Los cuerpos que descansaban
en la morgue de Buenos Aires señalaron el final del abastecimiento
del FMI y la inútil lucha para prevenir que Argentina se vuelva
la nación más en quiebra del mundo. Así comenzó
el diario británico The Guardian una de las crónicas de
su edición de hoy sobre la caída de Fernando de la Rúa.
El tono dramático, la alusión constante al FMI y a la figura
de Domingo Cavallo y el gran despliegue en páginas y horas de emisión
marcaron ayer uno de esos días en que Argentina fue la gran noticia.
Caos, Anarquía, Resistencia,
hasta Revolución, fueron algunos de los titulares de
la prensa, que además de crónicas publicaron varias editoriales
sobre el tema. Del lado de los gobiernos, fue el presidente brasileño
Fernando Henrique Cardoso el que reaccionó de manera anticipatoria:
El proceso del Mercosur es un proceso de integración irreversible,
que continuará ya sea con De la Rúa o con algún futuro
líder que los argentinos sabrán escoger, dijo Cardoso
cuando en ese momento la única renuncia era la de Domingo Cavallo.
El hambre provocó una revolución, dice el diario
francés Le Monde en una de sus crónicas. La pobreza
y el desempleo desataron una explosión social, titula una
nota de análisis. Las ironías fueron para Cavallo (El
señor rigor presupuestario) y las diatribas para
el FMI (declinó toda responsabilidad en esta crisis).
Para el norteamericano The Washington Post, Argentina es uno de
los países peores hechos de la última década por
las medidas de austeridad de un gobierno en medio de la pobreza.
Según los corresponsales de este diario en Europa, Argentina pasó
de pronto a ser el tema dominante en radios y televisiones. En Francia,
la resistencia al estado de sitio llamó la atención y la
medida recordó los tiempos de la dictadura militar. La Asociación
Franco-Argentina de París hizo una manifestación frente
a la embajada argentina en esa ciudad en protesta por la represión
gubernamental. En Gran Bretaña, la situación argentina fue
el tema central del principal programa político de la BBC, en horario
nocturno. El Financial Times señaló una paradoja: a Argentina
se le dice que ante la recesión debe ajustar, mientras que a Estados
Unidos se le dice que en recesión debe gastar. La caída
de la bolsa londinense fue inmediatamente atribuida, en Francia y Gran
Bretaña, a la crisis argentina. Pero para algún medio, todavía
Cavallo era el arquitecto del milagro argentino caído en
desgracia.
La cobertura fue mayor aún en España. El programa de la
mañana de la cadena radial SER, la más escuchada de esa
franja horaria, dedicó dos de sus cuatro horas a analizar la situación
y poner al aire los llamados de argentinos que residen en España
y que daban cuenta de sus angustias y contaban los padecimientos de los
jubilados. Algo curioso: el periodista Iñaki Gabilomdo criticó
la entrega de alimentos de los supermercados. La comparó con la
entrega de ayuda humanitaria a Afganistán, que se produjo sin planificación
alguna. Rebelión social en Argentina contra la política
neoliberal de De la Rúa, tituló el diario mexicano
La Jornada. El Granma fue categórico al publicar que en Argentina
no se arreglará nada hasta que el futuro gobierno deje de
preocuparse casi exclusivamente con el pago de una deuda externa.
En Paraguay, un grupo de cerca de 150 sindicalistas se manifestaron ayer
frente a la embajada argentina en Asunción, en solidaridad con
los trabajadores de ese país y en protesta por el decreto del estado
de sitio en el país vecino. El diario ABC Color le dedicó
11 páginas en su edición de hoy a la situación argentina.
Algunos legisladores paraguayos hasta deslizaron sus temores de que la
situación, horas antes de la renuncia de De la Rúa, derivara
en algún tipo de golpe militar. Algunos empresarios incluso expresaron
su temor de que Paraguay, que enfrenta una aguda crisis económica
y un presidente sin legitimidad, se argentinice.
Pronósticos
Ramón Puerta es tan débil como De la Rúa.
Norman Bailey, ex asesor de Ronald Reagan en asuntos económicos
internacionales, no perdió el tiempo para opinar sobre lo
que vendrá. Bailey estimó que es inevitable que Argentina
caiga en cesación de pagos y que realice una devaluación
del peso, incluso si se opta por algún tipo de dolarización.
Y Bailey no sólo estimó, sino que dio consejos. Dijo,
en pleno conocimiento de la institucionalidad argentina, que la
solución interina debería ser una junta cívica
de políticos respetados que gobierne de 6 a 9
meses, con una agenda de reformas, hasta convocar a elecciones.
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