición, saldría del siguiente cuarteto: el bonaerense
Jorge Remes Lenicov, el misionero Humberto Schiavoni, el santafesino Oscar
Lamberto o el cordobés Gregorio Las Heras.
Las conversaciones fueron profusas en la hostería Chumamaya, de
Merlo, a la que, por las malas condiciones meteorológicas, no llegaron
los referentes bonaerenses, aunque sí estaban la mayoría
de los gobernadores del Frente Federal que agrupa a las 11 provincias
chicas del PJ, De la Sota y Reutemann.
En materia económica, la gran incógnita para los comensales
era la manera de anunciar la salida de la convertibilidad sin que esto
genere terror en la sociedad. Tan urticante es el tema que muchos de los
presentes ni se animaron a mencionar la palabra devaluación. Sí,
en cambio, hubo reiteradas menciones del proyecto de pesificación
que motoriza De la Sota.
El programa de emergencia económica también
fue debatido por los legisladores del PJ junto a economistas. En lo esencial
anoche hubo acuerdo: la entrega directa de ayuda alimentaria a través
de los municipios.
El debate seguía al cierre de esta edición. A esa altura
nadie se acordaba del finado político. Sólo Ruckauf recordó,
entre íntimos, la comunicación que mantuvo con De la Rúa
poco después del mediodía. Curiosamente el presidente no
habló allí de renuncia. Sólo preguntó cómo
estaba la provincia de Buenos Aires y si hacía falta el envío
de Gendarmes para controlar los saqueos.
No supo y no
pudo
Carlos Menem consideró ayer que Fernando de la Rúa
fracasó porque no supo y no pudo cumplir las promesas
de la Alianza, aunque reconoció que no fue porque no
haya querido. Además apoyó a Ramón Puerta
para asumir como presidente de la transición. En 48
horas la Asamblea Legislativa debe designar inmediatamente al sucesor
de De la Rúa, que puede ser un gobernador o Ramón
Puerta. Yo tengo un nombre: Ramón Puerta. El conductor
del PJ se mostró preocupado porque las
grandes ciudades están sitiadas, con problemas tremendos.
Reiteró que en dos años se destruyó lo
que se construyó en 10 años y que el ex ministro
Domingo Cavallo fracasó porque no se manejaron bien
las variables económicas y puso de relieve la medida
de congelar los depósitos porque eso es un flagrante
atentado al derecho de propiedad.
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MOYANO
LEVANTO LA HUELGA TRAS LA RENUNCIA
Daer y De Gennaro hacen paro
Mientras la CGT disidente encabezada
por Hugo Moyano levantó la medida de fuerza que había programado,
la CGT oficial que lidera Rodolfo Daer y la CTA de Víctor De Gennaro
ratificaron el paro de hoy. Los colectivos, subtes y taxis funcionarán
normalmente.
Moyano y Daer habían anunciado, por separado, la realización
de dos huelgas en repudio a la brutal represión ejercida
por la policía contra los trabajadores en la Plaza de Mayo. El
líder camionero había asegurado que el paro sería
por tiempo indeterminado hasta que el Congreso convoque a Asamblea
Legislativa, pero luego sus allegados anunciaron que la medida se
suspendía para pacificar los ánimos. Como la
Unión Tranviarios Automotor (UTA) no hará paro, habrá
colectivos y subtes.
Por su parte, la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) extendió
a hoy la huelga que se convocó para ayer en cuanto se agudizaron
los saqueos en el Conurbano bonaerense y en varias provincias. Hoy
más que nunca se exige cambiar además de la cara de quien
está en la Casa Rosada, garantizar la resolución de la emergencia
social a través de la redistribución de la riqueza que sin
lugar a dudas tiene en la propuesta de la CTA y del Frente Nacional contra
la Pobreza más de tres millones de compatriotas que votaron que
el principal problema del país es la pobreza y la desocupación,
dijo De Gennaro.
La renuncia de Fernando de la Rúa tampoco hizo cambiar los planes
de la CGT oficial, que ratificó el paro de 36 horas que convocó
a partir de ayer a las 18, por lo menos hasta que se constituya
la Asamblea Legislativa. A solicitud del titular del gremio bancario,
Juan José Zanola, la convocatoria cegetista dejó afuera
a ese gremio, para que sus afiliados trabajen durante la jornada
de protesta a fin de garantizar el pago de salarios de los trabajadores,
jubilados y pensionados.
Daer sostuvo que decidimos realizar un paro de 36 horas para lograr
la preservación plena de la paz social, hoy gravemente dañada;
en repudio de la represión policial injustificada que ha provocado
gran cantidad de heridos y muertos y para garantizar la resolución
de la gravísima crisis política en el marco de la Constitución
nacional.
Cómo
se vivieron en el Congreso las
vísperas de la Asamblea Legislativa
Por Felipe Yapur
El grupo de hombres cruzó
la Plaza del Congreso, despoblada a fuerza de gases y balas de goma, y
enfiló hacia la puerta del Senado sobre la avenida Rivadavia. Sin
que nadie se percatara, en el pequeño núcleo, acompañado
por una discreta pero fuerte custodia policial, estaba el secretario Legal
y Técnico de la Presidencia, Virgilio Loiácono. Llevaba
consigo la renuncia del presidente Fernando de la Rúa a la presidencia,
exactamente 740 días después de haber asumido el cargo.
Pero con el texto en el Congreso, nada indicaba que había concluido
la jornada. Ahora resta definir cómo se resolverá la salida
institucional. Una definición que, sin duda, está en manos
de los justicialistas y que comenzará a develarse a las 11 cuando
Ramón Puerta, presidente provisional del Senado, anuncie el comienzo
de la asamblea legislativa.
La arriesgada maniobra de Loiácono concluyó a las 20.30,
cuando el secretario Parlamentario, Juan Carlos Oyarzum acompañado
del prosecretario legislativo, Juan José Canals le puso su
firma al texto manuscrito enviado por el jefe del Estado y comenzó
a correr el plazo de 48 horas para que el Congreso convoque a la asamblea
legislativa que deberá definir quién será el hombre
que ocupará la Presidencia y si lo hará por un tiempo acotado
y con el mandato de llamar a elecciones o para completar el mandato trunco
del fracaso dirigente radical. Era el fin de una época y de un
modelo.
La sucesión fue un tema que vino conversándose en voz baja
desde que estalló la rebelión popular. En las calles, la
represión policial elevaba la cifra de muertos a 22 como resultado
de estos dos días de lucha. Mientras tanto, en el interior del
edificio del Congreso se desarrollaron cientos de reuniones para evaluar
las alternativas. Alguno, como Eduardo Duhalde, insistió durante
toda el día con su tesis de que un radical debería ser elegido
para reemplazar al renunciante. El turno es de ellos y creo que
deberían completar el mandato, aseguró durante la
tarde.
Otros, en cambio, como un grupo de los gobernadores alineados en el Frente
Federal Solidario (FFS), con Néstor Kirchner a la cabeza, prefieren
que el presidente provisional del Senado, Ramón Puerta, asuma la
presidencia por un corto período para convocar a elecciones y,
en ese ínterin, definir la disputa interna del PJ. Ayer, la esposa
del gobernador y senadora, Cristina Kirchner, pidió públicamente
la renuncia de De la Rúa y comicios no más allá de
noventa días.
La necesidad del llamado a elecciones es compartida tanta por el titular
del bloque de senadores del PJ, José Luis Gioja, y por su par de
la Cámara baja, Eduardo Camaño, quienes por rama separada
coincidieron en afirmar que el próximo presidente debe ser
elegido por el voto popular. Pero, para que ello ocurra, es necesario
antes modificar la ley de Acefalía porque la actual prevé
que el sucesor presidencial debe completar el mandato de quien renunció.
Acá cobra fuerza la estrategia de los legisladores que responden
al gobernador José Manuel De la Sota, quienes impulsan la modificación
de la norma que obligará al sucesor a convocar a elecciones mediante
el sistema de ley de lemas. Es inviable aseguró Duhalde
porque el que gane, que seguramente será un justicialista, llegará
a la presidencia con el 15 por ciento de los votos. Estos fueron
los temas que gravitaron durante las innumerables reuniones que mantuvieron
los senadores antes y después de la sesión que realizaron
durante el mediodía.
En esa sesión, la Cámara alta aprobó por unanimidad
la derogación de los superpoderes y la libre disponibilidad de
los salarios y haberes jubilatorios. Apenas duró cuarenta minutos,
pero antes de que finalizara y mientras los televisores vomitaban las
escenas de la brutalidad policial en Plaza de Mayo, Gioja, pidió
que la represión sea lo más racionalposible. Pedimos
la prudencia necesaria. Luego, y por acuerdo entre los bloques,
la sesión finalizó sin debatir el decreto que impuso el
estado de sitio.
En Diputados, pese a no haber sesiones, las reuniones no cesaban. Un grupo
de legisladores, entre los que estaban el cordobés delasotista
Carlos Alessandri, Franco Caviglia y Pablo Fontdevila, impulsaba una autoconvocatoria
a asamblea legislativa para interpelar a De la Rúa sobre la crítica
situación y el virtual estado de acefalía. Sobrevolaba un
segundo proyecto, el que llevaba la firma del bonaerense Carlos Soria,
y que impulsa el juicio político al por esa hora todavía
presidente. Ni uno ni otro fueron necesarios: cuando los diputados del
PJ en bloque llegaron al salón de los Pasos Perdidos para comunicar
a los periodistas la decisión, el titular del bloque de senadores
radicales, Carlos Maestro, confirmaba que la renuncia era un hecho (ver
página 5).
Alejado de las negociaciones entre los dos partidos, el ARI, de la mano
de Graciela Ocaña y Marcela Rodríguez, prefirió dejar
el recinto y trasladarse hasta la Justicia. Las diputadas presentaron
una denuncia penal por homicidio reiterado, abuso de autoridad e incumplimiento
de los deberes contra De la Rúa, el todavía ministro Ramón
Mestre y el secretario de Seguridad, Enrique Mathov, para quienes pidieron
la detención de estos dos últimos, el cese de la represión
y la libertad de la totalidad de los detenidos durante los disturbios.
La debacle del gobierno generó inmediatamente una fractura en el
bloque de senadores radicales. Varios legisladores acusaron a Maestro
de haber manejado mal la comunicación de la renuncia presidencial.
Un grupo importante de senadores pretendía, en todo caso, tratar
de utilizar la noticia de la dimisión como una forma de ganar tiempo.
El fin de semana era el plazo que pretendían como un último
intento para conseguir un entendimiento con el justicialismo. No hubo
caso porque Maestro prefirió confirmar la renuncia sin más
vueltas.
Entre los más enojados estaban Mario Losada, Jorge Agúndez
y la catamarqueña Marita Colombo. La discusión llegó
a tal punto que incluso acusaron al chubutense de haber dejado a los senadores
radicales como los que lo obligaron a De la Rúa a abandonar la
presidencia sin siquiera haber intentado corresponsabilizar al PJ con
las causas de la violencia callejera: Somos todos responsables de
los muertos, incluso el justicialismo, le dijeron casi a los gritos.
Como resultado, Losada y Agúndez le anticiparon a Maestro que no
participarán de la reunión de bloque de hoy a las 9 donde
deberían elegir un candidato para reemplazar a De la Rúa
y que deberían proponer durante la asamblea legislativa. De todas
maneras, varios senadores confesaron a Página/12 que es imposible
conseguir un radical que quiera ser nominado.
Por ahora, el nombre para la sucesión que más suena es el
de Puerta. Anoche, los diputados y senadores de partidos provinciales
habían tomado una decisión. Los veinticinco integrantes
anunciaron que apoyarán al misionero para que complete el mandato
que abandonó el radicalismo hasta el 2003. Eso sí, anticiparon
que no están dispuestos a darle el voto a cualquier bonaerense.
Al cierre de esta edición, los pasillos del Congreso estaban completamente
vacíos. No era una señal de inactividad. En el despacho
de Camaño, una intensa reunión se desarrollaba. Además
del dueño del despacho, se encontraban Duhalde, Roggero, Gioja
y el gobernador de Buenos Aires, Carlos Ruckauf, quien no había
logrado llegar a Merlo, San Luis, donde el resto de los mandatarios justicialistas
intentaban definir quién ocupará el sillón que abandonó
De la Rúa (ver nota aparte).
Se sumaron a la reunión, por un rato, el operador José Luis
Manzano y el consultor Julio Aurelio. Llevaban una encuesta según
la cual el 65 por ciento de los argentinos quieren que el próximo
Presidente surja deelecciones y no de un acuerdo parlamentario. Ruckauf,
Duhalde y los demás tomaron nota, guardaron los datos y le pidieron
al Chupete y a Aurelio que los dejaran solos.
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